Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 17:53 PM

El trazo que impulsa el arte

El Museo Nacional de Arte muestra las mejores piezas de su variada colección de dibujo

/ 11 de octubre de 2015 / 04:00

El dibujo, la base de la expresión gráfica y visual, nació de “un impulso que llevó al ser humano a dejar su impronta sobre una superficie. Éste constituye uno de los momentos trascendentales en la historia de la especie, porque el dibujo le permitió al hombre la apropiación simbólica de su entorno y le dio un instrumento sustancial para el desarrollo de la comunicación, la escritura y la tecnología”, afirma José Bedoya, curador de la muestra El Dibujo en las colecciones del MNA. En ella se puede contemplar casi cien obras que van desde la colonia hasta hoy y describen la importancia del dibujo como elemento generador en la creación de las diferentes manifestaciones artísticas.

Los trabajos de refacción en las salas permanentes del museo presentaron la oportunidad de “mostrar las colecciones que estaban guardadas”, explica Óscar Mattos, encargado de Relaciones Públicas del MNA. Las dimensiones de las salas temporales en las que se expone exigieron elegir cuidadosamente entre los tesoros que conserva este centro. “Hemos hecho una selección de aspecto cronológico y técnico tratando de mostrar diversas épocas y cómo a lo largo de este tiempo la técnica de dibujo ha evolucionado hasta nuestros días”.

Piezas de más de 50 autores bolivianos, latinoamericanos, europeos y norteamericanos adornan las paredes de los tres espacios abiertos al público. Las seis colecciones expuestas abarcan una gran diversidad de técnicas y materiales como el grafito, la tinta y el grabado, así como diversos temas que varían constantemente durante los cinco siglos recogidos en la muestra.

GENERACIONES. La colección del pintor boliviano Arturo Borda da la bienvenida al visitante con bocetos y estudios previos que realizó como dibujos preparatorios para obras posteriores. Una colección que demuestra el empeño que este artista autodidacta puso en su formación, con dibujos efectuados a grafito y sin color.

Otros autores bolivianos como Cecilio Guzmán de Rojas pueden ser apreciados en la colección de indigenismo, perteneciente a las primeras décadas del siglo XX, cuando el fuerte sentido de nacionalismo llevó a la frecuente representación del indígena en las manifestaciones artísticas. Esta colección resalta por su temática, y los trabajos demuestran el contraste que existió entre los distintos grupos sociales de la época.

La generación de autores de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI conforma otro de los grupos de colecciones que se pueden apreciar en una de las salas. Los grabados son protagonistas en este grupo porque —si bien se trata de reproducciones que pueden imprimirse innumerables veces— su técnica básica es el dibujo. En este grupo se aprecia el arte abstracto de autores como Óscar Pantoja y Édgar Ávila Echazú, también bolivianos.

Varios autores latinoamericanos  cultivaron el dibujo como obra, sobre todo durante los años 50 y 60 del siglo XX, cuando “se observa una tendencia cercana a lo social, bien anclada en el arte actual con un dibujo totalmente abstracto”, asegura Bedoya. En esta colección se pueden apreciar a importantes artistas como el mexicano José Luis Cuevas, el colombiano Alejandro Obregón y el venezolano Osvaldo Vigas.

ABSTRACCIÓN. Por último, las obras europeas que se exhiben abarcan obras de Rusia, Francia, Suecia y Alemania, entre otros países. Se adscriben, sobre todo, al arte abstracto, que utiliza las formas de la naturaleza y las transforma en representaciones únicas. Víctor Delhez, uno de los artistas más importantes del siglo XX, puede contemplarse en la exposición, así como el artista ruso Nikolai Zhukov, con sus obras propagandísticas que normalmente se publicaban en los periódicos de la Unión Soviética.

