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‘Avengers: Endgame’ Al servicio de los fans

Endgame es lo que promete: un fanservice (producto pensado para satisfacer a los fanáticos) para todos los que llevan 10 años siguiendo las películas de Marvel. La estructura de esta última parte está tan planificada en ese sentido, que un 50% de toda la película es revisitar momentos clave de películas anteriores con el único fin de provocar sentimientos de nostalgia. El recurso del viaje en el tiempo es flojo y peor es la justificación que lo sustenta; en un punto clave los personajes empiezan a citar nombres de películas clásicas que involucran viajes en el tiempo, solo para terminar diciendo que todas ellas no son reales porque dos personajes sí pueden coexistir en la misma línea temporal y que el pasado no tiene que afectar necesariamente el futuro si se sabe cómo intervenirlo. Que los nerds deshagan esa absurdez en las redes, porque todo lo que sigue se sostiene por esa única premisa.

Que dejes la lógica fuera de la sala es una necesidad. Sea por la necesidad de complacer a todos los fans o porque el tiempo en que debía estrenarse lo exigía, este guion tiene fallas e incoherencias por todas partes. Muchas decisiones de los personajes parecen basadas meramente en el capricho de los escritores que necesitaban que fuera así, escenas son reinterpretaciones de anteriores películas que, no importa cuán emocionantes sean, no pueden justificarse así como así.

De hecho hay un momento con un personaje que creíamos muerto, que hace algo que al hacerlo contradice todo lo demás en su historia posterior, no importa si la excusa es que luego todo volverá a la normalidad. Ese momento ocurre y algo debió suceder porque si no, ocurre para nada. De hecho, pareciera que solo sucede para extender la historia 20 minutos más en una nueva minimisión.

Pero… esto no hace que Endgame sea mala. Endgame es todo lo que promete: un final épico que busca divertir, emocionar y responder cada pregunta que sea necesaria para dejar a los fans felices al final de las tres horas. Ese tiempo, tres horas, es uno de sus puntos débiles porque lo mejor de la película son los 30 minutos de batalla final. Treinta minutos que no necesitaban ese prólogo de dos horas y media antes. El humor lo hace pasable pero a diferencia de Infinity War, aquí no hay un antagonista que nos ponga al filo del asiento. No hay todas esas interacciones entre personajes por primera vez que jamás creímos ver juntos.

Son los seis vengadores clásicos desarrollando sus relaciones interpersonales y cumpliendo minimisiones. Este formato le resta suspenso. Hasta el niño más pequeño sabe que todos esos momentos se resolverán satisfactoriamente. Infinity War fue la montaña rusa emocional que fue, gracias a todo lo que estaba en juego, todo lo que podía perderse y al final se perdió. Endgame parte con explicaciones emocionales de lo que debe significar vivir con esa pérdida, de cómo incluso algunos pueden ser felices en ese mundo y los demás no puedan tolerarlo o incluso deben sentir envidia. Estos dramas son interesantes en páginas de cómics porque hay el tiempo para explorarlos, ver mil facetas a partir de esto, pero en una película que necesita poner algún montaje de acción cada 15 minutos, todo queda medio cocinado. Decisiones tomadas sobre los personajes también son cuestionables. Viuda Negra y Haweye evolucionan casi sin explicación mientras que Nébula y Thor reciben tanta exposición que casi se vuelven caricaturas en una película que se esfuerza por verse seria. Los personajes que poseen magia no aportan nada y otros simplemente no están porque sino todo terminaría en cuestión de cinco minutos.

Incluso al villano máximo Thanos se le resta, no una sino dos veces, su peligrosidad. Todas son decisiones necesarias en un guion que requiere toda la ayuda posible para justificar que los héroes logren vencer al final. Un final que pese a estos tropiezos previos es tan impresionante y tan magnífico que solo eso justifica ir a verla de nuevo. Lo que seguramente pasará.

Agreguemos a todo este menú los haters criticando a los que hacían fila en los cines, los spoilers que eran o inventados o ciertos pero inundaron el face y los foros, y 24 horas antes del estreno en Bolivia, la famosa versión filtrada desde China (pésima calidad) y la otra versión rusa (mejor imagen y auspiciada por la mafia rusa y una página de apuestas, 1xbet, que descaradamente insertó dos spots en la copia) que estaba en todos lados para descargarla.

Un fan promedio ya llevaba días desconectado de toda red social y su única meta en la vida era llegar a la sala de cine y disfrutar la película como él creía que debía disfrutarse: pantalla grande, todo sorpresa y junto a fans de verdad como él.

Al salir a las 04.00 le pregunté a uno su opinión y ésta fue su respuesta: “No funcionó todo pero tampoco fue una total decepción. Es como el final de una novela después de años. Solo quieres cerrar ciclos como sea. Y te aferras al fanservice que representa”. Gritó emocionado y fue a sacarse fotos con un cosplayer disfrazado de Thanos.