El admirar la vida a través de la música era el sello personal de Julio Barragán (La Paz, 1951-2017); el director, compositor e innovador maestro que mientras componía disfrutaba de un delicioso café cortado. “El Barragán Saucedo” —como se decía a sí mismo— disfrutaba de cada instrumento, de cada acorde, de cada melodía y de cada nota. “Exquisitas melodías, exquisitos acompañamientos, cada nota puesta en su lugar… maravilla!”, comentaba mientras se deleitaba con Roger Wagner y sus negro spirituals, cuando preparaba la temporada de Gospel en 2015.

Cuando una se pone a buscar cosas en la cabeza para recordar a una persona, se inicia un proceso de recuento de todo lo recibido, los detalles de amistad, las enseñanzas, los consejos, los espacios de reflexión, los regaños y —por qué no— esos minutos de acompañamiento en una soledad marcada por la sincera presencia de un amigo que nos acompañaba con el humo de un cigarro. Y sí, eso fue Julio, para muchos artistas y para mí, el amigo que hacía que la vida sea diferente y especial, tal como él siempre decía: “Siempre recuerdas a las personas mayores de quien fuiste amigo, porque marcan un momento importante en la vida”. Siempre me repetía esas palabras y nosotros —sus artistas, sus compañeros de trabajo y sus amigos— recordaremos en medio de todo lo que nos brindó. No lo olvidaremos.  

El Coro Sinfónico de Bolivia y La Paz EnCanto fueron las últimas creaciones que Julio le regaló a La Paz. El coro nació con el apoyo del Ministerio de Cultura dentro de la Orquesta Sinfónica, luego continuó de manera independiente y finalmente se consolidó con el apoyo y patrocinio de la Universidad Privada Boliviana (UPB), entidad que nos adoptó como los hijos del maestro Barragán, y que nos permiten continuar con un legado de misión de lograr un mundo consumista cultural.

Me atrevo a decir —desde la humildad que me inculcó Julio de amar más al arte de la vida misma— que fuimos sus preferidos, pues logramos cumplir su meta: hacer música de forma profesional. Desde que nacimos al mundo artístico reunimos cantantes, instrumentistas y artistas que cumplían con los estándares internacionales, que seguían nuevas reglas de trabajo —recalcó que la rebeldía del artista hizo que nos costara adecuarnos a la dinámica de cumplir reglas— pero hasta eso Julio nos enseñó a cumplir, al final, con alegría y gusto, el llegar temprano a cada ensayo, recordándonos que la seriedad del trabajo pasa por exigirnos estudiar las partituras con anticipación para “llegar a cada ensayo con cada nota en su lugar”. Él sacó y seguirá sacando lo mejor de nosotros.

Cada arreglo maravilloso que nos presentó, donde el reto era cantar a la perfección esas segundas menores, quintas disminuidas y séptimas mayores; disfrutando de cada acorde, de cada compás. Con él fue tan sencillo entender que la música puede transportarte mentalmente a lugares maravillosos, al igual que darnos la oportunidad de sentir distintas emociones cuando descubrimos que una séptima mayor resuelve con más riqueza a un primer grado que una séptima sencilla… Gracias Julio por darnos esa lección musical.

Cuecas, boleros, tangos: los conciertos más exitosos que Julio dirigió fueron con el elenco de La Paz EnCanto, conformado por solistas del Coro Sinfónico de Bolivia UPB y al que se adicionaron elementos como la danza y la poesía, para crear espectáculos de altísima calidad, según perseguía siempre Barragán.

Hace ocho meses nos dejó de manera inesperada, un día sin respuestas a los mensajes que intercambiábamos por el Facebook; un día sin responder a las llamadas de amigos y la familia. Fue una noche triste para todos quienes estábamos cerca de él, para quienes compartimos día a día un café, una tertulia, pero sobre todo anécdotas y experiencias de vida que tanto le gustaba a él compartir.

No existe una mejor forma de honrar la memoria de un grande, como lo fue Barragán Saucedo, el Maestro Julio, que no sea a través de su música y de sus arreglos. Se le hará un homenaje en que se interpretarán los arreglos que el maestro Barragán realizó de manera exclusiva para La Paz EnCanto para darle Gracias a la vida por haberlo puesto en nuestro camino musical.