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Denisse Arancibia: ‘Esta historia tenía que hablar de una gorda promedio’

Los roles femeninos fuertes en el cine boliviano se cuentan con los dedos de una mano. Y ahí aparece Denisse Arancibia, que no solo dirige y escribe, sino que protagoniza la cinta Las Malcogidas, recomendada ya por la crítica en Argentina y que se estrenará este 21 de septiembre en todo el país. Carmen es el nombre de su personaje principal, que augura marcar un antes y un después dentro del cine boliviano con relación a su mirada sobre la mujer.

— ¿Cómo le fue a Las Malcogidas en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (Bafici)?

— La película funcionó muy bien en Argentina, y no solo con el público festivalero, sino con el general. La gente reía mucho, era un poco surreal; yo la pasé fatal, veía errores… He sufrido mucho a pesar de que el ambiente era una belleza. Cuando presentas contenido a través de la comedia, a la primera risa el público ya está conectado. Y eso pasó. La gente estaba muy enganchada y ha aplaudido mucho; en la segunda función aplaudieron de pie. Espero que aquí también funcione así.

— Tiene a una mujer fuerte como protagonista. Ella escapa a los estereotipos; no solo eso, los enfrenta. ¿Podemos hablar de una primera propuesta boliviana de cine femenino? ¿Cómo se siente con ello?

— Muy satisfecha. Había muchas cosas que quería gritar siendo mujer, siendo gorda, siendo boliviana, siendo soltera a mis 30 años y que las he podido expresar a través de una historia rosada y musical. Parece una contradicción: hablar de algo que me jode mucho y que haga que tú te rías y la pases bien; pero es lo que buscaba. Lo del cine femenino me lo habían dicho antes, no me quiero cargar ese título, pero es cierto: la película trata de una mujer que busca un orgasmo y creo que no hay nada más femenino y feminista que eso; hablar directamente a la gente de los derechos sexuales de las mujeres, como placer.

Filmación. Algunas de las escenas del filme boliviano. En las imágenes están: Rosa Ríos, Denisse Arancibia, Bernardo Arancibia, Fernando Barbosa y Marta Monzón.

— Y Carmen no es la que calza el estereotipo. Aparte de Vuelve Sebastiana, el cine nacional no muestra a protagonistas empoderadas.

— No hay un personaje femenino protagonista fuerte; ellas suelen ser el objeto de deseo de los otros, generalmente del protagonista hombre. Hay una coprotagonista en ¿Quién mató la llamita blanca?, ahí hay un nivel de igualdad. Pero aquí son tres mujeres: Carmen, la abuela y el hermano que se siente mujer, que para mí es mujer. Es una trica muy fuerte. Y está la idea de replantear la fisicalidad de la mujer. Está bien que haya mujeres delgadas y hermosas, pero en esta historia tenía que hablar de una gorda promedio que pueda ser tan deseada como La Chaskañawi.

Como consumidora del cine comercial nunca me he identificado con nadie, a lo mucho con la gordita graciosa, que en general es la buena amiga, pero que nunca tiene orgasmos, nunca sale en bolas. Es un tema muy importante y lo seguiré explorando en mi siguiente guion, de hecho tengo un primer borrador para el siguiente proyecto.

— La cinta tardó siete años en llegar a salas desde la escritura del primer guion, ¿cómo ha sido el proceso?

— Los años de espera han servido para que la película sea lo que es ahora. Eso creo que me pasó con Casting (su ópera prima en codirección con Juan Pablo Richter). Yo amo esa película, pero creo que si hubiésemos esperado un año más, nos hubiese ido mucho mejor.

— ¿En tantos años de trabajo no pensó en dejar el proyecto?

— Muchas veces me he desanimado, decía: “No doy más”. Es muy desgastante, me he enfermado, pero yo he puesto un pedazo de mi corazón en este proyecto: la historia parte de mí, he invertido mucho de mi alma. Si decides hacer cine en Bolivia hay algo —no sé si es pasión, ego o testarudez— pero hay algo que te dice: “Hazlo”.

— No se suele recuperar lo invertido en cine en la taquilla boliviana. ¿Cómo le hará para pagar las cuentas?

— Tenemos la ventaja de que hemos ganado fondos, pero es realmente imposible recuperar lo invertido solo con la taquilla. Alcanzará para pagar a la gente que trabajó y un par de procesos en posproducción. Es algo que asumes desde el principio. Yo ojalá de ahí; como directora, guionista y actriz; vea un peso. No espero más que cubrir mis deudas y ya. Pagando eso soy feliz.

