La escritora española Belén Gopegui es una de las invitadas estelares a la XXIII Feria Internacional del Libro de La Paz. Es autora de catorce novelas, entre las que destacan La escala de los mapas (Premio Tigre Juan y Premio Iberoamericano de Primeras Novelas Santiago del Nuevo Extremo), La conquista del aire (llevada al cine bajo el nombre de Las razones de mis amigos), Lo real (finalista Premio Rómulo Gallegos, finalista Premio José Manuel Lara y finalista del Premio de la Crítica), El padre de Blancanieves (Premio La tormenta en un vaso), Deseo de ser punk (Premio Dulce Chacón), El comité de la noche (Premio Cálamo Otra Mirada) y la más reciente Quédate este día y esta noche conmigo.

En su narrativa destaca la capacidad para poner a sus personajes en situaciones límite y dejarlos sumergidos en un montón de dudas que van desde las existenciales hasta las morales o éticas. Para esto se vale de una escritura en la que hay atisbos significativos del género ensayístico que se aproximan de una manera bastante natural a la narrativa. La autora respondió a esta entrevista para Tendencias:

¿Es la primera vez que visita Bolivia? ¿Qué conoce de este país? ¿Qué espera encontrar? 

Es la primera vez y espero que no sea la última. Lo que conozco del país procede de lecturas y también de conversaciones con personas que han estado allí, es decir, muy poco. Bolivia es además tema de interés y conversación con varias personas, tanto españolas como latinoamericanas, que mantienen una relación más directa con el país, su cultura y su realidad social y política. Creo que Bolivia ha adquirido una especial relevancia para entender los cambios que están teniendo lugar tanto en Latinoamérica como en el mundo.

En sus libros se habla de compromiso político, hay referencias a la crisis económica española, también de ética, pero también de profundos sentimientos y situaciones humanos como el amor y la soledad. ¿De dónde vienen sus libros? ¿Y hacia dónde van?  

Supongo que vienen de preguntas relacionadas con el sentido, el qué hacer y el qué hacemos aquí, y que plantean la posibilidad de dar alguna respuesta. Las historias que contamos de algún modo tratan de hacernos imaginar un “qué habría pasado si”, y es lo que quisiera que hicieran las mías, contribuir a hacernos conscientes de algunas experiencias mediante la imaginación.

En El comité de la noche es notorio el empleo de palabras inclusivas —“todos y todas”, por ejemplo, que se repite varias veces— y que no son solamente usadas por un personaje, sino por varios, los más importantes. También es notorio que uno de los personajes se refiere a su padre y madre como “mis madres”. ¿Se trata, quizás, de un compromiso político por parte del autor? ¿Cómo es el lenguaje de sus otros libros?

En mi país últimamente algunos señores critican la voluntad de intervenir en el lenguaje, modificándolo, pues, dicen, atentaría tanto contra sus normas como contra la llamada economía del lenguaje. Si eso fuera cierto, acabaríamos en un segundo con la poesía, con Shakespeare, con el flamenco, con todo lo que no sea un uso práctico y, casi diré, tacaño, del lenguaje. El lenguaje es común, los grupos dominantes tratan de apropiárselo, pero en este momento muchas personas que hasta ahora apenas tenían voz, intervienen en el lenguaje modificando sus usos desde la libertad. Y eso no es algo que pueda frenarse con un decreto ni con un libro de gramática. El lenguaje de mis libros trata de hacer visible aquello que está a la vista pero que no siempre miramos, y aquello que a veces, aun mirándolo, nos pasa inadvertido.

¿Qué lugar ocupa su obra en la historia de la narrativa española?

Esa pregunta la responderán quienes analizan y valoran la narrativa española de estos tiempos. Claro que también dependerá de quienes vayan a tener, en el futuro, la posibilidad —por tiempo y formación— de analizarla y el poder mediático e institucional para que su criterio sea el criterio dominante. Se dice al respecto, desde el cinismo o la ingenuidad, que el tiempo es el que acaba poniendo cada cosa en su sitio, pero conviene recordar que su lectura depende de quiénes sean los dueños del reloj.

¿Cuáles son sus influencias? ¿Cuáles son sus libros favoritos? ¿Qué lugar ocupa la literatura latinoamericana en el canon de Belén Gopegui?

Sinceramente creo imposible responder con justicia a esas preguntas. Tendría que nombrar y ponderar no solo todos aquellos libros que conforman mi biografía lectora sino también todos aquellos aconteceres —conversaciones, películas, músicas, viajes, etc.— que indudablemente han dejado su huella sobre mi pulso de escritora. Somos consecuencia explícita o implícita de nuestras lecturas y experiencias. En este campo, como en otros, ninguna persona se hace sola a sí misma. Sin duda, la literatura latinoamericana conforma uno de los caudales literarios de los que me he alimentado. A modo tan solo de señal en el camino, me limitaré a dar cinco nombres de autores, ya consolidados, que en momentos muy distintos de esa biografía literaria intervinieron con especial relevancia: Vallejo, Lispector, Onetti, Fogwill, Vilariño.

En El comité de la noche se nota una fuerte inclinación ensayística, los personajes hacen que el lector dude todo el tiempo, ¿todas sus novelas tienen este sello? ¿Qué piensa usted de la novela como género literario?   

Lo más característico de las narraciones son las acciones, los actos y hechos que los personajes realizan, a través de los cuales se desliza el argumento; pero como sucede en la vida real también las opiniones, las reflexiones y las conversaciones, o los sueños, miedos y los deseos contribuyen al hacer sobre el que crece la materia narrativa. Al respecto me ha interesado dar, además, relevancia y significación a las acciones que los personajes “no hacen” o a las reflexiones y pensamientos que “no piensan”.

¿Relacionaría usted su narrativa con otras artes, música o pintura, por ejemplo? Si es así, ¿Por qué?  

La pintura y la arquitectura se integran a veces en las cosas que suceden en mis libros. La música atraviesa mi novela Deseo de ser punk, y está presente en muchas otras, palpitando a su modo.

Perfil

Nombre: Belén Gopegui

Profesión: Escritora

Carrera

Nació en Madrid en 1963 y tras concluir sus estudios como licenciada en Derecho (Universidad Autónoma de Madrid), inició su carrera de literata; primero con colaboraciones en secciones literarias de diversos impresos españoles y más adelante con la publicación de sus obras. La novelista y guionista estará hoy a las 19.00, en el salón Rubén Vargas de la FIL, en el conversatorio “Las formas de la escritura”, junto a Aroa Moreno (España), Inés Bortagaray (Uruguay) y Willy Camacho (moderador).