Desde Australia para el mundo: Courney Barnett
La artista propone el miedo como un desafío ante la vida.

En un momento donde las nuevas tecnologías y el internet nos dan la posibilidad de ampliar nuestra escucha musical, de pronto, descubrimos que Australia no solamente nos ha dado a Nick Cave & The Bad Seeds o a Tame Impala, resulta que Courtney Barnett y su guitarra punky llegan para despejar la ignorancia que tenemos algunos sobre esa isla-continente en el sur del mundo.
La cantante, guitarrista y compositora sobrevive al éxito con este segundo disco Tell me how you really feel (2018) después de que Sometimes I Sit and Think, and Sometimes I Just Sit (2015) haya sido aclamado por la crítica, el videoclip de Avant Gardener tiene más de 2,5 millones de reproducciones en YouTube y su trabajo junto a Kurt Vile Lotta sea lice (2017) la pusieran en el ojo de los melómanos del indie actual.
“You don’t have to pretend you’re not scared. Everyone else is just as terrified as you” (No tienes que fingir que no tienes miedo. Todo el mundo está tan aterrorizado como tú) relata una de las canciones más pop y alegres del trabajo, llamada Charity.
El miedo —aunque no lo parezca— puede ser el hilo conductor de las 10 canciones del disco, es decir, el miedo a caminar sola por la noche, el miedo a que nos engañen, el miedo a enfrentar los problemas que trae una relación romántica o el miedo a escribir. El miedo como un desafío ante una crisis de confianza. Admitámoslo, no todo el tiempo somos unas superheroínas.
De esta manera en Tell me how you really feel las situaciones narrativas van cayendo poco a poco, la introspección se convierte en claustrofobia y explota en melodías frescas donde las ansiedades se transforman bajo la tutela de una guitarra feroz que potencia el sonido de Barnett. Este sonido que tiene mucho del grunge y el rock de finales de siglo XX.
“You know what they say, no one is born to hate. We learn it somewhere along the way. Take your broken heart. Turn it into art” (Tú sabes lo que dicen, nadie nace para odiar. Lo aprendemos en algún lugar del camino. Toma tu corazón roto y conviértelo en arte), dice Hopefulesness que abre el disco, donde Barnett le roba un poco a Mandela y a Carrie Fisher.
El momento más elevado llega con la canción Im not your mother, Im not your bitch dando voz a la rabia que —como la guitarra de Barnet— nos corroe internamente.
Los singles fueron una introducción perfecta al disco, algo nirvanesca y con un coro cuasi tributo a los Pixies, Nameless, Faceless llega al clímax con la frase de Margaret Antwood: “Men are scared that women will laugh at then (…) Women are scared that men will kill them” (Los hombres tienen miedo de que las mujeres se rían de ellos, las mujeres tienen miedo de que los hombres las maten).
Y es que hay una pulsión pasivo agresiva que permea todo el trabajo, los otros singles son exquisitos, Need a Little Time y City Looks Pretty además de Crippling Self Dubt que tiene como invitadas a las hermanas Deal, Kim (Pixies) y Tanya que conforman a las féminas de The Breeders.
Entonces, hay que sentir cómo Barnett se retuerce sobre la guitarra, sí, pero desde la calidez —a través de unos riff irresistibles— nos regala grandes canciones entrañables y poderosas, demostrándonos que ante el desafío y la duda nos encontramos nosotras mismas con nuestras contradicciones y defectos, como en la vida misma.