— ¿Cómo ha sido el desafío de actuar y dirigir Las Malcogidas?

— Yo no he actuado mucho en mi vida, pero estoy convencida de que el personaje eres nomás tú, te tienes que hacer cargo. Aunque tengas que encarnar a un extraterrestre en 2043 eres tú. Le estás dando tu cuerpo, vida, tus latidos. Al principio yo no pensaba en ser la protagonista de mi primera película en solitario. Al final me fue complicado encontrar una mujer gorda actriz profesional, pues las actrices son delgadas porque su trabajo lo requiere; y cuando encontraba una mujer gorda no actriz, ella se desanimaba al leer el guion. Las mujeres gordas suelen tener un problema de autoestima y ante la posibilidad de tener que exponerse, desnudarse y besarse con cinco personas diferentes en una sociedad boliviana, que es más cerrada, me decían que no. Entre chiste y chiste salió la idea de que lo haga yo. Ya no me daba miedo, sino que era un reto más, así que me lancé a la piscina. Luego vimos que no me alejaba de la dirección al no estar detrás de cámara; de alguna manera igual controlaba todo y hasta más: estando al medio la conexión de los actores era tal que sabía lo que estaba pasando sin ver el monitor. No me ha costado tanto en tiempo ni despliegue, además el equipo cuidándome las espaldas era de primera. Nunca sentí desconfianza.

— ¿Cómo funcionó la relación de la directora/actriz con el reparto?

— Ha sido una belleza total. Como Bernardo (Arancibia) es mi hermano en la vida real y en la película, había la desconfianza de que no le exija mucho; él mismo me dijo eso. Pero Bernardo ha trabajado años en este personaje. El día que decidimos hacer la película, yo he escrito el personaje para él. Él ha hecho crecer su melena durante seis años para el personaje. Él tiene la corporalidad de actor, pero ha trabajado la de bailarín, aprendió a caminar con tacones y maquillaje, creo que actores no tienen ese nivel de compromiso con el personaje. Y así fue con el resto del reparto: Ariel Vargas subió 10 kilos y Marta Monzón trabajó en verse vieja.

‘Las Malcogidas’: proyección

Miguel Vargas

Sesudas reseñas de la prensa especializada de Buenos Aires se pueden resumir en las expresiones: “Humor inteligente”, “cruda y ácida” y “maravillosa”, vertidas por Fun Cinema, Revista Caligari y Perro Blanco. Las Malcogidas es la película que le tomó siete años a su directora,

Denisse Arancibia, y que fue posible gracias a diferentes incentivos y festivales en los que ganó.
“Me acerqué muy humildemente a Victoria Guerrero y ella me dijo:  “Yo te la produzco” y empezó así el matrimonio directora productora”, explica Arancibia.

El filme retrata la historia de Carmen (Denisse Arancibia), una mujer de 35 años, que pesa más de 100 kilos y que nunca ha tenido un orgasmo. Está enamorada de su vecino Álvaro (Fernando Barbosa), voz principal de un mediocre grupo de rock, que tiene como novia a una delgada princesa de belleza (Scarlet Bolívar). Carmen vive con su hermano Honorio (Bernardo Arancibia), de 55 kilos y escogido Miss Trans varias veces.

Él sueña con poder pronto operarse y cambiar de sexo. Ambos viven en la casa de su abuela Carmen (Marta Monzón), de 50 kilos y narcoléptica. Carmen intentará complacer a su abuela bajando de peso y sobre todo combatir la maldición familiar que le impide tener un orgasmo.

La película comenzó con muy buen pie: ganó el Bolivia Lab 2010 y el primer foro de coproducción del Festival de Cine de San Sebastián (España).

Luego de ganar en San Sebastián, el proyecto ganó su beca al mercado de Cannes Marché Du Filme. También ha sido ganadora del Fondo Ibermedia y se ha estrenado en la sección dedicada a la comedia del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente de este año.

“Ahora estamos aplicando a festivales que te avisan en diferentes fechas y en función a eso, la película tiene que ir buscando su camino. Cada filme tiene un circuito distinto de festivales. Una vez que se cierren las proyecciones aquí, buscaremos en otros países. Creemos que puede funcionar en Perú, México y Argentina, en este último país tenemos un productor. Trabajamos con BF Distribution aquí y hay que ver cómo nos va en las salas para proyectarnos afuera”.