¿Qué sucedería si se nos concediera la oportunidad de comunicarnos con algún espíritu?, ¿a quién elegiríamos?, ¿qué querríamos preguntarle? Estas especulaciones no son vanas, convocar a un espíritu es un asunto que va más allá de la curiosidad o de la superstición. Es una deuda. La posibilidad de contactar con un espíritu remueve el deseo de obtener respuestas y, de alguna manera, resolver lo que no pudo solucionarse en vida, aquello que no se habló y aquello que se malentendió.

El libro Thajmara. Habla Melgarejo, de Isaac Tamayo, encara este asunto eligiendo a un personaje de la historia boliviana: Mariano Melgarejo. El lector asiste, durante seis capítulos, a la sesión de espiritismo que precedió Enrique X, y tuvo como testigo a Isaac Tamayo, en la cual se convocó al aludido. El diálogo que sostiene el espíritu de Melgarejo y Enrique X es el recurso que utiliza Tamayo para exponer la conflictiva relación que existe entre la sociedad y el expresidente.

Lo que al principio parece un “ajuste de cuentas” entre el médium y el espíritu se convierte en un debate sobre política, o desde la política. “Me han representado como a una fiera escapada de su cubil, que viene a instalarse tranquilamente en medio de una fiesta bucólica, en donde reinaban la paz de Dios y la primitiva inocencia del paraíso” (p. 6), afirma el espíritu, quien se rehúsa a responder con un ‘sí’ o un ‘no’ porque considera que es una “lógica demasiado estrecha” (p. 18).

En su lugar, el espíritu se pregunta por la parte que le corresponde a la sociedad en la construcción de la historia nacional, más allá de elegir a un culpable total. Él reconoce que sus decisiones afectaron el sistema político, económico y administrativo del país, pero “¿por qué la adulación quemó todos los inciensos, por qué la bajeza agachó tantas frentes?” (p. 13), insiste. El silencio y la pasividad que una sociedad muestra hacia un gobernante, incluso si se trata de un tirano (como el espíritu se denomina a sí mismo), la hace cómplice.

El espíritu de Melgarejo se permite responder ampliamente las preguntas que le hace Enrique X y aprovecha el diálogo para hablar sobre el matrimonio, los bancos, el feudalismo, la lengua aymara, entre otros temas. Incluso se atreve a afirmar que “todo pueblo tiene el gobierno que se merece” (p. 14). Uno puede espantarse, como lo hizo Enrique X, o estar de acuerdo, pero recordemos lo que dice el prólogo que acompañó a la edición de 1914 de este libro: “No es libro de enseñanza (…) tampoco es un libro de recreación. Apenas si se puede decir que es un libro”.

Thajmara. Habla Melgarejo, de Isaac Tamayo, fue reeditado en 2018 por el Fondo Editorial Municipal “Pensamiento paceño”, el cual se propone publicar obras que estaban agotadas durante muchos años y que, por esa razón, eran inaccesibles al público. Esta reedición mantiene el formato original de publicación e incluye fotografías de algunas cartas que Isaac Tamayo escribió a sus hijos. Para quien esté interesado, este libro se distribuye de forma gratuita en la Alcaldía de La Paz.