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Nico Mavrich, blues a su manera

Interpretar una canción es darle nueva vida. “Es brindarle una forma  que nace de quién eres y de dónde vienes. Así, de alguna manera, es una obra original”, concluye el guitarrista boliviano Nico Mavrich. Una de las revelaciones más importantes que le dio el blues —de la mano de su maestro Jimmy Duck Holmes, músico estadounidense, conocido por ser uno de los últimos representantes de la escuela  de Bentonia — es que la manera correcta de tocar es su propia forma.

En su nuevo disco, Camino a Bentonia, el guitarrista con más de 30 años de experiencia y cuatro discos se apropia de temas clásicos del blues y también experimenta con composiciones propias con un toque boliviano, aunque siempre dentro de este género. En el disco —que se lanzará en menos de un mes— colaboraron Ramiro Iñiguez en la batería, Giovanno Salas en el bajo y Patricia Jordán en coros. Se grabó en Ecos Estudio, por Boris Algarañaz y fue mezclado y masterizado en Buenos Aires (Argentina) por Pablo Hadida de Estudio King.

“Son 10 temas que estuve preparando desde el año pasado. Poco después de tocar por segunda vez en el Bentonia Blues Festival, el festival más antiguo de la región de Mississippi”.

La relación entre Mavrich y este estilo musical se fortaleció gracias a la visita a Bolivia de Jimmy Duck Holmes, quien compartió escenario con el músico, junto a otros artistas en 2016. Desde el primer encuentro, la manera de tocar del estadounidense lo deslumbró y le reveló elementos del blues que no conocía hasta entonces.

Fue ahí cuando Holmes se transformó en su amigo y su maestro. En 2017, la Bolivia Bentonia Blues, banda liderada por el compositor nacional, visitó Bentonia (Mississippi, EEUU), y tocó por primera vez en el Bentonia Blues Festival y en el Blue Front Café, ambos símbolos de la cultura blusera.

“Tanto el festival como el café son íconos. Están en pie desde 1947 y son puntos clave que se visitan por músicos y fanáticos, todos los años, en junio. Solo estar ahí y poder ver a grandes tocar me enseñó cosas que no creo que hubiera podido entender de otra manera. El blues no es solo un género musical, es una forma de expresar sentimientos, emociones  y de ver la vida ”.

En 2018 Mavrich fue invitado a tocar en ambos lugares por segunda vez. Para eso se preparó estudiando, más que estructuras musicales o determinados intérpretes, mucho sobre historia afroamericana y las raíces del género que ha marcado su propuesta.

“En esta forma de hacer música se sintetizan muchas cosas que la hacen compleja. Sin embargo, algo que me queda claro es que en el blues lo importante es simplificar. La simpleza   es esencial  y enriquece este género y la cultura que lo alimenta”.