Con la que está cayendo en el Congreso y ustedes aquí”, comentó el miércoles —en referencia a la crisis política española— el cantautor y poeta Joaquín Sabina al inicio de la presentación de Garagatos, un cuaderno que reúne decenas de dibujos, pinturas y bocetos realizados por el artista durante sus giras y en la intimidad de su casa. “No me considero pintor, ni tampoco dibujante”, explicó y aseguró que con este libro se le da la oportunidad de hacerse “un regalo” inesperado, al tiempo que ofrece a sus seguidores la posibilidad de adentrarse en su rico universo creativo desde una perspectiva diferente.

El libro lo publica Artika, una editorial española especializada en libros de artistas, con una edición limitada a 4.498 ejemplares que cuestan nada menos que 2.100 euros ($us 2.300) cada uno. Ya se han vendido 1.200, según la editorial. Sabina ha firmado a lápiz, uno a uno, todos los ejemplares. “Yo no soy el responsable del precio”, señala el cantautor, quien confiesa que al conocer la cuantía le dio un poco de impresión. “Entiendo que gran parte de mi público no lo va a comprar”, reconoció durante el acto de presentación.

Lejos de verse como un genio —“lo sé porque he conocido a tres o cuatro”—, Sabina cree que sufre la “enfermedad del intruso”. “Yo durante toda la vida he pensado y he dicho, sin la menor grandilocuencia, que era un impostor”, asegura. “Me gustaba mucho meterme en sitios donde no estaba invitado. Eso me pasó con la canción, que al principio fue una cosa de clubes muy pequeñitos, de mandrágoras, de cavas bajas, y luego pasó a grandes escenarios y a América Latina. Nunca lo pensé, nunca lo soñé”.

Garagatos consta de dos volúmenes de gran formato. En el primero se reúnen 66 dibujos facsimilares acompañados de versos manuscritos del artista y un desplegable de casi tres metros de largo con 74 retratos. Muchas imágenes están inspiradas por mujeres —varias de ellas con toques eróticos— o por las ya legendarias andanzas nocturnas del autor. El segundo libro hace un repaso por el universo creativo de Sabina a través de la mirada de grandes autores y personalidades del mundo del arte, como el director artístico del Museo Thyssen de Madrid, Guillermo Solana.

Se trata de un trabajo completamente artesanal que ha tardado dos años en materializarse. Está presentado en un estuche de madera que reproduce la puerta de una habitación de la casa de Sabina, pintada por él mismo, con lo que se simboliza que al abrir el libro se está franqueando la entrada al mundo más personal del cantante.

Velázquez, Matisse, Zurbarán y Barceló son algunos de los grandes referentes de Sabina, junto a Picasso, quien —según opina el músico— “lo pintó todo”. Sabina vivió su primer contacto con la pintura a los 14 años, cuando plasmó sus primeros óleos. Aunque después se centró en la música y la poesía, nunca dejó de lado los dibujos y en los últimos tiempos esta expresión artística ha ido cobrando cada vez más peso y relevancia en su cotidianidad creativa: “Hace muchos meses que no escribo un solo verso de canción, pero todos los días hago cinco o seis dibujos”, comenta.

POLÍTICA. La presentación de Garagatos tuvo lugar en un céntrico hotel de Madrid, a pocos metros del Congreso de los Diputados, el epicentro del extraño y muy complicado momento político que vive España, donde aún no se ha logrado formar un Gobierno desde las elecciones del 20 de diciembre. El artista también ofreció su opinión sobre este panorama tan incierto: “Me parece espantoso; nuestros líderes políticos están dando un espectáculo lamentable que no se merecen sus votantes. Estoy bastante indignado y estupefacto”.

Sabina cree que los dirigentes de los partidos, tanto a izquierda y derecha, “hablan todo el tiempo del bien común y de lo que interesa a los españoles, y luego pelean por un sillón”. “Me parece que los políticos podían ponerse las pilas”, dijo, y a continuación entró en una reflexión sobre la historia y la sociedad actual en su país: “No me gusta que cada 40 años en España se reproduzcan las dos Españas, los buenos, los malos; los azules, los rojos. Creo que ya, con el grado de ilustración y madurez democrática, debería verse de otro modo”.