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Edel Rodríguez: ‘Para mí, dibujar es como hablar’

Edel Rodríguez es el ilustrador cubano-americano cuyos trabajos cargados de emoción y compromiso se reflejan en las portadas de Time, Der Spiegel y The New Yorker, donde a través de la sátira hace una crítica mordaz a la presidencia de Donald Trump. Los tópicos que toca no solo incluyen al Mandatario estadounidense, también trabajó sobre terrorismo, guerras y los claroscuros que éstas presentan. El artista será invitado de honor de la Bienal del Cartel Bolivia (BiCebé 2017).

Rodríguez fue seleccionado en 2016 dentro del grupo de los 50 creativos más importantes de la advertising age (época de la publicidad). La ilustración de la cara de Trump derretida en el Time fue elegida la mejor portada de una revista en EEUU el pasado 2016.

Rodríguez llegó a EEUU como parte de las familias que escaparon de Cuba en lo que se llamó El Éxodo de Mariel. Se graduó con honores del Institute de Brooklyn, Nueva York con un masterado de pintura del Manhattan’s Hunter College y es un prolífico de la ilustración. Sus trabajos fueron exhibidos en EEUU, Canadá, Cuba y España. Es colaborador habitual del New York Times y el New Yorker, Time Magazine, Newsweek, Der Spiegel, The Nation, The New Republic y el Village Voice.

En la Bienal del Cartel Bolivia tendrá una exhibición con lo mejor de su trabajo en portadas de revistas y un taller sobre carteles y política, además de una conferencia en el Congreso Internacional de Diseño —en el Campo Ferial Chuquiago Marka— el 25 de noviembre a las 17.00.

— ¿Qué opinión tiene sobre la formación académica?

— La formación es importante. Pero creo que los estudios de pintura o escultura tienen su importancia también. El diseñador que puede mezclar todas estas diciplinas se destaca hoy en día.

— Ilustró las portadas de diversidad de revistas en el mundo. Algunas fueron polémicas. ¿Existe la autocensura con algunos artistas a la hora de hablar sobre política?

— Para mí, lo más importante de una tapa de revista es que empiece una conversación para que el público que no está al tanto de las noticias se dé cuenta. Yo quiero que mis portadas causen polémica. Lo peor que puede ocurrir es que la gente se calle, que no hable y que acepte lo que está pasando. Existe autocensura y censura de otros tipos. Como artistas debemos confrontar todo eso. El arte puro no vive en el mundo de la censura, los artistas deben de crear con pura libertad. Algunos ilustradores no tienen el interés y yo entiendo que para otros a veces es una cosa más calculada, porque no quieren afectar su negocio, etc. A mí eso no me interesa. Para mí, dibujar es como hablar. Yo digo lo que quiero cuando tengo el deseo. La libertad pura es una maravilla. Eso no es algo que te dan, es algo que tienes que exigir, día por día.

— Fuera de la política y la protesta, ¿qué otras situaciones actuales del mundo le interesa ilustrar?, ¿por qué?

— A mí me gusta mucho viajar, observar, hacer dibujos de lo que veo por primera vez. Temas del amor y de la muerte son otras cosas que me interesan. ¿Por qué? Porque no son cosas concretas, son misteriosas y abstractas, con muchas rutas visuales.

— ¿Cuáles son sus consumos culturales?, ¿cuáles son sus preferencias?

— La verdad es que yo soy un adicto a las artes visuales: Leo libros de arte, voy a museos y galerías todas las semanas. El cine no me interesa como antes, pero me gustan mucho las películas de Almodóvar. Me gusta bailar y ver a músicos latinos de salsa o jazz. Es algo que me da mucha emoción y donde encuentro ideas para mis obras.

— ¿Cuáles son los trabajos que le han significado un mayor esfuerzo?

— Cada vez que empiezo un modo nuevo de trabajar es un esfuerzo. Y los primeros dibujos en esa serie son los que tienen significado para mí. Por ejemplo, la primera vez que se me ocurrió pintar con café o el primer collage de pinturas o la primera escultura con cajas de cartón —que estoy resolviendo ahora—. Cosas así son las que mantengo en la memoria. A veces no vendo esas obras, son muy personales.

— ¿Cuál es su opinión sobre la situación política actual de EEUU con Cuba?

— La situación cambia día a día, así que es difícil opinar. Pero generalmente creo en la apertura, porque es la manera en que la gente se entiende. Y de ese punto empiezan los cambios, que es lo que todos queremos.