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Madonna: La chica material y su legado en el videoclip

Este 2018 es un año de doble celebración para un ícono de la música de los últimos 35 años, la Reina del Pop, Madonna. El 16 de agosto cumplió 60 años y también recordó la publicación de su primer disco en 1983. Si bien su influencia ya no es la que ejerció sin rival durante los años 80 y 90, es innegable que pese a los años nadie ha podido quitarle el trono que ostenta.

Sus detractores, que con cada nuevo paso que dio en su carrera anunciaban que sería su final, han tirado la toalla. Su trayectoria es única y hace tiempo que se escribe sin precedentes.

Madonna Louise Ciccone nació el 16 de agosto de 1958 en Michigan (Detroit, EEUU). Criada en una familia tradicional y católica, pasó sus primeros años en Bay City y en 1977 se mudó a Nueva York, desde donde empezó a forjar una carrera musical exitosa. Madonna se convirtió en una tremenda estrella y una gran celebridad en los años 1980, una década en la que solo

Michael Jackson, Prince y George Michael —paradójicamente en la actualidad ninguno de los dos está vivo— podían competir con su popularidad.

La chica material a lo largo de su vida mostró sus facetas de cantante, compositora, actriz y empresaria. Ha vendido más de 300 millones de producciones musicales, con lo que establece el récord mundial de la solista más exitosa y de mayores ventas musicales de todos los tiempos.

Exitosa en todas sus actividades, como artista ha sido determinante para el desarrollo del videoclip como género audiovisual. El biógrafo J. Randy Taraborrelli en Madonna: An Intimate Biography explica que para la década de 1970, la era disco había producido muchos hits pero muy pocos memorables artistas. Sin embargo, fue en los años 80 donde los artistas empezaron a ganar popularidad con los videoclips. La aparición de la cadena MTV fue vital al mostrar el arte y el poder del clip y supuso un cambio en la industria musical y el panorama cultural de la época, ya que los artistas vendían más registros musicales tras emitir un video.

Así Madonna apuntó toda su carrera al impacto mediático. En sus videoclips se ve cómo ella se reinventa año tras año en personajes diferentes, desde la muchachita rebelde al personaje erótico que escandalizó al público. El fenómeno de Madonna demostró la potencialidad de los medios de comunicación y que es inseparable el artista del género audiovisual, donde si tiene éxito el video, la canción también lo tendrá. El canal de cable VH1 la colocó en el puesto uno de la lista sobre las “50 mujeres más importantes de la época del video”.

Madonna consiguió sobresalir y ser considerada como la Reina del Pop gracias a sus polémicos videoclips, en los que mezclaba iconografía religiosa con erotismo, un ejemplo es Like a Prayer (1989). Michael Campbell —en el libro Popular Music in America: The Beat Goes On (2012)— señaló que este video demuestra drásticamente la aparición del video musical como una identidad distinta a la canción, ya que fusiona imagen y movimiento. Concluyó que en este contexto, demuestra la rápida evolución del videoclip, no solo en el propio trabajo de la artista, sino en los medios en general. A lo largo de su vida artística, esta cantante es conocida por explorar temas como el voyeurismo, masturbación, pederastia, blasfemia, asesinato y hasta incesto. Fue una de las primeras promotoras que potenciaron el multiculturalismo con alusiones constantes a la sociedad hispana.

Para el sociólogo estadounidense George Ritzer, Madonna utiliza un arsenal de elementos y estrategias de mercadeo en sus videos, a fin de abastecer a un público amplio y diverso para llevarlos a los medios de comunicación de masas. Fue una de las primeras cantantes que ayudó a incrementar la popularidad de MTV y la que más beneficio obtuvo de esta alianza.

El trabajo de producción y el manejo de imagen que realizaba Madonna se sirvió en algunos casos de estilos y géneros cinematográficos como sucede en Express Yourself , que introduce al espectador en un mundo situado entre el expresionismo de Metrópolis (Fritz Lang, 1927) y el futurismo de Blade Runner (Ridley  Scott, 1982) a través de una sociedad  industrializada y dictatorial que sirve como excusa para situar una felina y sensual femme fatal junto a unos atractivos y sometidos obreros. Es un contexto formal tratado con la mirada contemplativa y expresiva del ojo publicitario puesto sobre los cuerpos desnudos de los obreros y la sugestión de una Madonna como centro de un relato escueto pero fascinante por la materialidad de las imágenes.

Para varios estudiosos académicos, como Douglas Kellner, la mayoría de los videoclips de la cantante demandan una interpretación, ya que contienen estructuras estéticas complejas que expresan ideas y el estilo propio de Madonna, por lo que requiere de un trabajo interpretativo, ya que produce lecturas polivalentes.

Madonna fue la que relevó al Elvis Presley del cine de los 70 participando en varias películas de poca relevancia, pero que sirvieron para crear una nueva tipología de video musical donde éste asume la promoción simultánea del artista musical y del filme, creando unidad en una aparente desestructuración morfológica.

Uno de los puntos en que la mayoría de los autores ya mencionados  coinciden a la hora de analizar los videos, es que Madonna juega varios roles y personajes en sus clips. Ella cambia de estilos y sonidos en sus trabajos, pero lo que mantiene es la idea de que pese a las variantes, el aspecto fundamental del “personaje Madonna” está vivo y presente en cada uno de ellos.

Madonna tenía un excesivo control en la producción de su propia imagen visual que llevó a que sea definida como la estrella perfecta de la era de la MTV, e incluso como una image-fascist.

La Reina del Pop fue fundamental para female-address videos en donde las artistas femeninas tomaron el centro del escenario en las narraciones visuales diseñadas para reflejar sus experiencias de género y con ello compensar la devaluación de la perspectiva femenina en los audiovisuales orientados a los hombres transmitidos en MTV y otros canales de música.

Han pasado 35 años desde que Madonna comenzó su carrera musical y hasta ahora ha sido un ícono musical, sexual, de la moda, comercial, para el feminismo y para los academicistas. En la actualidad se la trata de asociar como un nuevo modelo para las mujeres de su generación, la del baby boom (los nacidos después de la Segunda Guerra Mundial). Pero a la Reina del Pop todo eso no le importa, pues ella afirma: “Nunca he querido ser la mejor cantante ni la mejor bailarina. Quiero apretar los resortes de la gente, ser provocativa, y sobre todo política”. A sus 60 años está preparando su nuevo álbum que saldría el próximo año… qué nuevas sorpresas nos dará.