Tuesday 16 Apr 2024 | Actualizado a 03:48 AM

Camila Urioste: ‘Un fragmento contiene un universo enorme’

La escritora —ganadora del Premio Nacional de Novela 2017— presentó su nuevo libro de cuentos ‘Cuerpos de agua’.

/ 3 de julio de 2019 / 00:00

Los saltos entre dramaturgia, guion, poesía y narrativa son espontáneos en la escritura de Camila Urioste. Encontrar las herramientas precisas para contar una historia —y crear obras que diferentes públicos puedan disfrutar—es lo que le da energía para seguir proponiendo.    

La artista paceña —ganadora del Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal 2006 y del Premio Nacional de Novela 2017, entre otros— presentó su más reciente libro de cuentos Cuerpos de Agua, junto a la Editorial 3600, el 19 de junio en la Casa del Poeta (Claudio Sanjinés Nº1602, Miraflores)

— ¿Cómo fue el proceso creativo de este nuevo libro?

— Lo que hice fue buscar textos de narrativa que tenía guardados y que se habían quedado sin terminar. El libro reúne textos muy antiguos y muy nuevos. Tengo algunas cosas que he escrito este año y otras que son del 2010, por ejemplo. Hace muchos años, estaba intentando escribir una novela y tenía muchos ensayos. Construía un par de escenas y después no podía seguir. Tenía diálogos sobre cosas que escuché y me habían inspirado, pero luego los dejé ahí. Era un montón de material fragmentado que escribí pensando en que podrían ser, después, algo más grande, pero que no sabía en qué o dónde. Todo comenzó con una revisión.A la par, estaba en un proceso creativo de escritura y con ambos armé el libro. En las revisiones fui encontrando un hilo conductor, que en este caso tiene que ver con el linaje femenino, las madres, las abuelas, que creo que es importante para todos; qué es lo que ellas cargan y lo que una carga de ellas también, como mujer. Con la migración y la identidad, son los temas que encontré como hilados en todos los fragmentos.

— ¿Cómo fue el proceso de relectura, como escritora?

— Siempre he llevado diarios, desde pequeña. Ya entonces me era muy extraño releerme después de muchos años, volver a lo que me pasaba, lo que escribí y cómo pensaba. Cuando puedes volver a ese material, te da una compresión sobre ti misma que es realmente valiosa. Fue una experiencia muy linda. Escribí estos fragmentos pensando en que serían parte de una historia más grande. Cuando los releí me di cuenta de que el fragmento es, en sí mismo, un cuerpo. Indica, da indicios de ese cuerpo más grande que no es necesario mostrar. Un fragmento contiene un universo enorme, lo que me atrae mucho. Un cuento de una página puede resonar, comunicar mucho y dejar que el lector complete los huecos. El fragmento es un elemento importante en la narrativa, permite que el lector se identifique, ya que el texto se queda vibrando luego de que lo leen. Por eso no le doy todo al lector.

— Ha recorrido varios géneros literarios ¿qué la motiva ahora a desarrollar la narrativa ?

— La palabra narrativa viene de narrar y tengo mucha experiencia en el teatro, que también es una forma de narrar. Contar historias es lo que me mueve, incluso en la poesía. Mi escritura poética no es abstracta, no habla de la belleza pura de la palabra o de una metáfora. En general, siempre cuenta algo.

Lo que descubrí con mi primera novela, Soundtrack, es que la narrativa, puesta en papel —cuando la gente puede comprar el libro y leerlo— es una historia que encuentra un público mayor. En el teatro, uno de mis grandes amores, para que la historia que escribí llegue al público hay un proceso enorme de producción, actuación, gestión, difusión. Es un proceso mucho más complejo, que es muy rico. Pero ahora, en este momento de mi vida, me gusta más la relación directa con el lector, donde yo puedo contar y él, tomarlo sin más intermediarios.

Hay muchos textos de Cuerpos de agua que eran obras de teatro o partes de, que nunca fueron editadas. Adapté obras a narrativa metiéndome en la cabeza de ciertos personajes y describiendo cosas que en el teatro no se podrían ver, que se notan solo a través de un narrador o desde el punto de vista de uno de los personajes, todo guiado por el deseo de mantener esta comunión con el lector de forma un poco más directa.

