Stan Lee, un personaje más
El legendario editor de Marvel estableció una relación cercana con los lectores gracias a sus personajes que hasta cierto punto lo representaban.
Tenía unos 12 años cuando conocí a Stan Lee. Fue en Sucre, en la librería Pompeya (frente a la plaza 25 de Mayo). Allí, entre libros escolares y clásicos infantiles, había un número de Los Fantásticos Cuatro, traducción al español de editorial Abril. En la portada de ese Cuatro Fantásticos (4F, cuya edición original es el número 176 de 1976, escrito por Roy Thomas y dibujado por George Pérez), un ser de color verde contiene al Sr. Fantástico, la Mole y Antorcha Humana mientras este último exclama, al estilo maravillosamente rimbombante de Marvel, “¡Ha regresado y es más poderoso que nunca. El Hombre Imposible está de vuelta!”. Pura gloria. Dentro, la primera superfamilia persigue a su adversario a las mismas oficinas de Marvel Cómics, donde Stan The Man Lee llevaba adelante una reunión con los autores del título y su sufrido compañero Jack El Rey Kirby.
Debo confesar que no fue un encuentro agradable. Ese Lee parecía uno de los viles mortales que incomodan a sus creaciones. No ayudaba que Pérez lo dibujó con un aire de actor porno de los 70 y que Thomas lo caracterizó como a un irascible que insulta al ser superpoderoso y maltrata a su gente… muy similar con otro bigotudo malencachado que ataca a Spiderman (J. J. Jameson).
Pero esa primera experiencia bastó para despertar mi curiosidad sobre quién estaba detrás de las historietas, ya que durante muchos años las ediciones en español no publicaban los créditos.
Poco a poco comencé a conocer a un artista que, al igual que sus personajes, estaba tan lleno de luces como de sombras. Es que si bien no hay el ser humano perfecto, sí hay quienes llevan a los extremos sus virtudes y defectos.
Lo primero que se descubre es que no hay duda de que los héroes que concibió junto a sus sufridos dibujantes son suyos, ya que ellos reflejan varios aspectos de la personalidad de su creador. ¿No me creen? Solo basta seguir la biografía del escritor. Al igual que Spiderman o Hulk, Lee comenzó su aventura casi por accidente. Entró a trabajar en el mundo del cómic gracias a un tío suyo. El muchacho quería escribir “la gran novela americana”, así como Peter Parker quería ser un científico. Pero bastó un número (Capitán América N° 3) para que su camino quedara definido por siempre.
El mundo tuvo que esperar más de 20 años antes de conocer su potencial. Fue en 1962 cuando su nombre se convirtió en sinónimo de épica y melodrama.
Leer ahora su trabajo no es fácil, ya que el cómic Marvel (y DC) cambió mucho en su narrativa, como que ahora se deja contar eventos solo a la imagen. Lee utilizaba mucho la voz en off para describir las escenas, pese a que el ilustrador las dibujaba.
Llama también la atención que muchos personajes tenían las mismas iniciales: Peter Parker, Reed Richards, Susan Storm, Scott Summers, Matt Murdock, Fin Fang Foom, Doctor Doom, Stephen Strange, Bruce Banner, Pepper Potts, Otto Octavius, Silver Surfer y el colmo de la exageración: John Jonah Jameson.
Asimismo, abusaba de las exclamaciones. Por eso al lector moderno puede parecerle que todos los personajes, incluyendo el narrado, se la pasan gritando: “¡Querido cuñado, has venido!”, exclama Jhonny Storm (Antorcha Humana) a lo que recibe la respuesta de “¡Teníamos ganas de verte!”.
Lee también gustaba de hacer que sus personajes hablen en tercera persona. “¡Lamentarán el día que enfrentaron al Dr. Doom!”, atrona el dictador y un androide pregunta: “Eres fuerte, pero ¡¡¡¿Podrás resistir los poderes sobrenaturales de La Visión?!!!”.
Incluso sus relaciones eran muy similares a las que plasmó en el papel. Claro que en este caso más que un héroe Lee encarnaba al Dr. Doom frente al Sr. Fantástico de Jack Kirby o Magneto ante el Xavier de Steve Ditko. Se aseguraba que explotaba a la gente y Kirby llegó a acusarle de no contribuir en nada y llevarse el éxito.
Eso no quita que abrió la puerta a la evolución del cómic de superhéroes, presentando además de aventura problemas reales que ayudaban a identificarse, sea con un Peter Parker que decepciona a su novia o atreverse a desafiar a la censura hablando de drogas.
Ahora, cuando estemos en el cine viendo Vengadores, sentiremos que algo anda mal. Y lo confirmaremos cuando aparezca el homenaje a este personaje y solo atinemos a decir “Excelsior Stan”.