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Novela inédita de Pearl Buck

Dormía en aguas tranquilas. Lo cual no quería decir que su mundo estuviera siempre inmóvil. Había veces en que el movimiento, incluso un movimiento violento, se hacía evidente en su universo…”. Son las primeras de las últimas palabras de Pearl S. Buck, la popular Nobel de Literatura estadounidense, que regresa a las librerías con El eterno asombro (Ediciones B), una novela inédita, 41 años después de su muerte y a los 85 de su primera obra. Un libro que estuvo perdido casi 40 años y fue hallado misteriosamente en 2012. ¿Dividirá a la crítica y al público, como lo hizo con sus casi 85 obras, entre ellas La buena tierra, El patriota, La estirpe del dragón o La gran dama?

El eterno asombro es una novela cuyo proceso de escritura, extravío, hallazgo y publicación supone un cuento en sí mismo. Era el libro en el cual estaba trabajando Buck cuando murió el 6 de marzo de 1973, casi en la ruina. Así acabó sus días la escritora que acercó China y otros países asiáticos a los lectores de su país y de Occidente, que abogó por los derechos civiles, de la mujer y de las minorías y fundó la primera agencia de adopción, Wellcome House, que aceptaba niños orientales y mestizos.

El rastro de todo ello se refleja en esta novela: la identidad, el mestizaje cultural y el aprendizaje y la búsqueda del individuo ante sí mismo y su lugar en un mundo que parece ajeno a su concepción de la vida. Eso es El eterno asombro, personificado en Randolph Colfax, un joven que recorre medio mundo, llegará a una Corea desmilitarizada que cambiará su vida y luego descubrirá el amor.

Tras su muerte a los 80 años, el manuscrito inacabado desapareció. Sus últimos años, recuerda Edgar Walsh, uno de los siete hijos adoptivos que tuvo Buck y su albacea literario, “habían sido caóticos. Se había mezclado con personas que codiciaban su fortuna y que la habían alejado de su familia, amigos, empleados y editores”. Sus hijos no tuvieron acceso a sus bienes y alguien escamoteó el manuscrito y una copia mecanografiada “de los que nadie tuvo noticia durante 40 años”.

Hasta 2012. Ese mes de diciembre, Walsh se enteró de que una mujer había adquirido el contenido de un trastero de alquiler en Fort Worth (Texas) donde había descubierto el manuscrito autógrafo, de unas 300 páginas, y quiso venderlo a la familia Buck.

Buck fue una especie de Nobel prodigio, una escritora que tras estar publicando solo nueve años obtuvo el galardón, en 1938, y se convirtió en uno de los autores más jóvenes en recibirlo, con 46 años. Era hija de un misionero presbiteriano que llegó a China por primera vez con su esposa en 1880. Durante una de sus visitas a EEUU nació la escritora, el 26 de junio de 1892. Cinco meses después, regresaron a China, donde Buck viviría hasta los 40 años, con intervalos de estudios en su país. Se convertiría en una escritora prolífica, con más de 300 libros en diferentes géneros. El eterno asombro será su novela número 44.