— ¿Cómo fue el salto de la novela al cuento?

— No siento que fuera un salto realmente, porque hay un universo común. Si bien estos son cuentos, solo lo son por el formato, es decir, textos narrativos breves. Entre los 34 fragmentos hay hilos conductores, temas y personajes recurrentes. Lo entiendo como un libro global. Si sacas uno de los cuentos, probablemente —me gusta pensar así— el libro ya no se sostiene. No es una colección de cuentos diversos sobre temas diferentes. Es un cuerpo, compuesto de partes. Si sacaras uno, o cambiaras de lugar otro —porque la distribución no es arbitraria o al azar— no funcionaría igual, construyen un todo. Soundtrack está construido de una forma similar: son fragmentos que cuentan una historia, con espacios y huecos que no narran todo.  Y tiene, claro, ciertos hilos que unen los diferentes fragmentos, como  la relación con los hombres o la música. En Cuerpos de agua hay cuentos largos, de hasta 20 páginas, y otros de un párrafo. Pero cada uno tiene un lugar, una razón de ser, que lo une al anterior y al que viene después. Y la última narración es una conclusión para todos, que cierra el libro.

Construyen, así, un universo común, que tiene ecos de Soundtrack. Será porque no tengo la capacidad de ponerle otro nombre a mis personajes que no sea Alicia, entonces…(ríe) Así como en la novela los personajes se llaman Alicia y Martín, en los cuentos estos nombres también están presentes. Eso sí, no son los mismos personajes, pero ya con los nombres hay un eco, que hace referencia a ese mundo.

—¿Cuáles son los proyectos futuros?

— Tengo un libro de poesía que terminé y estoy revisando. Aún no lo quiero lanzar al mundo, lo tengo incubando. Quiero volver al teatro, estoy trabajando una obra que se llama El viaje de Telémaco, con el colectivo Escenicogiroscopio, junto a Daniel Aguirre. Tengo una idea para una novela también, pero no tengo prisa, después le daré más tiempo. Y las ganas de escribir un guion también siguen ahí, porque creo que es un buen momento para el cine boliviano. Es otro universo, una forma diferente de contar que tiene otro tipo de repercusión. Lo esencial es narrar las historias y llegar a un público que las pueda disfrutar, que pueda vibrar con ellas. Explorar me permite conectarme con diferentes tipos de personas.

Perfil

Nombre: Camila Urioste Laborde

Nació: La Paz, en 1980

Escritora

Además de narrativa, la creadora premiada ha publicado libros de poesía, como Diario de Alicia (Premio de Poesía Yolanda Bedregal 2006) y Caracol. También escribió  obras teatrales como Piedra, papel y cuerda, El pacto, El crimen y El cuerpo. Su primera novela, Soundtrack, obtuvo el Premio Nacional de Novela en 2017. Incursionó además en el periodismo, la crítica y el cine, donde fue coguionista, junto a Gory Patiño y Fernando Arze, de la película boliviana Muralla.

‘VENEZUELA’

Cuento extraído del libro ‘Cuerpos de agua’ (2019, editorial 3600)

Camila Urioste – Escritora

Mi madre desconfía de los venezolanos. Desconfía de cualquiera que se acerque para pedirle algo. Cuando viajamos en flota a Sucre para visitar a mi abuela, siempre se suben dos personas para pedir dinero: una mujer avejentada y un manco. La mujer avejentada pide dinero con voz cantada en un tono monótono. Mi hijo de diez años está enfeeeermo, dice. Dios se lo va a agaaaaar. Dios se lo va a multiplicar el doooooble. El manco es un hombre de como cincuenta años, alto, forzudo, con un ojo completamente blanco. El manco habla como locutor de radio, con una voz potente pero suave, en un ritmo fluido y lleno de aire. Es como si la voz firme del manco, su enunciación perfecta, pudieran compensar la falta de manos; como si pudiera vestirse en las mañanas usando la potencia de su voz articulada.

