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Compromiso más allá de la sátira

Las portadas de las revistas Time (EEUU) y Der Spiegel (Alemania) probablemente hayan quedado grabadas en la memoria de una generación. De la generación que vio a Donald Trump ser elegido y asumir la presidencia de quizás el país más poderoso del mundo. Aún así, sin miedo y con fuerte convicción, Edel Rodríguez caricaturiza al Primer Mandatario americano y con una simpleza muy propia de prodigiosos, su obra se ha popularizado posicionándolo como uno de los estándares actuales del arte político en el mundo.

La ilustración que representa a un manifestante dando un saludo nazi mientras se iza una bandera estadounidense con el titular “Odio en América” es la cuarta portada de Rodríguez en la revista Time en dos años, se realizó justo después de la tragedia de Charlottesville. Otra es la de la cara derretida de Trump, sin ojos. Ésta fue elegida como la mejor portada de 2016 por la Sociedad de Editores de Revistas, ASME, por sus siglas en inglés. Pero es la imagen de Trump levantando la cabeza de la Estatua de la Libertad decapitada la que ha puesto el nombre de Rodríguez en los titulares mundiales.

Este diseñador cubano, migrante y ahora estadounidense, es uno de los invitados estrellas de la Bienal del Cartel 2017, llegará a La Paz el 20 de noviembre para ser parte de varias actividades, entre ellas, un taller denominado El Cartel y la protesta y una conferencia sobre arte y política.
Nombrado recientemente en el grupo de los 50 creativos más importantes de la advertising age (época de la publicidad), Rodríguez llegó a EEUU a los nueve años, como refugiado político durante la etapa conocida como Éxodo de Mariel, en 1980.

Según comentó Rodríguez en una entrevista a la NBC en 2016, creció en una pequeña granja llamada El Gabriel, rodeado de sembradíos de tabaco y caña de azúcar, donde se vio permeado por las ideas de sus vecinos, campesinos sin mucha educación pero con una “sabiduría sencilla”, la cual se convirtió en su inspiración.

“Esa es mi meta: hacer imágenes simples que cooptan fragmentos de lo mundano y los retuerce en espejos que reflejan complejidades pasadas por alto, todo al tiempo que permanecen accesibles a las masas, independientemente de clase, educación o profesión”, explicó aquella vez.

Como migrante, Rodríguez tiene la urgencia de hablar de Trump. Recientemente señaló que no solamente se pelea contra regímenes conservadores de izquierda o de derecha, sino que se pelea con uno mismo y la única forma de ganar esta pelea es hacer lo que hace.

Aunque estos últimos años ganó la antipatía de los amantes de Fidel Castro o el Che —debido a su intervención a la icónica foto de Guevara, a la cual añadió la marca Nike en la boina y los auriculares iPod—, su primera controversia fue en 2015, por la portada de la revista Newsweek sobre mujeres en el lugar de trabajo y el acoso sexual en Silicon Valley.

Rodríguez tiene formación universitaria en artes, sus trabajos fueron expuestos en muchos países, sus obras se encuentran en varias colecciones,  incluyendo el Instituto Smithsonian de Washington D.C.

Entre sus influencias artísticas se encuentran la rica tradición de la cartelería cubana y los pintores Pablo Picasso, Henri Matisse o Joan Miró. Portadas que lo impresionaron son las del diseñador George Lois para la revista Esquire en los 60, “como la de Muhammad Ali amarrado con flechas, la de Warhol dentro de una lata de Campbell’s o la de Nixon siendo maquillado”, expresó alguna vez.

El artista cubano-americano ilustró nueve libros infantiles, dos de los cuales escribió. También creó varios sellos para el Servicio Postal de Estados Unidos e ilustró el cartel y varias campañas publicitarias para óperas, películas y espectáculos de Broadway.