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‘Miércoles de ceniza’, Bolivia y su Carnaval

Cómo influye el Carnaval de Oruro en la forma de ser de los bolivianos? Esa es la pregunta que detonó la reflexión que está detrás de Miércoles de ceniza —que se presentó el domingo 24 de marzo, a las 20.00 en El Desnivel (Sánchez Lima 2282, edif. Da Vinci planta baja)— la obra más reciente del teatrista Miguelangel Estellano.

Los actores Francia Oblitas, Pedro Grossman y Winner Zeballos protagonizan la puesta en escena que narra la historia de tres personas que son abducidas a un lugar desconocido, mientras están en Oruro, disfrutando del Carnaval. En este espacio dos entes divinos los obligarán a luchar por la salvación de sus almas, mientras reviven o recuerdan escenas pasadas de sus vidas.

La danza de la diablada y su enfrentamiento escenificado entre el bien y el mal sintetiza una visión de mundo que enfrenta como opuestos y distantes estos polos. Pensamiento que tiene una gran influencia en la cultura y sociedad orureña y nacional.

“Escogí la diablada como una danza que resume el Carnaval, donde está muy claro el pensamiento dicotómico que organiza todo, el bien y el mal, el ángel y el diablo, la tierra y el cielo, por ejemplo. Y después fuimos profundizando esa dicotomía en diferentes sentidos, como en nuestra construcción identitaria y la relación que tenemos con los otros”, detalla.

La interacción con Chile, en cuanto al origen de muchas danzas folklóricas, ilustra esta oposición, cuando todo el tiempo se está denunciando el “robo” o la apropiación de manifestaciones artísticas y culturales bolivianas por este país vecino. Esta relación con los otros, también se relaciona con la creación de identidad nacional, influenciada en gran medida por esta fiesta, presente en todo el país.

Sin embargo, una vez que el creador fue analizando esta construcción, a partir de máscaras, trajes y escenarios encontró que en los momentos más significativos de la celebración hay fusiones intensas de diferentes cosmovisiones.

“En Oruro se baila para lo alto, pero la Virgen está dentro de una mina. Plagas, que tienen que ver con la cultura Uru, son parte esencial de la diablada. Al fin y al cabo es una fiesta religiosa, donde lo católico es muy fuerte, pero donde se agradece a la lluvia y se hacen ofrendas a la tierra con ceremonias paganas”.

Así, los conflictos y contradicciones que implica esta fusión —relacionados con aspectos oscuros dentro de los personajes folklóricos, como la colonialidad que implica la figura de la Virgen— tratan de esconderse o ignorarse. De la misma forma en que se utiliza como pretexto al Carnaval para validar muchas cosas —como expresiones machistas— que luego son parte de prácticas y discursos  presentes todo el tiempo.