Be the cowboy es el quinto disco de Mitski, compositora y cantante que desde la vulnerabilidad, a través de melodías inmensas, hace erupción y se empodera en la escena del indie rock actual.

Y es que el quinto disco de la americo-japonesa es una pieza única, hermosa y profunda que irrumpe con las convenciones del indie rock actual con una estructura compositiva finamente armada donde las guitarras contrastan exquisitamente con la voz de Mitski, donde las canciones más poderosas y alegres tienen detrás de ellas sentimientos mucho más sombríos.

Aunque para muchos Mitski sea desconocida, es su quinto trabajo de estudio tras los menos conocidos Lush (2012) y Retired from sad, new career in business (2013) y los aclamados Bury Me at Makeout Creek (2014) y Puberty 2 (2016). Las melodías en Be The Cowboy son sorprendentes y discurren desde la calma hasta lograr un clímax espectral muy potente. El álbum cuenta la historia de un matrimonio donde hay alguien que todavía está obsesionado con un ex idealizado en una relación tóxica. 

¿Cómo comenzar de nuevo después de una ruptura sin creernos fracasados?

Y es que la narrativa del disco relata episodios de vulnerabilidad que son muy evidentes en las canciones, algunas narradas desde el humor, el drama, la soledad y la ruptura. Detrás de las melodías se siente la rabia, una exploración de la misoginia y la validación a través del amor masculino.

Todo el trabajo tiene acompañamientos tremendos a través de una guitarra impulsiva que se aleja del piano al que la música estaba acostumbrada después de sus primeros discos.

Mitski está nuevamente acompañada de su productor Patrick Hyland y sigue la línea de los dos discos anteriores, con Be the cowbow se siente una erupción volcánica con canciones tan distintas como la angustiosa Geyser o la luminosa Nobody inclusive llegando a momentos súper bailables con Why Didn’t You Stop Me? y eufóricos con A Pearl o Remember My Name. “Necesito que alguien recuerde mi nombre / Después de todo lo que puedo hacer por ellos está hecho” (…) “Quiero algo más grande que el cielo”, dice en esta última canción.

Two Slow Dancers cierra el disco. Desde un gimnasio escolar narra la historia de una pareja que se rehúsa a dejar de bailar, aunque sean los últimos en irse. Un tema sobre lo difícil que es aceptar que todo tiene un final y termina.

¿Se puede convertir la más oscura inseguridad en la bandera para seguir adelante?

Mitski Miyawaki lo hace, la música, compositora y cantante conocida asegura que una fuerte inspiración para su carrera profesional ha sido el trabajo de Hayao Miyazaki y retoma a La Princesa Mononoke: “Cuando tengo dudas y no sé cómo enfrentar mi vida en este mundo veo esta película y me doy cuenta de que todo es muy simple”, señaló alguna vez. El trabajo de otros artistas da inspiración para nuestra vida diaria y qué mejor que escuchar esa inspiración, todos los días, de ida al trabajo con Be The Cowboy y así, domesticar a la vida.