Verdadero miedo
Alberto Chimal publica siete cuentos de terror real, sobre redes sociales, narcos y empresas.
El escritor mexicano Alberto Chimal, Premio Nacional de Cuentos en su país en 2002 y finalista del Rómulo Gallegos en 2013, siembra el terror en sus relatos. Pero ha cambiado los vampiros y los hombres lobos por otros malos más realistas y más de hoy: las poderosas corporaciones, los acosadores en las redes sociales, los suplantadores o los narcos. Así se puede leer en su último libro, Los atacantes –editorial Páginas de Espuma– donde reúne siete cuentos de terror sobre la parte más oscura del ser humano y cuyo fino hilo conductor es el desasosiego y la inquietud que todos ellos crean en el lector:
“Los cuentos tiene variedad de situaciones, pero en todos hay un atacante, alguna presencia, un poder que hace víctimas de otros, un poder con hilos invencibles”, argumenta este autor de literatura fantástica, muy preocupado por la estética del relato.
“Parecerían historias de miedo clásicas, pero lo que quiero reflejar en ellas es la sensación de desvalimiento e impotencia que tiene el ser humano hoy ante los poderes fácticos de grandes empresas y organizaciones, que parece que no tienen contrapeso y bajo cuyo poder y vigilancia estamos; y eso pasa en mi país y en el resto del mundo”, subraya el autor.
VIOLENCIA. En los cuentos de Chimal existe todo un mundo que, por desgracia, se parece bastante a una parte del que nos rodea cotidianamente. Lo habitan elementos que acechan desde las sombras: seres que toman píldoras fabricadas con la carne y la sangre de los hijos de sus criados; un empleado acosado por los correos de internet; suplantadores de personalidad que ejercen su chantaje en las redes sociales; fotos y videos trucados; el pánico de una ciudad que despierta con una pesadilla, o la historia de un descendiente de los capos narcotraficantes que se dedica a la literatura.
La violencia y el poder se relacionan en los cuentos de una manera que, según su autor, tiene mucho que ver con la realidad de su país: “En México y en muchos otros lugares se vive desde hace años con un ambiente de violencia extrema contra la que no podemos hacer nada, y con esa sensación están escritos estos relatos. Con eso y con la corrupción, que creo que es el origen de todo y el tema central de este momento en el mundo”.
PODERES. Chimal pone énfasis en que le preocupa mucho “cómo los gobiernos supranacionales pueden hacer lo que quieran sin que se les ponga límite ninguno”. Las grandes empresas, los Estados y los poderes fácticos son casi los únicos con capacidad para imponer sus ideas, sus obras científicas y culturales a las poblaciones menos poderosas, como es el caso de América Latina”. Así, la aculturación, un fenómeno que se ha dado siempre, resulta ahora más desigual que nunca.
La alienación de los individuos —presentados en varios casos dentro de la apariencia de zombis— está presente en todos los relatos de Los atacantes, un libro de historias escritas con pulso de relojero y en las que se diría que el final queda para que lo escriba el lector siguiendo las sugerencias del autor: “El cuento parece que tiene que contar y decir todo, que quede cerrado, pero a mí me gusta que también deje algo en el aire”, sostiene Chimal, que espera que el lector vuelva varias veces a los textos para descubrir los varios lados de la historia y les dé interpretaciones alternativas.
Gran defensor de la literatura fantástica, Chimal —cuyo primer gran referente fue Jorge Luis Borges— asegura que este género se puede utilizar como la herramienta perfecta para hablar de lo real. “Existe cierto prejuicio y desconfianza respecto al género fantástico. Pero éste es un recurso o un género que puede aparecer en toda clase de obras y, además, sirve para pensar en la realidad”. Y él lo utiliza para reflexionar sobre la actualidad de México que interpreta como “un rico territorio creativo en el que se están dando obras muy interesantes, porque esas inquietudes que provoca se tienen que manifestar”.