Km 2651, Bolivia en la BienalSur
Gracias a sus lazos con el Museo Nacional de Arte, los brazos de la bienal llegarán hasta el país con dos muestras.
BienalSur acaba de inaugurar su segunda versión este mes en Montevideo, Uruguay. Esta bienal regional se caracteriza por ser una plataforma dinámica y flexible, donde se encuentran los grandes artistas del Sur Latinoamericano, y desde donde se están planteando y visibilizando los ejes artísticos y temas curatoriales más salientes de nuestro continente. Esta bienal además se ha caracterizado por no escatimar invitados para lograr los varios encuentros que ocurrieron a lo largo de los dos primeros años (2017-2018). Es decir que en su anterior versión, los invitados y concursantes se comprendieron como parte de la escena del Arte Contemporáneo Latinoamericano, entiendo en esa frontera geográfica también un límite permeable, ya que se incluyeron discursos de otros Sures del mundo.
Desde la versión anterior, la BienalSur se perfila como una propuesta de construcción discursiva del Sur Global en el sistema internacional del arte.
La geografía juega un papel preponderante cuando se trata de reflexionar sobre la heteronomía de ese sistema internacional, por esto, BienalSur —desarrollada por una universidad pública argentina, la Universidad Nacional de Tres de Febrero, cuyo rector es Aníbal Jozami, y que ha sido concebida desde el punto de vista académico-artístico por Diana Wechsler— se planteó bajo un modelo dislocado, descentralizado, que a pesar de partir de un Km O imaginario —el Centro de Arte Contemporáneo y Museo de la Inmigración de la Universidad Tres de Febrero—, establece una red geográfica de varios puntos estratégicos regionales y, en esta versión, europeos que se denominan en kilometraje por la distancia a la cual se localizan desde este denominado origen, el Hotel de inmigrantes.
Es decir que, por ejemplo, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA) es el Km 4.2, el MAC Lima es el Km 4410, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es el Km 10.048. Es así que se dibujan en este mapa de la BienalSur más de 100 sedes en todo el mundo en las que ocurren encuentros, exposiciones, y charlas de arte contemporáneo a lo largo de los dos años. En suma, es una geografía que insiste en un mundo multipolar, complaciendo así una cierta idea de relocalización de poderes, donde las líneas curatoriales de este año incluyen las cuestiones de género, tránsitos y migraciones, modos de ver, memorias y olvidos, arte y naturaleza, entre otros.
¿A cuánto nos localizamos de este punto nosotros? ¿Como indígenas bolivianos dónde está el lugar de quienes quizás no nos consideramos inmigrantes en este continente? Con esto no quiero decir que solo somos indígenas, y menos que por ser indígenas debamos estar excluidos del mapa de la Bienal. Al contrario, me interesa entender nuestro lugar en el mapa. Vamos por partes. En la primera versión, la participación de las artistas Adriana Bravo e Ivanna Terrazas con Beso de Chola en la exposición Arte, Límite y Fronteras en Lima 2017, y en el conversatorio sobre arte contemporáneo y límites que fue en Buenos Aires en 2018 con la misma obra, fue lograda a través de la participación en la convocatoria pública que en cada versión propone la BienalSur.
Es grato reportar que para esta segunda versión de la BienalSur se ha reafirmado el vínculo institucional que el Museo Nacional de Arte (MNA) —dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia— había establecido el 2017 con las exposiciones de Christian Boltanski y Graciela Sacco, curadas por Fernando Farina desde Buenos Aires. Es decir que para esta segunda versión de la bienal, no solo se han reafirmado los vínculos institucionales, sino que el MNA, a través de la gestión y continuo trabajo de su curador Juan Fabbri, ha establecido verdaderos lazos de colaboración con el cuerpo curatorial de BienalSur y en particular con Fernando Farina, curador especializado en situaciones de desplazamiento económico y político y migraciones. Fabbri y Farina comenzaron desde diciembre de 2018 a elaborar una línea curatorial que abarcara los intereses de ambos: Fabbri, por un lado, especialista en temas de descolonización, y Farina, por el otro, aproximándose al arte contemporáneo desde una mirada sociológica. Cabe mencionar que ambos han sido los curadores representantes de sus respectivos países para diferentes versiones de la Bienal de Venecia. Entre los dos co-curarán en esta versión de la BienalSur dos exposiciones bajo la misma línea curatorial: fricciones culturales. La primera se llevará a cabo en La Paz, trayendo una exposición colectiva de varios artistas internacionales. La segunda en Buenos Aires, a la que se llevará a artistas nacionales. Estas dos exposiciones se inaugurarán simultáneamente en julio. En conclusión, el MNA de La Paz es el Km 2651 y el único punto boliviano, por el momento, en el mapa de BienalSur. Esperamos que en las próximas versiones se hayan sumado más espacios en Bolivia, más curadores y más artistas.
Pero para responder a la pregunta que inaugura los anteriores párrafos, ¿cuán lejos estamos del Km 0? Se han estrechado las distancias, sin duda, aunque queda la duda de si en estos acercamientos resolvemos nosotros las dinámicas de un discurso local, o más bien, renunciamos a ellas. En mi opinión, esta es la pregunta que nos apremia, cómo establecer una discursividad local, más allá de la interpelación de las bienales regionales o mundiales.