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Julieta, el coraje de ir contra ‘El río’

La dolorosa sorpresa de interpretar a Julieta en la película El río —dirigida por Juan Pablo Richter— fue que muchas de las situaciones de violencia machista que se retratan resultaron tan cotidianas y familiares que hicieron evidente la naturalización de sus efectos, explica la actriz Valentina Villalpando.   

El filme —que se estrenará en cines el 2 de agosto— narra la historia de Sebastián, un adolescente introvertido, interpretado por Santiago Rozo, que es enviado de La Paz a vivir con su padre —Fernando Arze—  en un rancho cerca de Trinidad. Mientras trata de entender su lugar como el hijo del jefe, encuentra un mundo en el que la relación entre mujeres y hombres le sorprende y perturba.

Allí conoce a Julieta, el personaje de Villalpando, la joven esposa de su padre, con quien construye una relación de complicidad.

Al momento de entrar en contacto con este mundo ficcional, en el que el lugar de la mujer está siempre marcado por su relación con los hombres, Villalpando identificó conductas machistas en sus propias acciones.

“Como mujer recibo ciertas actitudes de los hombres, pero también me doy, inconscientemente, un lugar que es machista y que no debería dármelo”, desarrolla.

Esta reflexión está relacionada con el hecho de que su personaje funciona como una suerte de “receptor”. Uno de los principales retos que la actriz enfrentó para encarnar a Julieta fue ser capaz de contener mucha carga emocional y relacionar esa energía con las acciones y formas de actuar de Julieta.

Sin embargo, encuentra en ella una mujer valiente, que recupera para sí misma la posibilidad de decidir qué rumbo tomar en su vida: “Es una mujer que no tiene salidas en el contexto en el que se encuentra, pero se enfrenta sola a circunstancias de su vida y se permite decidir por sí misma. Salga todo bien o mal, toma su vida en sus manos y no se ‘deja llevar por el río’”, explica la actriz cruceña.

Para encarnar este personaje, primero se conectó con la naturaleza. Identificó la influencia siempre presente del agua y del río. Después escribió un diario, donde estructuró representaciones, que junto a diferentes objetos, le ayudaron a construir la subjetividad del personaje.

“El trabajo con Fernando y Santiago fue muy fluido, tuvimos buena química y siento que nos ayudamos mutuamente en nuestras interpretaciones”, comenta.

Villalpando, que comenzó su formación actoral en el Instituto Eduardo Laredo, de Cochabamba, se especializó durante cuatro años en Buenos Aires y ésta es su primera experiencia en cine.

Eligió participar en este filme, primero porque experimentar en este medio llamaba su atención, pero sobre todo porque el guion de Richter le causó un fuerte impacto: “La historia no es solo una excusa para hablar de algo más, es una realidad escondida, un tabú que todos conocemos, pero del cual aún no nos animamos a hablar abiertamente”.