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Piano y guitarra dialogan con melodías de Joaquín Rodrigo

Las emociones y vivencias del compositor español Joaquín Rodrigo —quien nació en Valencia en 1901 y murió en Madrid en 1999— casi pueden palparse gracias a su música. Esa conexión es una de las razones por las que el intérprete Marcos Puña se declara fanático de su propuesta.

“El Concierto de Aranjuez —una de las obras cumbre de la guitarra clásica— la escribió en época de guerra. El primer y tercer movimiento simbolizan algo festivo y alegre, que describe los jardines del Palacio de Aranjuez. El segundo lo compuso en un estado de ánimo opuesto, después de que su hijo naciera muerto. La música es casi una descripción de su descontento con Dios y de su reclamo al destino. El solo de la guitarra, en el segundo movimiento, se vuelve cada vez más furioso hasta llegar a unos rasgueos enérgicos que simbolizan gritos”, detalla el artista.

Sachiko Sakuma —pianista y directora académica del Conservatorio Plurinacional de Música— comparte con él esta pasión por Rodrigo, lo que los ha convencido de formar un dúo. La única presentación que tendrán en La Paz —después de tocar en Cochabamba y antes de partir hacia Oruro— será el martes 30 de abril a las 19.30, en el Círculo de la Unión (Aspiazu, esq. casi 20 de Octubre, Sopocachi).

Su repertorio incluye —además del Concierto de Aranjuez— Fantasía para un gentil hombre, también de Rodrigo, otra pieza icónica para guitarra clásica que rinde homenaje a diferentes danzas populares, difundidas por el compositor del siglo XVII Gaspar Sanz.

“Cuando el piano toma el lugar de la orquesta, su papel ya no es el de acompañar al instrumento solista. En lugar de esto, el recital se convierte en un diálogo, una conversación perfecta entre ambos a partir de sus roles musicales”, detalla el músico galardonado internacionalmente, a quien su pasión por la música española ha llevado a cursar dos posgrados en el tema y a incursionar en la interpretación de la guitarra flamenca. El intercambio entre piano y guitarra en estas obras propone una experiencia sonora más íntima y evocativa. Al tratarse de piezas que representan emociones complejas —y hasta cierto punto místicas—, los artistas se proponen guiar al público no solo hacia el goce musical, sino a la reflexión.

Como interpretaciones solistas, tocarán Danza Española No. 5 de Enrique Granados (guitarra) y Berceuse y Desfile de los soldaditos de plomo de Joaquín Turina (piano). Ambas piezas de conocidos compositores ibéricos, que abrirán una noche con marcado tono español.

Este proyecto —que tardó varios años en gestarse debido a las actividades académicas y artísticas de ambos— inaugura sus actividades como dúo, un trabajo que tienen planeado continuar el próximo año.