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Joven, negra, salvaje y libre

El 2018 muchas músicas sorprendieron a la industria, como Janelle Monáe, en este espacio se compartirán impresiones sobre cinco discos realizados por mujeres en el año.

Dirty Computer es el cuarto álbum de estudio de Monáe, no es el primero en ser aclamado por la crítica, pero sí es la primera vez que la música de Atlanta (EEUU) rompe récords de venta llegando al 6 en la lista de US Billboard 2018.

El primer sencillo Make Me Feel es la instrucción perfecta al trabajo, proponiendo una atmósfera “Princeana” que envuelve la obra. Prince murió antes de terminar la producción del disco que se posiciona como el mejor tributo realizado por cualquier artista desde la partida del genio de Paisley Park.

Además de este sentido homenaje a su mentor, la cantante conforma 18 sólidas canciones con mensajes políticos musicales y letrísticos ocultos para los conocedores de la historia moderna.

No es la primera vez que Monáe nos imbuye en un álbum conceptual tan completo. La descubría gracias a la ciencia ficción negra. La autoproclamada androide —su alter ego es Cindy Maywather— presentaba en 2007 su EP Metropolis: Suite como una novela futurista en una sociedad distópica y debido a un crush con un humano la androide debía ser desensamblada. La historia transcurre así hasta su primer disco, The ArchAndroid (2011) donde Maywather se convertiría en una heroína mesiánica que se escapa del control para patear tableros en la escena musical mundial y llegar a The Electric Lady (2013).

En Dirty Computer Monáe consolida rítmicamente sus raíces musicales a través del mejor funk, R&B y sintetizadores de la música negra de los últimos 50 años. En el disco combina la metáfora futurista con la creatividad para convertir las canciones en un alegato de poder de la mujer negra y la reivindicación de la sexualidad a través de la ruptura del binarismo.

El clímax se alcanza con Django Jane, Screwed y Pink, no solo por la potencia de su rap sino también por su dominio del R&B. Por otra parte, Crazy. Classic. Life, I like that y Steve’s Dream tienen menor fuerza y mayor delicadeza, lo que hace a sus melodías casi himnos pop que versan sobre la libertad y la anarquía.

Dirty Computer viene con un producto audiovisual homónimo con una propuesta estética retro-futurista donde destaca el video de Pink, que reivindica a la vagina, sí como se lee: v-a-g-i-n-a , y por fin rompe años de purismo mediático, las bailarinas usan unos “pussy-pants” rosados.

Monáe es parte de The Wondaland Arts Society, colectivo del cual forman parte los productores Nate Wonder & Chuck Lightning conocidos como Deep Cotton, afrofuturistas con impronta racial y decolonial en su creación.

Podría escribir sobre lo políticamente cargado que está el disco, sobre las pesquisas punks en cuanto a la sexualidad, la libertad y el erotismo, sobre Steve Wonder, sus sintetizadores y Sun Ra, ambos presentes —de alguna manera— en Dirty Computer, pero la obra se defiende por sí sola. Mi única premonición es que el futuro es negro y feminista.