Lema martiniano tomado en serio: leer es crecer
Si algo caracteriza a la XXV Feria Internacional del Libro de La Habana son sus gigantescas proporciones. Cuatro millones de libros en oferta (de los cuales se anunció se vendieron cerca a 250.000); 916 títulos nuevos solo de 70 editoriales cubanas, sin contar las representaciones de 37 países; participación de más de 170 escritores y 41 artistas; casi 800 actividades artísticas y culturales, entre ellas 60 efectuadas con el invitado de honor: Uruguay, país que envió a su vicepresidente Raúl Sendic, para la inauguración y a su ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, para la clausura.
Como ya es tradicional, las actividades centrales de la Feria se realizaron en la imponente Fortaleza San Carlos de La Cabaña, construida por los españoles en el siglo XVIII para defender la bahía de La Habana. Pero, a la vez se habilitaron varias subsedes para diversos eventos, como la Universidad de La Habana, el Pabellón Cuba, Casa de las Américas, Casa del ALBA cultural, la Sociedad Cultural José Martí y otras, todas ellas de acceso más fácil que el pequeño y por momentos complicado viaje que hay que emprender para llegar a La Cabaña. De ese modo tuvieron lugar simposios como el relacionado con el aniversario 130 de la abolición de la esclavitud en Cuba, o con el Inca Garcilaso y su influencia en la literatura peruana a los 400 años de su muerte.
Si bien la clausura formal fue el 21 de febrero, lo principal de la oferta de libros recorrerá por las diferentes provincias hasta abril.
La publicación cotidiana del boletín El Cañonazo (hace mención al tradicional disparo de cañón que se efectúa diariamente desde La Cabaña a las 21 horas) y el constante perifoneo por altavoces, se tornaron totalmente insuficientes, para orientar sobre la gran variedad de actividades a la enorme cantidad de concurrentes que, al parecer, superó todas las previsiones. Algunos días la avalancha humana estuvo a punto de desbordarse y, como es de suponer, en tal situación también colapsó el transporte público dispuesto para la feria.
inquietudes. En semejante torrente bibliográfico aparecen sin embargo ciertos contrastes. Dio la impresión de que la literatura infantil/juvenil acompañada de abundante papelería colorinche hubiera sido preponderante.
A su vez, algunas ausencias notables, por ejemplo: la biografía “Ernesto Guevara, también conocido como el Che” de Paco Ignacio Taibo II, no se ha editado todavía en la Isla, mientras ya se lo ha hecho en muchos países, en 10 idiomas y con más de un millón de ejemplares vendidos. También sorprende que el autor cubano más leído en el mundo, en estos momentos, Leonardo Padura (Premio Nacional de Literatura, 2012), esté representado en la feria apenas con dos de sus cuentos dentro de una antología.
Asimismo, una suerte de tensión intelectual, debido a la publicación de la novela 1984 de George Orwel. Pedro Pablo Rodríguez, su prologuista y presentador, dijo que la edición de esta obra constituyó una empresa difícil y polémica para la sociedad cubana actual. Todavía en una época reciente las creaciones de Orwell no se difundían en la Isla. “Iban dirigidas contra la URSS y por consiguiente se consideraban un material ideológico no admisible”. Añadió que 1984 no es una obra que aporte a la literatura de posguerra, tampoco abre caminos a la literatura contemporánea de la lengua inglesa, sin embargo, sigue atrapando lectores porque describe “esa cosa espantosa —el dominio de los totalitarismos— presente en el mundo de hoy en buena medida más que en los propios tiempos en que el autor la escribió pensando en muchos años después”.
También hizo alusión a los regímenes que “se desmoronan desde adentro, no necesitan que ningún imperio los tumbe porque llegan roídos y con pies de barro”. Rodríguez ostenta el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas. “Va siendo hora de que los cubanos dejemos de pensar que nuestro modelo está en Washington, en Madrid, o en Pekín o Moscú, nuestro modelo está aquí”, resaltó.
Grandes expectativas
“Hemos resistido, no nos pudieron derrotar, el bloqueo debe terminar” parece ser un sentimiento muy extendido, ante la creciente normalización de las relaciones Cuba-Estados Unidos. Pero también se puede advertir cierta crispación, especialmente entre los jóvenes, por las carencias y dificultades de la vida cotidiana: los bajísimos salarios en moneda nacional, el atosigado transporte público, la insuficiente y muy cara conectividad individual a internet y otros por el estilo.
Antes del final de la feria se anunció con sorpresa la visita de Obama este mes. La expectativa es muy grande, por cierto, pero nadie cree que las cosas vayan a cambiar de la noche a la mañana.
Bolivia en la Feria del Libro de La Habana
– El stand permanente fue presentado por la Embajada de Bolivia en Cuba. Se exhibieron publicaciones, afiches y artesanías, ante la ausencia de empresas editoras bolivianas.
– Fue presentado el libro ‘Andares del Che en Bolivia’ de Carlos Soria Galvarro, editorial Cienflores de Buenos Aires, Argentina.
– El autor brindó también una conferencia: “Los diez años del libro en el proceso de cambio en Bolivia”.
– Homero Carvalho Oliva, presidente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB), disertó sobre “La promoción del libro y el escritor boliviano en la Fundación Cultural del BCB”.
– Fueron presentados los poemarios ‘Inventario nocturno’ y ‘La luna entre las sábanas’, de Carvalho Oliva.
– Estas actividades tuvieron lugar en la Fortaleza San Carlos de La Cabaña, excepto la última realizada en la Casa del ALBA cultural.