La muestra, inaugurada el pasado miércoles, se podrá visitar hasta el 8 de noviembre e invita al público a viajar a través de la historia del dibujo con obras que demuestran la importancia de este impulso natural incontenible del ser humano. “Ésta es una exposición extraordinaria, ya que pocas veces se puede ver el dibujo como centro y protagonista en una exposición de esta magnitud. Casi no exponemos nuestros dibujos por cuestiones técnicas, ya que el papel necesita condiciones especiales para mantenerse prolongadamente expuesto sin dañarse. Por eso, ésta es una oportunidad única para disfrutar de todo este patrimonio de MNA”, afirma Bedoya.

Temas Relacionados

Comparte y opina:

Consultas más completas y cómodas

La versión digital del diccionario de la Real Academia amplía las posibilidades de búsqueda e incluye nuevos bolivianismos

/ 25 de octubre de 2015 / 04:00

Para consultar la definición u ortografía de una palabra, hasta hace poco, uno tenía que enfrentarse a un grueso diccionario y lanzarse a una —a veces no tan sencilla— búsqueda entre sus cientos de páginas y millones de entradas. Los buscadores de internet ahorraron buena parte de esta pesada tarea. Por eso, con más de 40 millones de consultas al mes, la edición digital del Diccionario de la Lengua Española (DLE) se ha convertido, de lejos, en la manera más común de disipar las dudas lingüísticas.

A partir de este mes, la Real Academia Española (RAE) ofrece en su página web (dle.rae.es) la posibilidad de consultar la última edición de su DLE, que es la más cercana a los hablantes que se haya publicado hasta ahora. “El castellano usado en Bolivia va a estar muy bien representado en esta nueva plataforma”, comenta el director de la Academia Boliviana de la Lengua, Mario Frías Infante, sobre la nueva versión de la herramienta.

“El diccionario digital tiene una capacidad inmensa, no como ocurre con el papel, donde había que poner ciertos límites”, destaca Frías. “Para los americanismos, y dentro de éstos los bolivianismos, se fijaban cupos limitados porque había que dar cabida a los de otros países”. La versión impresa de la vigésima tercera edición del diccionario cuenta con 2.809 bolivianismos, que han sido ampliados para su versión digital: “este proyecto nos da la posibilidad de incluir un número enorme de bolivianismos que evidentemente tienen que estar debidamente respaldados y que no sean palabras de tienen una vida breve”.

BOLIVIANISMOS. Las palabras y usos propios de los bolivianos provienen mayormente de las lenguas de origen quechua, aymara y guaraní. En la versión digital y en la empresa del diccionario se pueden encontrar ahora, entre otras: aguayo, alasita, api, challar, chuño, llajua, llocalla, yacaré.

Desde 2001, cuando se publicó la anterior edición, la RAE introdujo novedades, cambios y mejoras a su nueva versión. La tarea cotidiana de dar pie al ingreso de nuevas palabras y acepciones cuya vigencia sea duradera es una de ellas, y para esta labor colaboraron las 22 Academias de la Lengua Española, entre ellas la boliviana. “El trabajo se hizo conjuntamente con todas las academias para que se revise y se responda”, comenta Frías. La boliviana “propuso algunas modificaciones para el DLE actual, como definiciones que no son las adecuadas o el retiro de algunas palabras que han caído en desuso”.

CORRECCIONES. La ortografía y gramática también fueron revisadas para la última versión del diccionario, de 2014, conforme a lo que fue establecido por las más recientes normas de la misma Academia. Pero la versión digital era anterior a esa última edición, y no se había actualizado. Así, el investigador boliviano César Alcides Calla halló 2.742 errores. Hoy destaca que la RAE enmendó la mayoría: “Solo hay observaciones a los pronombres que todavía se mantienen tanto en la versión impresa como en la digital”, asevera y menciona las palabras: solo, este, ese, aquel y aquello, que no deberían llevar tilde.

Uno de los cambios más destacados de la nueva edición es la notación especial de “ofensivo o discriminatorio” que llevan algunos términos. Ocurre con la palabra “gitano”, que en una de sus acepciones es sinónimo de “ratero”. Los académicos aclaran que estas acepciones quedan marcadas como inapropiadas y no se deberían usar, pero que ellos no pueden suprimirlas porque tienen que explicar a lector los sentidos que “han estado hasta hace poco o siguen estando perfectamente vigentes en la comunidad social”.

