Waghay
Andoro es una construcción de delirios que reúne la dosis exacta entre lo que es y lo que quiere ser. Es artista visual, músico y poeta. Sus creaciones son viajes en el tiempo hacia una búsqueda íntima. El destino de sus obras dialoga con diversos elementos vitales como la lluvia, las estrellas, la piel y los latidos de su corazón; a ésos se suma la ópera y el pop en todas sus acepciones.
Andoro construye instrumentos musicales casi arcaicos cuyos sonidos mezcla en vivo mediante un software que permite analizar textos escritos y signos vitales; éstos posteriormente son traducidos a patrones gráficos que determinan la forma visual y sonora de cada pieza.
Sus creaciones poseen un temperamento maximalista y son movilizadas por un paroxismo cotidiano. La propuesta surge de la yuxtaposición orgánica de instrumentos y objetos sonoros mezclados con tonalidades electrónicas. Series de texturas se desdoblan, son interceptadas por sutiles incursiones de ritmos, tonos, melodías y matices.
Waghay1 es una ópera en tres actos. Compuesta e interpretada a partir de los trazos de un tejido y un autorretrato dibujado desde la conexión de puntos que sugieren los lunares del cuerpo del artista. Ambas formas son trasferidas a las líneas de una partitura musical y proyectadas sobre una fotografía aérea del pueblo de Waghay. Multiplicidad de expresiones acústicas se combinan en un ensamble de libre improvisación audiovisual electroacústico.
Andoro se siente cómodo en la compleja alquimia de la ópera, un arte total que engloba muchos lenguajes. Para la obertura crea un objeto musical que utiliza agua de lluvia. El instrumento es hecho con los restos de su propia cama, donde el tejido de alambre anuda restos de otros tejidos de lana. La acción performática consiste en tejer una canción para pedir el regreso de la lluvia al pueblo de Waghay.
La obertura comienza con un acorde único que emerge del caos primigenio del universo de este artista. Los sonidos crecen como espumas de jabón con cada gota que se exprime de las lanas mojadas en agua de lluvia que bañan la imagen fotográfica nocturna del pueblo. Las gotas activan cada una de las cajas de resonancia circulares suspendidas del tejido de alambre y lana como única pieza escultórica sonora.
Antes que suba el telón, nadie sabe qué sucederá en escena. Esto es lo que provoca Andoro en cada uno de sus proyectos. Con ellos nos cuenta cómo el mundo vive en él y cómo él vive en una gota de agua que él mismo revive en cada una de sus lágrimas.
Proyecto. Museo de Papel es una plataforma de difusión que visibiliza a jóvenes creadores de diferentes disciplinas artísticas que, más allá del dominio técnico, ofrecen una reflexión poética sobre la creación artística. Este museo no exhibe en un espacio físico, ni atesora, consagra o jerarquiza obras; es un dispositivo que amplía la mirada hacia un horizonte mestizo donde conviven lenguas, temporalidades y culturas.
Museo de Papel es un proyecto de la Fundación Cinenómada para las Artes. Cuenta con el apoyo del Centro Cultural de España en La Paz, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el periódico La Razón.
Artista de la semana
ANDORO
Acaricio constantemente mi hábitat artístico y espiritual. Hablo desde el contorno de una montaña, el viento que canta, la historia hecha tejido, desde el borde del carrusel de mi infancia y los dibujos de mi piel. Preciso lo impreciso, entendiendo mi contexto espontáneo, inestable, desafiante, altamente sonoro, y lo envuelvo en mis propios mantos de reflexión y de acción, haciendo de mis vivencias y procesos de intimidad una invitación o provocación.
Concibo mis expresiones artísticas en tres actos. En éstos me convierto en partitura, me escucho en propios y extraños, me envicio en los latidos del mundo y costuro mis vestimentas, muriendo y reviviendo en cada experiencia artística y escribo poesía porque la veo.