Cuando uno no tiene manos, dice, ni vestirse en la mañana se puede, la familia se aleja de la persona, el individuo ni llevarse una cuchara a la boca hay caso, se sufre, el accidente bastante fuerte que tuve hace unos años, ahora estoy así, cambia la vida, ni trabajar se puede, ni valerse por uno mismo, los amigos se alejan, tal vez lo más importante que uno tiene lo ha perdido, la familia se aleja, sucede, que tengan feliz viaje, dios mediante lleguen con bien a la ciudad de Sucre, gracias.

El hombre viste siempre un chaleco de tela con gigantescos bolsillos en los que puedes meter una moneda. Porque no tiene cómo recibir una moneda en sus manos fantasmas. Una vez metí una moneda en ese chaleco sin que viera mi mamá. Hizo un sonido agudo al chocar con las demás monedas, y el señor me guiñó el ojo normal, atravesándome con el ojo blanco.

Mi madre desconfía de la señora avejentada porque no parece madre de un niño de diez años. Además, nosotras viajamos seguido, desde hace tres años, a ver a mi abuela en Sucre, y el hijo enfermo tiene siempre la misma edad. Yo ya he cumplido trece y el niño sigue teniendo diez. Desconfía del manco sin saber bien por qué. Tal vez es la voz, demasiado articulada para un hombre sin manos.

Lo mismo pasa con los venezolanos. El otro día se nos acercó una mujer vendiendo manillas, una mujer que nos abordó diciendo: soy venezolana, vendo manillas. Mi madre le sonrió y me alejó de la mano. Igual cuando un joven que desde hace meses se para en una esquina de San Miguel nos canta: postres venezolanos, a la orden, postres venezolanos, exquisitos postres, a la orden.

No sabe bien por qué lo hace, pero yo sí. No cree que son verdaderos venezolanos. Cree que son cubanos o portorriqueños haciéndose pasar por venezolanos. Si tuviera certeza de que son venezolanos, tal vez les compraría algo. Porque ella vivió en Venezuela y siente el dolor del pueblo venezolano como suyo.Pero no.

Una vez se nos acercó una señora a ofrecernos dinero venezolano a cambio de una moneda. No era un cambio de divisas lo que proponía, sino vendernos como reliquia el dinero venezolano a cambio de lo que quisiéramos darle por él. Mi madre se alejó como siempre, jalándome de la mano. Ya tengo trece años, no soy un niño, puedo seguirla sin que me jale. Pero no quiero lastimarla. Así que me dejo. Yo la entiendo. Cualquiera puede poseer dinero venezolano, después de todo. El hecho de estar en posesión de dinero venezolano no te hace venezolano. Yo tengo una colección de monedas del mundo, podría hacerme pasar por chino o colombiano si eso bastara.

Sin embargo, yo hubiera querido tener un billete venezolano, para mi colección. Yo creo que pedir no es nada agradable, y que si alguien pide en la calle es por algo. No creo que alguien lo haría por molestar, o por aprovecharse, o por la oportunidad de hacerse pasar por manco o por venezolano.

Yo creo que trece años es mucha edad para seguir andando de la mano de mi mamá.

Comparte y opina:

Mario Ramírez, música en tiempos críticos

El músico lanzó en plena cuarentena ‘InEditadas Vol.2 de Mario Ramírez’, disco marcado por momentos de tensión, que busca contrarrestar con intimidad y conexión.

/ 27 de mayo de 2020 / 09:03

En noviembre de 2019, Mario Ramírez — compositor nacional, parte del dúo Negro y Blanco— se preparaba para cantar mientras motines policiales comenzaban a estallar en diferentes departamentos de Bolivia. Cuando la tensión en las calles subía, el artista actúo —a puertas cerradas— y compartió con su público 32 composiciones inéditas. En mayo de 2020, mientras el país y diversas partes del mundo todavía lidian con los estragos de la pandemia del COVID 19, el artista lanzó por internet InEditadas Vol.2 de Mario Ramírez, álbum que contiene 15 de aquella treintena de piezas.

“No fue casual que el álbum estuviera listo durante la cuarentena y nació una necesidad de compartir esas canciones ahora. Es el tiempo perfecto para lanzarlo por plataformas, ya que las personas tienen tiempo para escucharlo tranquilamente en casa. Habla de sanación, familia, pareja… cosas que todos estamos viviendo, en espacios y realidades diferentes. Durante este tiempo el arte, y sobre todo la música, ha mostrado cuánto hacen por nuestro bienestar y es muy lindo sumarse a esa iniciativa”, detalla el compositor, cuyo dúo cumplió 21 años de carrera, también durante la cuarentena.

