‘Allá en el cielo: es un pájaro, es un avión… es ¡Superman!’
Si bien a partir de 1980 surgieron voces que calificaban a Clark Kent de “anticuado” y “aburrido”, el que continúe publicándose ininterrumpidamente y cada editorial del mundo tenga homenajes y parodias del mismo desmienten esas declaraciones.
Hace 80 años un par de adolescentes buscó en sus propias vidas para dar forma a un dios mitológico de la nueva era y, de paso, iniciar un nuevo género de entretenimiento: los superhéroes. Superman fue el primero de esa nueva especie y el que permitió que desde el siguiente año millares de personajes nacieran en las viñetas del mundo. Desde el mismísimo Batman —cuya publicación nació de la necesidad de reproducir el éxito del último hijo de Kryptón— hasta el invencible Saitama del manga japonés One Punch Man o su más famoso compatriota Gokú, el mundo sigue disfrutando del legado del héroe y demostrando, aunque hay quienes opinen lo contrario, que aún sigue siendo vigente.
Si bien a partir de 1980 surgieron voces que calificaban a Clark Kent de “anticuado” y “aburrido”, el que continúe publicándose ininterrumpidamente y cada editorial del mundo tenga homenajes y parodias del mismo desmienten esas declaraciones.
Pero, ¿qué es lo que tiene Superman que hace que la gente siga leyendo sus historias? Lo principal es que con la suya todos pueden identificarse, más que con las de Batman e Iron Man, mimados de la industria.
¿No me creen? Bueno, basta con reducir a Kal-El a sus componentes más básicos: si bien tiene elementos de las fantasías de poder que son la esencia del género, la historia de Superman es la de una persona buscando su lugar en el mundo. Sí, para muchos el Hombre de Acero es “muy bueno”, tanto como lo son los recién llegados a un país para lograr ser aceptados por sus nuevos vecinos. Clark puede ser tanto un kryptoniano como un italiano, irlandés… boliviano llegando a un nuevo país.
Esta era una historia que sus creadores Jerry Siegel y Joe Shuster conocían íntimamente. Ambos provenían de familias que escaparon del fin de su mundo, quizá no por un apocalipsis planetario, pero sí por la discriminación y la pobreza. Ambos nerds que encontraban difícil interactuar con sus pares y, al menos Siegel, experimentó la impotencia de la víctima ante el crimen, cuando su padre fue asesinado en 1932 en las calles de Cleveland durante un robo.
Y está Clark Kent, el apocado, torpe o ignorado álter ego del superhéroe. Éste es con quien los lectores nos identificamos subconscientemente: todos sentimos alguna vez en nuestras vidas que la gente nos ignora, que la persona que gusta no puede vernos. Pero, en el fondo, todos sabemos que somos mucho más, somos Superman.
Sí, han pasado 80 años, pero gracias a la magia del cómic y a los artistas John Byrne, Marv Wolfman, Mark Weid, Geoff Johns, Brian Michale Bendis, Alex Ross, Curt Swan, Christopher Reeve, Henry Cavill. Jery Ordway, Walter Simmonson, Ivan Reis, Gill Kane y tantos otros, el último hijo de Krypton continuará surcando los cielos para cumplir con un nuevo “trabajo para Superman”.