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Pelea por Wara

Como a veces sucede hasta en las mejores agrupaciones (Pink Floyd, Jackson Five, RIFF), Wara tampoco pudo con su cartel de banda estandarte de la música contemporánea boliviana. Por estos días existen dos agrupaciones que reclaman el nombre del grupo que creó el folk-rock boliviano a principios de los oscuros años 70. Una, renovada con sangre joven, ha sacado un disco y se ha ido de gira por Europa. La otra, más clásica y añejada, ha anunciado que también lanzará un disco, con el que piensa retomar el viejo estilo de una agrupación que en sus inicios mantuvo un discurso de reivindicación de las clases relegadas.

El conflicto ya se veía venir. Durante la conferencia de prensa en abril para la presentación de Kimsa Qallqu, el último disco oficial de Wara, estaban dos de los históricos: Carlos Daza y Omar León. Pero no así el vocalista y mítico poeta maldito Dante Uzquiano. Y eso que sí había participado de la grabación del álbum, a diferencia de otros dos precursores del grupo, el baterista Jorge Cronembold y el tecladista Pedro Sanjinés, que en el disco fueron reemplazados por otros músicos (respectivamente Antonio León, hijo del bajista, y Nicolás Suárez, de intermitente presencia en la historia del grupo).

Daza y León anunciaron hace algunos meses su gira por seis ciudades europeas, acompañados por diez músicos jóvenes y usando el nombre de Wara. Se despidieron antes de viajar con un concierto a las puertas del Museo Nacional de Arte, el 24 de septiembre, en el que tampoco los acompañó Uzquiano. Aquella vez Daza dijo que el cantante aquejaba problemas de salud, pero el aludido fue claro: “Yo no estoy enfermo y lamento que se opte por incluir en el grupo a gente que lamentablemente no tiene experiencia, que es novata en esto”.

Así, la agrupación de Daza y León levantó vuelo a “las europas”. Y, a los pocos días, Cronembold, Sanjinés y Uzquiano anunciaron la producción de un nuevo disco con el título de Tunka (“diez” traducido del aymara) y también bajo el nombre de Wara, a ser grabado hasta diciembre.

“Queremos recuperar la propuesta original del grupo”, aseguró Uzquiano al tiempo del anuncio. “Wara nació como un conjunto con letras humanistas, con música altruista, educativa, espiritual, con un mensaje de esperanza”, explicó quien puso la voz en el histórico LP Maya, que abrió una serie de discos titulados en lengua aymara, en los que se empezó a mostrar la fusión del folklore de los Andes bolivianos y el rock duro anglosajón. “En los últimos tiempos eso ha cambiado, se ha incursionado por el folklore comercial dejando la misión que al inicio de nuestras carreras nos habíamos trazado”, añadió Uzquiano.

No es la primera vez que la banda se divide o sus integrantes entran en conflicto. En 2001, Daza se vio afectado por la decisión de sus compañeros de dejarlo fuera del grupo en la reedición del disco El Inca y fundó la banda Renovación Wara, con la que lanzó un solo disco. En 2003, Sanjinés, el de los clásicos solos de teclado del primer disco, le inició un juicio a León por la autoría de la canción El Kenko, un litigio que finalmente ganó.

¿Peleas internas, egos, celos, dos grupos, un solo nombre? Uzquiano considera que sus compañeros en Europa están haciendo un mal uso del nombre, además de engañar al público “porque ése no es el Wara verdadero. Lamentablemente está yendo un grupo que nos está sustituyendo y cometiendo un delito de falsedad”. Sanjinés también es contundente: “Acabamos de ganar un juicio por el uso del nombre, ellos no pueden lucrar bajo el título de Wara”.
Pero Daza se adelantó y antes de cruzar el Atlántico dijo que el nombre del grupo le pertenece al cuarteto formado por él, Omar León, Dante Uzquiano y Jorge Cronembold. No se acordó de Sanjinés, quien asegura que en el pasado lo trataron injustamente: “yo compuse gran parte de los temas del primer disco, además de darle forma a nuestra ideología. Los jóvenes de entonces éramos muy lectores de Franz Tamayo y Fausto Reynaga, ideales que reflejamos en nuestras primeras composiciones de El Inca y Maya”, asegura el tecladista.

Clark Orozco es el otro convocado al Wara de Uzquiano-Cronembold-Sanjinés. Es un músico formado principalmente en instrumentos andinos, razón por la que en 1973 fue invitado a participar de un proyecto de aires folklóricos a los que se les enchufaba la estridencia del rock pesado y una lírica de protesta social, de forma que marcó el sonido característico de fusión de Wara. Todos juntos prepararon un cóctel alquímico adelantado a su tiempo. Un tiempo que estos viejos idealistas intentan retomar.