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Más que un contrabajista

Tenía fama de neurótico, obsesivo, un tipo raro… ni siquiera se le consideraba un auténtico virtuoso de su instrumento. Y, sin embargo, el mundo del jazz estaba unánimemente rendido a sus pies: “tocar con  Charlie Haden es distinto a todo”, aseguraba Pat Metheny, para quien el contrabajista era el mejor compañero de escenario. “Charlie no es un contrabajista de jazz, es… otra cosa. No toca notas, hace filosofía”. El ilustre y filosófico pionero del free jazz falleció el viernes 11 en Los Ángeles, después de una “larga enfermedad”.

La trayectoria vital y artística de Charles Edward Haden (Shenandoah, Iowa, 6 de agosto de 1937) aparece unida a la de aquellos con quienes compartió escenario y/o estudio de grabación: Keith Jarrett, Carla Bley y, antes que ningún otro, Ornette Coleman. Junto con el trompetista Don Cherry y el baterista Billy Higgins, Haden formó parte del controvertido cuarteto del saxofonista que conmovió los cimientos de la escena jazzística en los primeros años 60:

“Ornette me enseñó a no pensar en categorías ni en géneros sino en belleza y en crear algo nuevo que no existía antes”.
Finalizando la década, creó la Liberation Music Orchestra, agrupación que introdujo al jazz en los terrenos de la agitación política sobre un repertorio que combinaba las canciones de la Guerra Civil española con los himnos pacifistas y las melodías revolucionarias latinoamericanas. Décadas más tarde, su fundador se vería “en la obligación” de retomar la iniciativa: “he vuelto con la Liberation porque seguimos viviendo en un mundo donde reina la crueldad, la avaricia y la devastación; un mundo gobernado por mentalidades cerradas, el ejemplo perfecto es Bush. Por eso, ahora más que nunca, necesitamos de la belleza”.

Su idea de un jazz descentralizado le llevó a tocar a dúo con el guitarrista de fado Carlos Paredes y con el pianista cubano Gonzalo Rubalcaba.

Su participación en el primer Festival de Jazz de Cascais el 20 de noviembre de 1971 junto al cuarteto de Ornette Coleman, terminó con su detención y posterior traslado a la Direcção-Geral de Segurança de la policía salazarista, después de que el contrabajista dedicara una de sus interpretaciones “a los movimientos de liberación en Angola y Mozambique”. Haden fue “invitado” a plasmar su arrepentimiento en un documento firmado, tras lo que se le expulsó del país llevando consigo la grabación de la pieza en cuestión —Song for Che— oculta en un bolsillo de la gabardina. Ésta vería la luz en su disco Closeness.
En 1989, el Festival de Jazz de Montreal le dedicó ocho jornadas seguidas, con un programa distinto cada noche y los músicos y el repertorio a la libre elección del homenajeado. En junio de 2007, Haden se presentó en España con la más clásica de sus formaciones, Quartet West, celebrando el 20º aniversario de su fundación. Ese mismo año viajó a Nashville para grabar un sorprendente homenaje al country & western: Rambling boy. Haden.