La primera vez… siempre es inolvidable
Ruiz ganó el nacional de novela, con su ‘ópera prima’. Esquivel cerró el ciclo de ‘Como agua para chocolate’

Siempre es pues inolvidable la primera vez… y más cuando esa primera vez es exitosa… ¿hay dudas? Ya que ahí está el señor (¿a los 36 años, una persona ya puede tener el rótulo de “señor”?) Guillermo Ruiz como un ejemplo viviente del éxito que se puede tener en el primer intento. Sí, la primera vez que él escribió una novela… ganó el premio nacional. No es una noticia menor puesto que se trata del más prestigioso galardón en el país.
Lastimosamente, aún no se publicó la obra, sin embargo, se espera que ésta se encuentre a la altura de sus cuentos y poesías. Ruiz es un escritor prolífico con ya algunos libros bajo el brazo. Eso sí, él —aunque lo niegue— parece desenvolverse en el terreno autobiográfico, cuando basa su novela en una boliviana migrante en Francia (él vive en una ciudad francesa más cerca de Barcelona que de París), quien de pronto ve quebrarse su monotonía. Días detenidos se llama la “ópera prima” del paceño bolivarista que vendrá a recibir su premio el año que viene.
Un pantallazo, una imagen violenta, un fogonazo dio origen a lo que fue la historia Por ahora soy invierno, del escritor Gabriel Mamani Magne.
Este año, Mamani logró el Premio Municipal de Cuento Franz Tamayo, él sí tuvo que intentar varias veces hasta conseguir este logro. Premio que, afirma, es uno de los más importantes que ha conseguido en su vida.
Todo nació del fuego. Las llamas que él vio por televisión —mientras vivía en Brasil— le parecieron una sonrisa. El fuego que arrasa de cuando en cuando la cuesta de Sama (Tarija) tiene un aire trágico… esta tragedia es vista con otros ojos por Mamani. Después de todo, la pasión que en un momento es fuego suele enfriarse y queda el frío… o como dice el título de su cuento, Por ahora soy invierno.
Su obra ganadora ya está impresa y fue presentada a mediados de diciembre.
Hay evidentemente quienes no son primerizos. Es el caso de Rodrigo Urquiola, quien logró tres premios en 2018. Consiguió el Premio Latinoamericano de Cuento Edmundo Valadés (con su narración Senkata) y el segundo lugar en el Adolfo Costa du Rels de dramaturgia (con su texto La serpiente) y el premio de Novela Marcelo Quiroga Santa Cruz (gracias a su trabajo Reconstrucción).
Su obra más ambiciosa, parece ser Reconstrucción y es autobiográfica. La novela narra la adolescencia del escritor, quien viaja detrás de su padre en una aventura que lo lleva hasta el sur de Bolivia.
Aún no hay información respecto a la publicación de la novela.
Hay otras obras que, como buenos amantes, se hacen esperar… es el caso de la novela de Wilmer Urrelo… aquella que lleva años trabajando sobre el caso Apolonia Méndez (una historia de los años 20, una doméstica es abusada por su patrón y cuando éste intenta volver a hacerlo, ella lo mata. Un largo juicio se realizó en el caso). Acaso 2019 sea el año clave para su culminación y publicación.
La gestión que está por acabar también vio la realización de una propuesta añorada por años… el Clásico literario (libro de cuentos que “enfrentó” a escritores de Bolívar y The Strongest).
La iniciativa debía ser replicada en otras ciudades; sin embargo, aquello queda en deuda… quizás en 2019 se logre colocar los clásicos futboleros en el papel. También marca el 2018 el fin de algunas historias de amor… y comida. Es el caso del epílogo de la trilogía de obras de la mexicana Laura Esquivel, en las cuales fue protagonista Tita. Así, la historia que nació con Como agua para chocolate, se convirtió en El Diario de Tita y acabó con Mi negro pasado. La autora estuvo en la Feria Internacional del Libro de La Paz.
Otros siguen y siguen. El inagotable Arturo Pérez Reverte presentó dos libros Los perros duros no bailan (ya se sabe del amor del autor español por los canes que da título al libro de tinte policial). La otra novela es Sabotaje fue presentada casi a fines de año.
No hay duda de que las primeras veces quedan enmarcadas en el álbum de los recuerdos… pero también están aquellas frustraciones que son capaces de marcar a un año entero. Es el caso del Nobel de Literatura 2018. Por primera vez en 70 años… este galardón quedaba sin dueño en octubre. Antes, allá por 1949, el jurado determinó que ningún candidato mereció este laurel.
Lo que pasó fue digno de una novela moderna, donde un hombre ligado al jurado del premio quedó sentenciado por violación… todo esto en medio del escándalo del Me-too.
Por lo tanto, el 2018 quedó sin Nobel y para la gestión que llega se espera que existan dos ganadores. El japonés Haruki Murakami, quien cada año se asemeja más a los novios olvidados de pueblo, espera ganar el premio más codiciado de los escritores.