InEditadas es un proyecto que Negro y Blanco inició ya hace un par de años, con conciertos y la producción del volumen uno, con canciones compuestas por Christian Benítez. Para seleccionar las primeras 50 canciones que podrían ser parte del volumen dos, Ramírez repasó más de 200 piezas suyas que habían quedado grabadas, algo relegadas, en cassettes.

“Algunas no recordaba que existían. Fue un proceso de redescubrimiento, donde me puse a escuchar piezas que había escrito desde 1998, más o menos. Algunas son muy luminosas, otras más complejas y reflejan diferentes etapas de mi vida”.

Que fuesen obras personales fue uno de los parámetros que definió para escoger las que serían parte de los conciertos. La diversidad de géneros y tonos fue lo que le permitió reunir las cincuenta. Luego comenzó a cantárselas a familiares y amigos cercanos para reducir la selección a poco más de una treintena.

“Durante un mes y medio fui mostrándole las canciones a personas cercanas, organizamos guitarreadas y me fueron comentando cómo resonaban con ellos. Con sus comentarios y lo que generaba más sentido en mí, armamos el repertorio que tocamos en cuatro conciertos, junto a Chris (quien abría los shows) y Mauricio Segalez”.

La votación del público en los recitales terminó por concretar qué obras serían parte de InEditadas, vol. 2. Cada asistente votó por sus favoritas y el compositor se comprometió a sacar un disco con las que recibieran más apoyo. El resultado estuvo lleno de sorpresas y algunas coincidencias. Los ritmos folklóricos — Chacarera Bolivia (2016) y Tinku Bolivia (2014)— tuvieron una enorme popularidad, algo esperado por Ramírez. Sin embargo, piezas menos convencionales se ganaron el corazón de su público.

“El inocente (2018) es la primera canción del disco. Por ésa estaba seguro de que no iban a votar, pero entró. Otra, Frente a frente (1998)—que tiene una estructura extraña y un transcurrir casi tenso musicalmente— también fue una de las favoritas. Y casi todos votaron por Del otro lado (1998) una canción que escribí cuando llegué a casa de una guitarreada en la madrugada y vi cómo hay muchas personas cuya vida ya había comenzado. Es una realidad que no siempre queremos ver”, detalla el compositor.

También hubo algunas que deseó que quedaran y no fue así, honró al pie de la letra el compromiso que tenía con sus fanáticos y respetó el resultado. InEditadas vol.2 tiene canciones compuestas desde 1998 hasta 2019, con ritmos que van desde lo folklórico, con huayños y cuecas; hasta zambas, trova y joropos. Fue grabado por Marcelo Torres, con arreglos y edición de Ramírez y Segalez y está disponible en todas las plataformas de streaming.

“Así, como Testimonios, el proyecto de Inéditas tendrá varios volúmenes. Ya estamos trabajando en un repertorio con canciones escritas por Christian y yo, con la misma dinámica, conciertos y discos grabados en vivo. Tal vez hayan más versiones de cada uno también y en medio algún disco de estudio. Lo importante es que hay compos, hay música que queremos seguir compartiendo”.

Comparte y opina:

Pizza para novatos, secretos de la receta ideal

Un set con ingredientes, masa lista e instrucciones llega directo a los hogares para que amantes de las pizzas puedan aprender a hacerlas en casa

/ 25 de mayo de 2020 / 13:12

Son las siete de la mañana y es lunes. Luego de un clásico fin de semana en cuarentena por la pandemia del COVID-19 —es decir, sin poder salir a la calle—, Sukko Stach espera la llegada de dos amigos suyos que viven cerca de su casa. Estos encuentros no son solo para mitigar la necesidad de contacto, junto a ellos llegarán además masas y salsas.

Ingredientes. El queso que se utiliza ha sido seleccionado después de tres meses de búsqueda. La salsa de la casa es muy sencilla, pues su sabor radica en la nobleza de las materias primas.