Comparte y opina:

Consultas más completas y cómodas

La versión digital del diccionario de la Real Academia amplía las posibilidades de búsqueda e incluye nuevos bolivianismos

/ 25 de octubre de 2015 / 04:00

Para consultar la definición u ortografía de una palabra, hasta hace poco, uno tenía que enfrentarse a un grueso diccionario y lanzarse a una —a veces no tan sencilla— búsqueda entre sus cientos de páginas y millones de entradas. Los buscadores de internet ahorraron buena parte de esta pesada tarea. Por eso, con más de 40 millones de consultas al mes, la edición digital del Diccionario de la Lengua Española (DLE) se ha convertido, de lejos, en la manera más común de disipar las dudas lingüísticas.

A partir de este mes, la Real Academia Española (RAE) ofrece en su página web (dle.rae.es) la posibilidad de consultar la última edición de su DLE, que es la más cercana a los hablantes que se haya publicado hasta ahora. “El castellano usado en Bolivia va a estar muy bien representado en esta nueva plataforma”, comenta el director de la Academia Boliviana de la Lengua, Mario Frías Infante, sobre la nueva versión de la herramienta.

“El diccionario digital tiene una capacidad inmensa, no como ocurre con el papel, donde había que poner ciertos límites”, destaca Frías. “Para los americanismos, y dentro de éstos los bolivianismos, se fijaban cupos limitados porque había que dar cabida a los de otros países”. La versión impresa de la vigésima tercera edición del diccionario cuenta con 2.809 bolivianismos, que han sido ampliados para su versión digital: “este proyecto nos da la posibilidad de incluir un número enorme de bolivianismos que evidentemente tienen que estar debidamente respaldados y que no sean palabras de tienen una vida breve”.

BOLIVIANISMOS. Las palabras y usos propios de los bolivianos provienen mayormente de las lenguas de origen quechua, aymara y guaraní. En la versión digital y en la empresa del diccionario se pueden encontrar ahora, entre otras: aguayo, alasita, api, challar, chuño, llajua, llocalla, yacaré.

Desde 2001, cuando se publicó la anterior edición, la RAE introdujo novedades, cambios y mejoras a su nueva versión. La tarea cotidiana de dar pie al ingreso de nuevas palabras y acepciones cuya vigencia sea duradera es una de ellas, y para esta labor colaboraron las 22 Academias de la Lengua Española, entre ellas la boliviana. “El trabajo se hizo conjuntamente con todas las academias para que se revise y se responda”, comenta Frías. La boliviana “propuso algunas modificaciones para el DLE actual, como definiciones que no son las adecuadas o el retiro de algunas palabras que han caído en desuso”.

CORRECCIONES. La ortografía y gramática también fueron revisadas para la última versión del diccionario, de 2014, conforme a lo que fue establecido por las más recientes normas de la misma Academia. Pero la versión digital era anterior a esa última edición, y no se había actualizado. Así, el investigador boliviano César Alcides Calla halló 2.742 errores. Hoy destaca que la RAE enmendó la mayoría: “Solo hay observaciones a los pronombres que todavía se mantienen tanto en la versión impresa como en la digital”, asevera y menciona las palabras: solo, este, ese, aquel y aquello, que no deberían llevar tilde.

Uno de los cambios más destacados de la nueva edición es la notación especial de “ofensivo o discriminatorio” que llevan algunos términos. Ocurre con la palabra “gitano”, que en una de sus acepciones es sinónimo de “ratero”. Los académicos aclaran que estas acepciones quedan marcadas como inapropiadas y no se deberían usar, pero que ellos no pueden suprimirlas porque tienen que explicar a lector los sentidos que “han estado hasta hace poco o siguen estando perfectamente vigentes en la comunidad social”.

Comparte y opina: