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‘Grillo’ Villegas: placeres acústicos

El más reciente concierto acústico que dio fue en 2014. “He hecho muy pocos, serán unos cuatro”, recuerda un entusiasmado Rodrigo Grillo Villegas. “A mí me emociona muchísimo, a veces pienso en que la guitarra acústica es lo mío. He estudiado guitarra clásica en el Conservatorio, y si bien amo a la eléctrica y después ha sido mi instrumento principal, cada vez que regreso a la acústica es un disfrute general. Es muy emocionante llegar a las canciones que en su mayoría nacieron así, pero que luego cobraron otra vida en el estudio, la grabación y la mezcla. Volver a esa esencia, tan natural, es per se una experiencia bastante intensa”.

Desenchufado es el nombre del concierto que el artista paceño presentará los días 20 y 21 de septiembre en el Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez (Jenaro Sanjinés esq. Indaburo) a las 19.30. El show está servido con los músicos Ramón Rocha (guitarra), Daniel Subirana (batería), Heber Peredo (piano), Fulvia Fossati (voz) y Peque Gutiérrez (bajo). El toque lo ponen los invitados especiales: el compositor y guitarrista Willy Claure, la cantante Rocío Cuba —voz de la primera etapa de Llegas (1998-2003)— y el violinista Gustavo Orihuela.

En plena gira del disco Almaqueloide por el país, Villegas decidió apartarse un poco de ese repertorio para tocar canciones que no suele incluir en sus trabajos, los “lado b” que no suelen entrar en los conciertos. La llegada de Cuba al país para el concierto también significa que se podrán escuchar canciones del disco Espejismo, por ejemplo.

 La experiencia del acústico es muy distinta, no se trata de desenchufar los instrumentos y ver cómo suena, sino planificar cada detalle para obtener un espectáculo diferente. En primer lugar está el espacio. “No me imagino otro lugar para hacer un desenchufado que el Teatro Municipal Alberto Saavedra. La acústica que tiene es maravillosa, así como el escenario y el piano de doble cola que tiene es hermoso. Hay que presentar algo totalmente distinto, que sea emocionante”.

El espacio y la puesta permiten además una mayor cercanía del músico con el público y la creación de atmósferas.

Otro punto importante son los instrumentos, la forma de amplificarlos y tratar de obtener la máxima expresividad de su sonido. “También están los arreglos con los que destacaremos ese sonido natural de las cuerdas (guitarra, bajo y violín) junto con el piano. Estoy seguro de que para él también es algo especial el poder tocar un piano como el del teatro”.

Un tercer punto a considerar es el público: cómo recibe el sonido y la cercanía que tiene con el músico, todo en conjunto crea la mística del recital. “Esto hace que pueda pensar en que será una experiencia sonora distinta. Si bien yo conozco cómo es que suena mi música en el Teatro Municipal —mi primera entrada allí fue el año 2000, justamente con un acústico— siempre propongo algo diferente”. Este año no es la excepción y el artista está grabando sonidos de la naturaleza para poder intervenir con ellos el concierto.

Ángel, Antifaz, Perdón y Válvula, Alas, Sigo mi camino, Raquel, Momentos, Desapareciendo, Salto, Sala, Simple, Síntoma, Venas del pasado, Aburrimiento y otras canciones forman parte de las 18 que se plantean para el recital. “Un formato desenchufado te permite elegir el repertorio de forma diferente. No se trata de cambiar de instrumentos, simplemente, es un cambio drástico desde cómo se piensa el concierto hasta cómo se va a llegar al público”.

El formato ofrece también la posibilidad de presentar la canción Salar, con un arreglo a cuatro voces, aprovechando que cantan Villegas, Rocha, Fossati y Cuba.

Las entradas para el espectáculo se venden en el mismo teatro y en todas las agencias de Superticket de la ciudad.