“Cada quien tiene sus secretos y sus recetas. Así que nos vemos para intercambiar nuestras masas y salsas y ver qué podemos hacer con lo que ha llegado a nuestras manos. Es una forma de compartir que incluso ha llegado a ser una suerte de competencia en la que tenemos que inventar de todo para tener resultados interesantes con lo que tenemos en casa”, detalla el dueño de la Imilla Alzada (Álvarez Plata 50, Cota Cota), restaurante especializado en productos fermentados: cerveza, vino, sidra y pizza hecha con masa madre.

Estas reuniones —llenas de retos, charlas y pasiones compartidas— son una de las razones por las que decidió que la mejor forma de reactivar las actividades de su restaurante sería creando un set para que los comensales puedan lanzarse a hacer sus propias pizzas. Éste viene con masa para dos pizzas lista para meter al horno, salsa de la casa, queso mozzarella, pepperoni —si se escoge esta opción—, albahaca, pimiento morrón y cebolla, como un toque especial para despertar la creatividad.

“A un panadero no se le queda la masa en las manos. Pero eso luego de hacer miles de pizzas diariamente. La masa que preparamos para enviar —por Mr. Delivery o Yaigo— está pensada para que sea fácil extenderla directamente con los dedos en una lata de horno. Está un poco menos hidratada que la que solemos hacer en la pizzería. También incluimos instrucciones y sugerencias. Normalmente no le ponemos ni pimentón ni cebolla, pero los incluimos para que los clientes experimenten en casa con los diferentes sabores”. Para tener un resultado al estilo de una pizza napolitana, Sukko recomienda, también, precalentar el horno a la mayor temperatura posible y poner la lata en el escalón más alto.

La temperatura del horno asegura que la comida está libre de bacterias y virus; de esta manera y con sus propias manos, los clientes pueden estar seguros de que comen algo delicioso y libre de cualquier patógeno.

Los pedidos se hacen de 15.00 a 16.00 —esto para evitar la saturación de los servicios de entrega—, los envases pueden reutilizarse y todo está empacado para llegar fresco y listo para cocinarse, aunque también se puede dejar en la nevera para intentarlo al día siguiente.

“Durante varios meses trabajé haciendo pizzas caseras antes de abrir la Imilla Alzada, utilizando el horno eléctrico que tengo, que llega a unos 180 grados centígrados. La experiencia que gané así no pagó muchos frutos en el restaurante porque allí tenemos un horno de barro cuya temperatura puede llegar a los 500. En cambio ahora todo eso vuelve y utilicé lo que aprendí para planificar este kit, que es una buena forma de empezar a hacer pizzas en una cocina común”, narra el emprendedor paceño.

Para quienes se sientan un poco más inseguros antes de empezar, en las redes sociales del restaurante podrá encontrar fotografías que ilustran todo el proceso, así como más sugerencias y consejos. La web también está llena de opciones a probar para todos aquellos que tengan algo más de experiencia y quieran crear combinaciones gastronómicas más elaboradas o exóticas.

“Espero que ahora que podrán tocar y probar la calidad de los insumos haya más apreciación por ellos. Pasamos más de tres meses buscando queso de buena calidad, que es el mismo que enviaremos en los sets. Nuestra salsa es una combinación bastante simple pero rica y la masa ha pasado toda la noche reposando. Así, hacer una pizza puede transformarse en algo más. Es una manera de compartir, que además motiva a la creatividad”.

Comparte y opina:

Con humor, la galería Altamira cierra sus actividades en la Larga Noche de Museos Virtual

El espacio de arte lanzará un tercer video este sábado

/ 22 de mayo de 2020 / 22:02

“El arte sale bien parado de las grandes crisis”, declara contundente Ariel Mustafá, director de Altamira, galería de arte. Lejos de una actitud apocalíptica, el espacio de arte apuesta por el humor y la irreverencia para cerrar su participación en la Larga Noche de Museos Virtual con un video que lanzará este sábado a las 20.00, desde su página de Facebook https://www.facebook.com/altamiragaleria

“El goce estético es lo que nos ha acompañado en esta cuarentena, no estás solo si tienes un cuadro. Tras teletrabajar, el único momento en el puedes encontrarte contigo mismo es a través del arte. Las personas que tienen el privilegio de hacer la cuarentena han escuchado más música, han leído más literatura y creo que todos estamos más sensibles, condición que nos acerca a todo tipo de creación. Sé que será difícil volver al nivel en el que estábamos, pero estoy seguro de que no nos quedaremos con las manos vacías”, detalla Mustafá. 

