Savia renueva
Los Junaro convocan el poder de la evocación que tiene la música.
Cuando miramos un retrato pintado hace cien años, vemos el tiempo congelado, nos imaginamos lo que tal vez pensaban o cómo sentían y amaban los que nos miran desde su silencio y quién lo pintó de esa manera; lo mismo sucede cuando vemos una escultura o una construcción que albergó a mucha gente. Nos cuesta imaginar a los hombres que edificaron, piedra a piedra, durante años, un espacio que albergó a seres humanos que vivieron ahí y lo ocuparon.
La música llena esos espacios que nos hablan desde su silencio.
La música les dota de su hálito vital, las descongela, sacude la memoria y entonces ocurre el milagro: la evocación nos llena el espíritu de una intensa alegría o una profunda tristeza. A veces nos produce euforia o un llanto que viene desde atrás.
¿Por qué no toda la música produce este efecto en los seres humanos?
Como los constructores, pintores, escultores o poetas que, para trabajar su arte, primero fueron pasto de las cicatrices que produce la vida con sus caídas y tropezones, con los sueños hechos añicos por una dictadura o con los momentos de intenso éxtasis que produce el amor, no ese egoísta que se restringe a sí mismo, sino ese que se expande a un pueblo que sufre, que se alegra y lucha; allí es a donde llega esa música, sin cribas. A esa multitud que se encuentra con la música que le devela su humanidad.
Savia Nueva tiene esa virtud, durante su larga trayectoria ha construido cada pieza musical con el afán del orfebre que sabe que cada gramo de oro o de un diamante en bruto tiene que ser mimado y no desperdiciar su belleza intrínseca. Eso espera la sociedad en sus diferentes estratos: que sus artistas den lo mejor que tienen, sin guardarse nada; que ardan en el escenario y logren que los sentimientos más ocultos del que los escucha afloren.
Durante los 80, en cada momento crucial de las luchas populares, los universitarios ponían en los altoparlantes del Monoblock La Marsellesa, el himno de la Revolución Francesa o un bolero de caballería de la Guerra del Chaco, porque no encontraban algo que los identificara con su causa, hasta que emergió Los mineros volveremos, de César Junaro, y en cada vivac instalado durante las luchas sociales, esta canción sonaba y suena en todas partes, recordándonos quiénes somos, o las canciones de amor de Jaime Junaro que nos develan de dónde venimos y por qué estamos en esta tierra doliente y fecunda.
El contraste de un país como Bolivia, donde la desmesura es moneda corriente, Savia Nueva siempre renueva con su música nuestra memoria, nos exalta y compromete. Su producción musical, con la participación de otros músicos excepcionales, es un aporte a la música popular contemporánea de Bolivia y Latinoamérica que ha traspasado varias generaciones, llevando siempre como estandarte su compromiso con la vida y la dignidad.
Concierto de César y Jaime Junaro
Miguel Vargas
La música de Savia Nueva —con los hermanos Jaime y César Junaro llevando la batuta— se volverá a escuchar en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez los días 19, 20 y 21 de enero a las 20.00. En el recital se revisarán algunos de los éxitos emblemáticos de esta agrupación que ha acompañado con sus mensajes a varias generaciones. Las entradas se venden en el portal Superticket.bo y desde el martes en el mismo teatro.
Savia Nueva inició su carrera artística en 1976. Lanzó al mercado su primer larga duración Deja la vida volar, en el que se incluyó una de las canciones emblemáticas del grupo: Paloma, de la autoría de César Junaro. Temas como éste se escucharán en el recital que además contará en escenario con Andy Burnett (bajo eléctrico), Benjamín Chambi (batería), Roberto Morales (flauta traversa, saxofones y quena), Freddy Mendizábal (piano), Marco Lavayén (guitarra) y René Alinas (charango y mandolina).
Las propuestas del grupo han sido emblemáticas durante la época de la dictadura. Y con la recuperación del sistema democrático (1983), Savia Nueva desarrolló una intensa campaña de conciertos en ciudades, poblaciones y centros mineros. Por ejemplo, asistió en Venezuela al Festival Bolivariano por el Sesquicentenario del Nacimiento del Libertador Simón Bolívar, en Buenos Aires estuvo en el Festival por la Recuperación de la Democracia en Uruguay, en Nicaragua asistió al II Festival de Canto Nuevo Latinoamericano; en Ecuador cantó en el III Encuentro de Canto Nuevo Latinoamericano.
El grupo boliviano ha compartido escenario con artistas de prestigio como Mercedes Sosa (Argentina), Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa (Uruguay), Inti-Illimani (Chile), Luis Enrique y Carlos Mejía Godoy (Nicaragua), Silvio Rodríguez (Cuba), Vicente Feliú (Cuba), Pueblo Nuevo (Ecuador), entre otros.
Tras una ausencia de 1987 a 2008, el grupo volvió con fuerza a los escenarios para presentar nuevas canciones y aquellas que marcaron una época.