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El trazo que impulsa el arte

El dibujo, la base de la expresión gráfica y visual, nació de “un impulso que llevó al ser humano a dejar su impronta sobre una superficie. Éste constituye uno de los momentos trascendentales en la historia de la especie, porque el dibujo le permitió al hombre la apropiación simbólica de su entorno y le dio un instrumento sustancial para el desarrollo de la comunicación, la escritura y la tecnología”, afirma José Bedoya, curador de la muestra El Dibujo en las colecciones del MNA. En ella se puede contemplar casi cien obras que van desde la colonia hasta hoy y describen la importancia del dibujo como elemento generador en la creación de las diferentes manifestaciones artísticas.

Los trabajos de refacción en las salas permanentes del museo presentaron la oportunidad de “mostrar las colecciones que estaban guardadas”, explica Óscar Mattos, encargado de Relaciones Públicas del MNA. Las dimensiones de las salas temporales en las que se expone exigieron elegir cuidadosamente entre los tesoros que conserva este centro. “Hemos hecho una selección de aspecto cronológico y técnico tratando de mostrar diversas épocas y cómo a lo largo de este tiempo la técnica de dibujo ha evolucionado hasta nuestros días”.

Piezas de más de 50 autores bolivianos, latinoamericanos, europeos y norteamericanos adornan las paredes de los tres espacios abiertos al público. Las seis colecciones expuestas abarcan una gran diversidad de técnicas y materiales como el grafito, la tinta y el grabado, así como diversos temas que varían constantemente durante los cinco siglos recogidos en la muestra.

GENERACIONES. La colección del pintor boliviano Arturo Borda da la bienvenida al visitante con bocetos y estudios previos que realizó como dibujos preparatorios para obras posteriores. Una colección que demuestra el empeño que este artista autodidacta puso en su formación, con dibujos efectuados a grafito y sin color.

Otros autores bolivianos como Cecilio Guzmán de Rojas pueden ser apreciados en la colección de indigenismo, perteneciente a las primeras décadas del siglo XX, cuando el fuerte sentido de nacionalismo llevó a la frecuente representación del indígena en las manifestaciones artísticas. Esta colección resalta por su temática, y los trabajos demuestran el contraste que existió entre los distintos grupos sociales de la época.

La generación de autores de la segunda mitad del siglo XX y del siglo XXI conforma otro de los grupos de colecciones que se pueden apreciar en una de las salas. Los grabados son protagonistas en este grupo porque —si bien se trata de reproducciones que pueden imprimirse innumerables veces— su técnica básica es el dibujo. En este grupo se aprecia el arte abstracto de autores como Óscar Pantoja y Édgar Ávila Echazú, también bolivianos.

Varios autores latinoamericanos  cultivaron el dibujo como obra, sobre todo durante los años 50 y 60 del siglo XX, cuando “se observa una tendencia cercana a lo social, bien anclada en el arte actual con un dibujo totalmente abstracto”, asegura Bedoya. En esta colección se pueden apreciar a importantes artistas como el mexicano José Luis Cuevas, el colombiano Alejandro Obregón y el venezolano Osvaldo Vigas.

ABSTRACCIÓN. Por último, las obras europeas que se exhiben abarcan obras de Rusia, Francia, Suecia y Alemania, entre otros países. Se adscriben, sobre todo, al arte abstracto, que utiliza las formas de la naturaleza y las transforma en representaciones únicas. Víctor Delhez, uno de los artistas más importantes del siglo XX, puede contemplarse en la exposición, así como el artista ruso Nikolai Zhukov, con sus obras propagandísticas que normalmente se publicaban en los periódicos de la Unión Soviética.

La muestra, inaugurada el pasado miércoles, se podrá visitar hasta el 8 de noviembre e invita al público a viajar a través de la historia del dibujo con obras que demuestran la importancia de este impulso natural incontenible del ser humano. “Ésta es una exposición extraordinaria, ya que pocas veces se puede ver el dibujo como centro y protagonista en una exposición de esta magnitud. Casi no exponemos nuestros dibujos por cuestiones técnicas, ya que el papel necesita condiciones especiales para mantenerse prolongadamente expuesto sin dañarse. Por eso, ésta es una oportunidad única para disfrutar de todo este patrimonio de MNA”, afirma Bedoya.