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Fabricio Lara: ‘Lo etéreo del futuro’

Un futuro éxodo humano hacia el espacio —motivado por el irreversible daño al medio ambiente, generado en el presente— fue la imagen central que llevó al pintor Fabricio Lara a crear una de sus más recientes pinturas, Buscando el hogar entre las estrellas. Con ella participó en una de las exposiciones colectivas más importantes de Asia, la World Art Tokyio, que se realizó en Japón, del 7 al 10 de marzo. El evento, que tuvo como temática la diáspora, reunió a 30 artistas invitados de diferentes países del mundo, cada uno con una propuesta.

“Estamos en una sociedad de consumo que es completamente agresiva. Y no se avizora ninguna solución concreta que permita revertir los daños que continuamente infringimos en el medio ambiente. Por eso es que decidí mirar hacia el futuro, donde un movimiento de estas características es muy posible”.

La obra, antes de plasmar un escenario figurativo o especular con una respuesta sobre aquello que se podría encontrar en esta búsqueda, retrata fragmentos humanos en medio de nebulosas que difuminan sus siluetas. Está pintada con acrílico sobre tela y juega con elementos cálidos y fríos, cuyo contraste está ligado al misterio que envuelve un viaje de estas características. 

“Como lo son la mayor parte de las migraciones, ésta tampoco estaría exenta de violencia. Muchos quedarían atrás, ya que sería más bien una búsqueda por la supervivencia de la especie y no un intento por salvar a la población. Sin embargo es, como todas, un intento por construir un futuro mejor”, detalla el creador orureño, quien se formó en los talleres que su padre,  el también pintor Gustavo Lara, abrió en Argentina y Bolivia. 

El profesionalismo y profundidad con los que los pintores japoneses enfrentan los retos de la pintura fue uno de los aspectos que más lo impresionó. Esta solemnidad está presente en cada gesto de la población de este país, cuya cultura tiene como uno de sus pilares el trabajo arduo como parte del respeto que el otro merece. “Es un retrato que se opone al estereotipo del artista bohemio que aún perdura en Bolivia”, admite el creador orureño, quien ganó el Gran Premio Nacional de Artes del LVIII Salón Nacional Pedro Domingo Murillo (2010), entre otros. 

En cuanto a expresiones o estilos, no hay ninguno predominante. Encontró grandes exponentes de pintura figurativa, realista, hiperrealista y abstracta, además de aquellos que fusionan diferentes posibilidades en su propuesta. En los últimos años, debido al avance del arte conceptual, por un lado, y también a la asimilación del arte abstracto por la tradición, el trabajo de experimentación más artesanal, en la pintura, quedó de lado.

“Me gustó mucho ver que los artistas están volviendo a la alquimia, a la cocina de la pintura, que implica investigar con diferentes materiales y texturas. Eso me ha mostrado que estoy contento con el camino que he recorrido, pero también qué cosas he dejado de lado y a cuáles quiero volver”.

Por eso la experimentación con diferentes materiales es una de las opciones que pretende redescubrir desde ahora. Es el retorno a un momento primigenio de su pintura, que lo llama hacia una búsqueda estética desde elementos austeros y menos convencionales.