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Oliver Stone: ‘Estados Unidos es una historia de miedo’

Con los años, el director de cine estadounidense Oliver Stone ha dulcificado sus formas, pero no su lengua. La semana pasada, en el festival de cine fantástico y de terror de Sitges (España), denunció ante todo quien quisiese oirle el “pasado sangriento e imperialista” de su país. En el certamen, donde recibió el Gran Premio Honorífico, se recreó al hablar de su libro La historia silenciada de Estados Unidos (editorial La Esfera de los libros), la versión literaria de la serie documental de televisión La historia no contada de Estados Unidos, ambos realizados junto al profesor de Historia y director del Instituto de Estudios Nucleares de la American University Peter Kuznick. “Eso sí que era una historia de miedo, mi mejor trabajo en el documental y en el terror”.

Dado el marco en donde impartía la clase magistral, el cineasta empezó hablando de su pasión por el cine japonés y el coreano de terror extremo y de su implicación en la producción de alguna película asiática. Luego se centró en sus temas habituales, como Alejandro Magno, su película favorita de la que ya ha realizado tres montajes. “En el momento de su estreno no pude entregar la película que quise. En 2014, edité en DVD y Blu-ray el montaje definitivo de tres horas y cuarenta minutos, un tiempo necesario para hablar de un personaje tan complejo y original”.

Stone ahondó mucho más en los elementos necesarios para escribir un buen guion y dirigir una gran película. “No hay una fórmula que pueda recomendarte. Pero necesitas una visión, mucha imaginación y algo que te inspire. En mi caso, mucha de esa inspiración nace del asesinato de John Fitzgerald Kennedy porque marcó mi infancia y cambió radicalmente el rumbo de Estados Unidos. El guion de El precio del poder, por ejemplo, se basa en mi intención por investigar en la avaricia y el poder en EEUU. En Salvajes me interesaba hablar de la negociación más que del narcotráfico”. El director reconoció lo que realmente le mueve: “El desafío. Cuando alguien me dice no, yo me crezco”.

Un discurso parecido defendió cuando pasó a explicar la forma de trabajar cuando filma sus películas sobre personajes históricos: “Yo no hago biopics, sino que intento definir los momentos que han motivado sus vidas: Nixon iba de las inseguridades de un presidente espantado de sus propios demonios interiores, procedentes de su infancia… Bueno, al menos Nixon poseía, tenía tres dimensiones, porque George W. Bush es plano. Por las mañanas, éste se mira al espejo y le encanta lo que ve, sin ir más lejos. Y eso también es fascinante”. Preguntado por JFK, Stone reconoció que fue un éxito enorme. “Entusiasmó. Con ella se cambiaron leyes, yo mismo intervine en el Congreso. Cambió la sociedad y dejó como legado que hoy mis compatriotas saben que América no es transparente”.

SECRETOS. En cuanto al recorrido que la serie de televisión y el libro trazan sobre el imperialismo estadounidense, Stone explicó por ejemplo cómo, tras apoyar a Filipinas en 1898 en su guerra de independencia contra España, Estados Unidos conquistó el país:“Y ésta fue una guerra mucho más sangrienta que la que se libró contra España, fue el Vietnam de la época”. Tampoco ahorró calificativos despreciativos contra el expresidente de Estados Unidos Ike Eisenhower y su visita a la España del dictador Francisco Franco, al que brindó todo su apoyo: “Ike era un ignorante y no sabía nada de la Guerra Civil española ni del régimen franquista”.

Ahora, Stone está rematando Snowden, una película sobre la vida de Edward Snowden, exanalista de la CIA que ha revelado varios secretos de la agencia. “He vuelto a trabajar con material delicado. ¿Que si tengo miedo? Alguna vez sí he pensado en que me podían hacer algo las agencias gubernamentales. Hay días en los que te sientes nervioso, desde luego”.