Gory Patiño, el suspenso como poética
El director de cine se apropia del lenguaje de este género para contar historias serias que se nutren del paisaje y la cultura paceña.
Temas actuales y al mismo tiempo universales —como la violencia y la desaparición de personas— contados en código de suspenso, parecen ser las claves de la búsqueda artística que propone el director Gory Patiño en sus propuestas más recientes: Muralla, Pseudo y La entrega.
Muralla, película que se estrenará el 13 de septiembre, narra la historia de Coco Muralla Rivera —interpretado por Fernando Arze— un exarquero que, para tratar de salvarle la vida a su hijo, se ve involucrado en un caso de trata y tráfico de personas.
“Es una historia en la que un padre quiere acercarse de nuevo a su hijo —tarde— y para tratar de salvarlo, porque éste necesita un trasplante de órgano, comete un gran error: vender a una niña. Y en su búsqueda de redención trata de recuperarla”, narra Patiño, quien también es guionista de la cinta, junto a Camila Urioste y Fernando Arze.
Esta historia se desprende del universo ficcional construido para La entrega, serie televisiva que aún no tiene fecha de emisión. El programa también habla sobre las redes de desaparición de personas, pero focaliza su atención en la madre de una pequeña desaparecida y en un periodista obsesionado por el caso. El tono se ancla en el policial.
Pseudo —cinta protagonizada por Cristian Mercado y que se rodó en julio— utiliza, por otro lado, el suspenso para contar la historia de un terrorista y hablar sobre las consecuencias de justificar la violencia a partir de la ideología política.
“El suspenso te permite hacer una película comercial y contar, al mismo tiempo, una historia seria e intrigante. Además, el cine negro te muestra a personajes de distintas clases sociales, de distintos barrios, en situaciones extremas —perder a un hijo o tener problemas con la ley— y eso nos hace humanos, nos une, nos pone en otro lugar. Eso es lo que me seduce al contar mis historias en este tono”, explica.
Una de las dificultades de utilizar un mismo registro en diferentes proyectos es lograr darle a cada uno su propia identidad. Además de matizar la estética de los filmes, con cambios en el montaje y la música, Muralla se aleja de La entrega al plantear un viaje interior, una historia más personal, con elementos oníricos que no están en la serie.
El compromiso artístico de Fernando Arze es otro aspecto que el director resalta. El actor y director teatral fue coguionista y protagonista de la película. Durante un año, Patiño, Arze y Urioste se dedicaron a la serie y en medio del proyecto surgió la posibilidad de realizar el largometraje sobre este personaje.
Una vez que gran parte de la escritura de Muralla estuvo lista, Arze decidió dejar su papel de guionista y dedicarse completamente al trabajo actoral para encarnar al exjugador de fútbol, convertido en conductor.
“Decidí retirarme como guionista porque sentía que no iba a poder hacer mi rol de actor plenamente. Dejé de hablar de la escritura y me concentré en el personaje”.
Algo clave fue recorrer La Paz, pensando en las experiencias del personaje. Creó una forma de caminar y de hablar que luego alimentaron su interpretación. “Te invade una curiosidad muy grande por explorar el personaje, aunque después llega también la soledad que él siente. Es una energía muy fregada”, complementa el artista, describiendo las complejidades de este papel protagónico.