Fiel a la visión de su director, Altamira produjo un proyecto audiovisual que busca innovar creativamente la manera en que se recorre la galería. Tres videos son parte de esta propuesta. El primero es una presentación, el segundo, una muestra de los cuadros que están en exposición virtual, denominada Cuarentenarte, que permanecerá en los muros de la galería durante un mes una vez que las medidas se flexibilicen.

Y el último, que se lanzará el sábado, es un monólogo que busca reflexionar con irreverencia, humor y nostalgia sobre la cotidianidad en este tiempo extraordinario.

Comparte y opina:

Convocan al concurso de ensayos Juventud y ciudadanía en tiempos de crisis

El certamen está dirigido a personas de 18 a 24 años. Los textos podrán presentarse hasta el 14 de julio y el primer premio recibirá 1.000 euros.

/ 22 de mayo de 2020 / 17:28

Juventud y ciudadanía en tiempos de crisis es un concurso de ensayo que busca recuperar las reflexiones y propuestas de los jóvenes en relación a los momentos de crisis que ha vivido Bolivia desde los últimos meses del 2019. Podrán participar personas desde los 18 a los 24 años. Además de premios en dinero en efectivo para los dos primeros lugares, los textos elegidos por el jurado serán parte de un libro a publicarse. La fecha límite para enviar los escritos es el 14 de julio.   

“El objetivo del concurso es contribuir al intercambio de visiones, pensamientos y análisis, desde la mirada de la ciudadanía y desde la juventud, particularmente, en este tiempo caracterizado por cambios inesperados, con la idea de generar un espacio de reflexión e intercambio con la sociedad civil. Asimismo, el concurso quiere apoyar el ejercicio ciudadano de los jóvenes, como los actores emergentes, constructores del nuevo país”, explica la nota de prensa de la Delegación de la Unión Europea en Bolivia, organizadores de esta iniciativa.

1.000 euros recibirá el ganador y 750 el segundo puesto. Participar no tiene costo y solo se podrá enviar un ensayo, obligatoriamente inédito, por persona. Deberá tener 2.500 palabras como mínimo y un máximo de 4.500. Los interesados pueden descargar la convocatoria completa de la página web www.uetrabajandojuntos.org/documentos/  o bien mandar las consultas al mail [email protected]

Comparte y opina:

Historietistas e ilustradoras nacionales e internacionales se reúnen en un conversatorio, sobre el libro Las viñetas se ilustran en femenino.

Viñetas con Altura organiza esta actividad, centrada en su última publicación en la que participaron 20 autoras

/ 22 de mayo de 2020 / 00:45

El tema de la más reciente versión del Festival Internacional de Historietas Viñetas con Altura fue la mujer. Como resultado, en febrero se publicó “Las viñetas se ilustran en femenino”, una antología que reúne la obra inédita de 20 artistas bolivianas y extranjeras. Ahora, como parte de la Larga Noche de Museos, la asociación Viñetas con Altura organiza un conversatorio virtual con la participación de gran parte de las autoras.

“En esta ocasión contaremos con la intervención de gran parte de las historietistas, ilustradoras y humoristas que fueron parte de esta antología. Ellas hablarán sobre las obras que crearon especialmente para el libro y sobre sus proyectos actuales”, detalla Alexandra Ramírez, directora de la editorial Con Altura —proyecto de la Asociación Viñetas con altura— expresidenta del festival, historietista, ilustradora y animadora nacional.

Alejandra Andrade, Ana Medinacelli, Avril Filomeno, Diana Cabrera, Alejandra Lunik, Susana Villegas, Sofía Cueto, Antagónica Furry y Daniela Peterito, son algunas de las participantes. Además de estar escrito en español “Las viñetas se ilustran en femenino” tiene traducciones al aymara y quechua y contiene códigos QR que se conectan con audios y diferentes elementos interactivos por internet.

Comparte y opina:

Últimas Noticias