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Bandas con proyección

El Tribunal de la Haya, Torkuatos y Doctrollers son tres bandas cruceñas que han impresionado al productor, músico y gestor cultural Ronaldo Vaca Pereira. El socio del flamante Meraki Teatro-Bar —espacio cultural que abrió sus puertas el 19 de enero, bajo la batuta de Pereira, Pato Peters y Sergio Torrellio— encuentra que si bien la propuesta musical en Santa Cruz se ha visto deslucida por la falta de festivales, hay bandas emergentes que se lanzan a mostrar propuestas propias de calidad.  

“Quiero escuchar cosas grabadas,  ver sus videoclips. Quiero verlos más en escenario. Son las bandas que en mi criterio tienen las propuestas musicales más sólidas dentro de la categoría de artistas que hacen composiciones”, explica el gestor.

El Tribunal de la Haya está compuesto por Federico Amaya, Favio Encinas, Luciano Panei, Christian Alba y Nicolás Moyano, y hacen fusión de música latina. Torkuatos hace rock indie y sus integrantes son: Pancho Ishu, Raúl Álvarez, Akira Ishu y Carlos Llanos. Y Doctrollers lo conforman George Ibáñez, Efraín Mercado y Ricardo Zambrana, tocan funk pop.

Tres conjuntos nuevos brillaron en el Bolivia Festijazz Internacional en Santa Cruz, evento del cual Vaca Pereira fue coordinador. “Priscila and the funky tones es una banda formada a principios de este año, con músicos extremadamente buenos, que se encontraron con Priscila, que tiene una voz extraordinaria”, describe.

Tarumá y  Kevy Morató & la Bonus Big Band Santa Cruz son conjuntos que con más de ocho músicos en escena tienen una propuesta ambiciosa.  “Kevy Morató y la Bonus Big Band me parece genial, se va más por el jazz, pero también se mete al folklore… y Tarumá, que tiene músicos relativamente nuevos, presentó algunas canciones propias en el Festijazz y pinta muy bien”, comenta.

Sin embargo, estas bandas se encuentran “en un momento de arranque”, en el que si bien  grabaron algunas canciones, todavía les falta “horas de vuelo” en escenario.

El líder de Animal de Ciudad detecta un declive de la escena musical en la ciudad de los anillos; uno de los factores es que se han perdido los festivales masivos y gratuitos, una plataforma muy importante en los últimos años. “En 2014 el apoyo empezó a desvanecerse, la iniciativa de tomar espacios públicos con bandas de música contemporánea se empezó a diluir. En un año regular, entre 2010 y 2014, organizaba entre ocho y 10 espectáculos, este año fue solo uno, la Fiesta de la Música con la Alianza Francesa”.

Tocar en espacios públicos fue interesante porque no eran bares. Le daban a los grupos la posibilidad de tocar sin cobrar para un público masivo de todas las edades. Así surge el teatro-bar Meraki, un espacio que trata de cumplir la función que tuvieron los festivales, como una opción diferente a los boliches. “Los bares son una zona de confort muy linda, pero también dañina. La gente va, pero no necesariamente a escucharte”.

Meraki intenta llenar un vacío en el mercado, está pensado como un teatro en el que también se puede comer o tomar algo, pero cuya función principal no es esa, lo más importante es el espectáculo. “Lo que interesa es tener la infraestructura para que el artista elija este espacio para su show”.

Sin embargo, el músico está consciente de que cobrar entrada, por más barata que sea, restringe la cantidad de público que asiste y no puede competir con la exposición en medios que significaban los espectáculos masivos. Por esta falta de apoyo es difícil que los artistas se den a conocer en la escena nacional e internacional.