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Fernando Arze se inspira en ‘When Harry met Sally’

Mi amigo Martín es una comedia que se apropia de la temática que trató la película When Harry met Sally, dirigida por Rob Reiner, en 1989, y protagonizada por Billy Crystal y Meg Ryan. La dirección de Fernando Arze, junto al elenco Coyoacán en Agosto, cuestiona las respuestas que dio el filme, hace 20 años, a la pregunta, ¿pueden un hombre y una mujer tener una amistad sincera ? y se lanza a alimentar el debate con nuevas experiencias, creando sus propias respuestas e interpretaciones.

“La vi por primera vez hace 20 años y al volver a ella me di cuenta que ya no pienso igual que entonces. En estas décadas se ha tratado mucho estos temas, que aún están vigentes, y queríamos renovar el debate” explica el artista formado en EEUU. 

Por eso, se dio la libertad de crear escenas casi iguales —incluso se puede reconocer los diálogos— a las del filme y también sacar e incorporar elementos. Mantuvo la época, la década de 1980, pero la situó a Bolivia.

“Nos tocó reflexionar sobre las diferencias entre la sociedad norteamericana y la boliviana, teniendo en cuenta que la nuestra es bastante más conservadora”, detalla el creador.

Mi amigo Martín narra la historia de dos jóvenes, recientemente graduados de la universidad, Martín y Lucía, que se conocen en un viaje de Sucre a La Paz, donde se acercan y reflexionan sobre la amistad entre hombres y mujeres. Actúan Natalia Jofré, Paolo Mariaca, Mariana Torrico, José Kellenberger, con la producción de Carolina Montero. Y  se presentará el 21 de julio a las 19.30 y 22.00; y el 22, a las 18.00 y 20.00 en el Teatro Nuna (calle 21 de Calacoto  8509).

Ésta es la segunda comedia de las tres que Arze —quien actúa en los filmes El río (Juan Pablo Richter) y Muralla (Gory Patiño), que se estrenarán en los próximos meses— se planteó dirigir en 2018, ya que en los últimos años trabajó sobre todo en dramas.  

La primera tituló 7 menús y recopiló historias escritas, en su mayoría, por el dramaturgo estadounidense David Ives. En ellas, la presencia del absurdo permite reflexionar sobre el comportamiento de los seres humanos.

Para Arze, las comedias son desafíos, tal vez mayores al de otros géneros teatrales, porque la participación del público es vital: “La comedia no es un género fácil. El reto consiste en tratar de advertir o adivinar dónde es que el público reaccionará.  De saber manejar estas pausas depende el ritmo de la obra y la fluidez que debe tener”, comenta.