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En época de crisis, la música

Ahondar en los factores que llevaron a Venezuela a vivir la actual crisis humanitaria, política, económica y social seguramente será tema para varios libros que se escriban en muchos años por venir. En ellos se destacarán las imágenes y videos que a través de redes sociales trataron de romper las censuras y los bloqueos que se establecieron en el país para evitar la mirada (o intervención) de extraños. Pero algo que seguramente será obviado en cualquier libro o análisis será la influencia que estos años tuvo en la música venezolana.

Chile, Argentina y Brasil son ejemplos donde las conflictos sociales, dictaduras y colapsos llevaron a los artistas a producir himnos que se convirtieron en clásicos indiscutibles de la música latinoamericana. ¿Cómo no anticipar que lo mismo también pueda suceder en Venezuela?

Muchos (sino todos) los artistas de esta nota migraron de Venezuela hace tiempo. Escaparon de una situación insostenible para mirar luego atrás y extrañar algo que quizás ya no exista. Hacerse conscientes de que nunca más tendrán la vida que tenían antes. Amigos, vecinos, conocidos, amores, examores, todos convertidos en hojas de un árbol viejo que se cae por el peso de sus acciones.

En este contexto, estos artistas elaboran sus obras sobre dos corrientes: una, abordando los temas con nombre y apellido y usando sus voces para contar las historias que se están viviendo en casa. Cantando sobre frustración y opresión, además de invitar a los compatriotas a revelarse.

El otro camino, mucho más transitado y posiblemente el que se quede más en el consciente social, es el de la esperanza. Crear poemas a la vida, ensalzando al inquebrantable espíritu humano y el deseo de ver el mundo con los ojos del optimismo. Aquí algunos ejemplos de lo que ha estado sucediendo con la música venezolana en los últimos cuatro años:

Buen presente interpretado por Jack Russell, Big Soto, Akapellah y Trainer, es un ejemplo de cómo el nivel de rap que se hace en Venezuela es de lo mejor dentro de Latinoamérica. Un tema feliz, para escuchar en lugar de reguetón, a todo volumen en el auto. La letra pone atención a mensajes de optimismo, calma y paciencia.

Akapellah es un artista que exuda carisma y aunque sus letras en general suelen cargar el lastre de arrogancia pandillera, su ritmo es un flow suave y accesible que invita al amor y al baile. Réplica es su mejor canción y es un viaje autobiográfico que recuerda, en su calidad literaria, a Eminem y Dre, narrando a modo de queja su proceso de crecimiento, aprendizaje, fama y críticas (en el video mira directamente a cámara para hablar de aquellos que le han atacado por medios impresos y redes sociales en los últimos dos años). Sincero, brutal y por encima de todo, empático, el tema es un clásico para la historia del género.

Mcklopedia no será el artista más talentoso de su país, pero Dar lo mejor de ti es un himno creado con un mensaje poderoso (nada cambiará si no das tú primero lo mejor de ti) que usa trap y folklore en casi nueve minutos de genialidad. Nombrando detalles escabrosos de su actualidad, es la mejor forma de sentir algo de la frustración del país.

Zombies no es una banda de punk que usa su música para incitar a la gente a levantarse en armas. Gritando: “motín y rebelión, que no quede nada de opresión” escupen su ira en canciones rabiosas y necesarias. En igual estilo, Niños con Pistola y su EP Guerra relámpago atacan la situación actual del país con frases que fácilmente podrían estar garabateadas en las calles de la ciudad.

En un tono más pop pero igualmente con espíritu de denuncia, Ricardo del Búfalo edita Por eso estamos como estamos, un EP de siete canciones donde el tema que da título al disco resume exactamente la historia política y social del país.

Pero donde hay gritos de protesta, también hay odas a la vida. El Otro Polo es el proyecto de Carlos Poletto, un caraqueño que fusiona jazz, bolero, swing y pop en un estilo melódico y maduro. Su tema Bésame junto a la banda Rawayana (héroes locales) es una de esas canciones ideales para dedicarle a la chica de tus sueños.

Lil Supa es el nombre artístico de Lou Fresco, uno de los artistas más interesantes de los últimos tiempos. Su disco Serio fue uno de esos íconos donde fans y críticos estuvieron de acuerdo en que era una obra maestra, con canciones cuyos versos generaban conversación y ritmos que transmitían felicidad. “Sé muy bien cuál es mi misión, mi fe mi convicción, es mi deber trazar el rumbo de una nación”, canta con seguridad.

Por último, Gran Radio Riviera bebe de influencias contemporáneas como la Vida Bohema o Los Mesoneros, pero es innegable que su disco Tanto es una declaración de amor a la vida. Construido sobre sintetizadores y guitarras bailables el disco parece diseñado para hacer que los rockeros bailen o que los fans del pop escuchen rock. Desde que empieza con la llamativa Superficie pasando por la sobrecogedora Verde y terminando en la balada Zamuro el disco parece más interesado en el amor y la necesidad de conexión.

Como posdata, invitar a buscar los temas y videos de artistas interesantes como Vel France, Arca (demasiado extraño para ser latino), el legado de Canserbero (muerto en 2015), Boston Rex, Estereograma, Sisah (electropop sensual), La Fleur (una versión latina de Mumford & Sons), Linda Sjöquist (trip hop estilo portishead), la divertida música de Los Javelin o Nana Cadavieco.

Y como decía un amigo venezolano sonriendo pícaramente: “ya pasará el guayabo y todo volverá a ser chévere”.