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Puntos que sustraen nuestra corporalidad

El filósofo fenomenólogo francés Maurice Merleau-Ponty sostuvo que toda experiencia con el mundo pasa por el cuerpo. Incluso antes de la adquisición del lenguaje y de la toma de conciencia, un cuerpo averiado es casi invariablemente comandado por un yo averiado. Cada cuerpo lleva escrita su historia privada con una narrativa propia y esencial. El cuerpo es también una frontera con entidad y estatutos propios.

Paolo Vargas es un artista visual, bailarín, coreógrafo y actor que utiliza todos los medios que la obra le exija, además de su propio cuerpo. Entiéndase el cuerpo como aquel territorio donde explorar toda noción que aludiera al ser como cuerpo en el mundo. Como ser encarnado, como experiencia sensorial-afectiva, no solo racional e intelectual, construye escenarios cargados de historias personales que disparan hacia reflexiones profundas, cuyos procesos colaboran en la construcción de la imagen del cuerpo. Una imagen que no se sitúa tan solo en el campo de la percepción, sino que se desarrolla también en el campo libidinal y afectivo, como la representación surgida de una vivencia integradora del cuerpo, una imagen del cuerpo que el sujeto tiene de sí, constituida consciente e inconscientemente.

Las instalaciones y acciones de Vargas juegan con fantasías, obsesiones y miedos. Sus relatos se mezclan con personajes de estética extravagante. La fuerza única de sus trabajos radica en que están construidos sobre la base de paisajes envolventes y escenarios que recuerdan momentos de la infancia.

Aquí, la experiencia del espectador es fundamental; los objetos, la luz, el sonido y el cuerpo presente se mezclan en un efecto deslumbrante. Vestuarios, accesorios y objetos de utilería, en algunos casos engañosos, nos tienden una trampa para probar la manzana envenenada distribuida en los rincones de este lugar psíquico y alucinatorio, que desborda cuentos de problemas en el paraíso. El jardín secreto lleno de sentimientos emocionantes es una minuciosa puesta en escena para un juego simbólico de frustraciones, angustias, lujurias, violencias y fantasías privadas.

El cuerpo de Vargas es su espacio de acción y a la vez es agente de sus configuraciones discursivas dominantes. Así dejamos traslucir el complejo entramado de momentos históricos que representan la imagen plural del cuerpo. No es una mera provocación dadaísta, sino que son cuerpos que reclaman explicación. Es como un nuevo texto que reordena el caos del sentido extraviado y que lo subraya a modo de denuncia, como el grito previo a la palabra.
Como Jacques Derrida, que sostenía que el pensamiento es un alma cuyo cuerpo es la lengua, Vargas nos recuerda que nuestra experiencia con esta masa-materia compuesta por orificios, extremidades, y delimitada por un manto de infinitas sensaciones a la que llamamos piel, lleva marcas. La carne marcada en nuestra imagen reafirma la conciencia del lugar corporal que habitamos y une los puntos que nos sustraen de esta misma corporalidad.

Vargas recurre a aspectos de su vida personal como fuente de inspiración artística y explora las relaciones humanas utilizando métodos provocativos. Los relatos narrados por medio de fotografías, videos, textos y acciones revelan, o parecieran hacerlo, la intimidad del artista y de quienes la rodean. Vargas explora relaciones de clase, sexualidad, recuerdos reprimidos y sistemas de creencias religiosas con inteligencia incisiva y abundante humor autocrítico.

PROYECTO. Museo de Papel es una plataforma de difusión que visibiliza a jóvenes creadores bolivianos de diferentes disciplinas artísticas que, más allá del dominio de la técnica, ofrecen una reflexión poética sobre la creación artística. Este museo no exhibe en un espacio físico, ni atesora, consagra o jerarquiza obras; es un dispositivo que amplía la mirada hacia un horizonte mestizo donde conviven lenguas, temporalidades y culturas. Museo de Papel es un proyecto de la Fundación Cinenómada para las Artes. Cuenta con el apoyo del Centro Cultural de España en La Paz, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el periódico La Razón.

Paolo Vargas

Historias tejidas en cada rincón

Para mí contar historias es parte esencial de la vida. Me encuentro en constante reflexión, tejiendo historias en cada rincón, casi involuntariamente, a veces todo empieza de pequeñas partículas, a veces de mundos en los que pueda ingresar mentalmente. Considero que el arte hace bien en niveles invisibles que nos transforman en otros seres, en sentimientos, en cosas, en estados indefinidos.

Cuando interpreto trato de vivir el momento, evocar chispas que tanto física como espiritualmente me lleven a exteriorizar energía. El pensamiento es mi principal herramienta para vivir dichos momentos.

Diversificar es una postal eterna en mi mente, aunque el surrealismo sea un llamado constante en mi trabajo, sé que en algunos casos los momentos artísticos te escogen y uno solo los toma.

Exploro el dinamismo, la flexibilidad de mis límites y sofisticación en la puesta, ya sea usando mi cuerpo como soporte, la actuación, baile, canto, o una mezcla de varios.