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Los Beatles, ‘Yesterday’ y el cine que se pierde

En 1966 John Lennon dijo, en un contexto que aludía a que el cristianismo estaba perdiendo fuerza frente a contenidos populares superficiales, que los Beatles eran “más populares que Jesús”. Una vida le llevó disculparse por esa frase. 50 años después, la idea de los Beatles como la banda más querida de todo el planeta sigue estando en pie.

Yesterday (2019, Danny Boyle) es la nueva prueba de ello. Se trata de una simpática película que narra la historia de Jack Malik (Himesh Patel), un inmigrante hindú viviendo en Inglaterra, aspirante a músico, que está a punto de dejar su sueño cuando un extraño (mágico) apagón mundial lo involucra en un accidente que le hace perder dos dientes, pero a la humanidad entera le hace perder el recuerdo de que alguna vez existieron los Beatles (¡!).

Sí, la explicación no tiene sentido, pero es apenas una excusa para poner en marcha la historia. Parte de la diversión al inicio es el esfuerzo de Jack por recordar las letras (Eleanor Rigby es su némesis) y luego hacer que las personas le den la merecida importancia al evento del cual están siendo partícipes: una divertida escena ocurre cuando trata de interpretar Let it be frente a sus padres y es constantemente interrumpido, lo cual le hace estallar enojado. O el estreno de I wanna hold your hand en un cumpleaños con niños jugando sin prestarle atención. Pero poco a poco el mundo empieza a escuchar; después de todo, estas son las mejores canciones que ha conocido la humanidad, y un día Ed Sheeran toca la puerta de Jack. Sí, ese Ed Sheeran porque… pues porque es Inglaterra supuestamente y eso puede suceder (su aporte cambiando Hey Jude por Hey Dude es brillante).

La historia avanza predeciblemente hacia el ascenso a la fama. Ayuda mucho que esta película la dirija Danny Boyle (Trainspotting, Trance, The Beach, 28 Days) para imprimirle efectos visuales dinámicos, divertidos, a veces hasta ingenuos (el nombre de las canciones flotando en medio de túneles, estaciones, parques). La música está ahí pero nunca como piezas completas. Himesh Patel las canta, y su voz tiene la inocencia y la dulzura necesaria para respetar y aportar a los temas originales.

Es inevitable no mover el pie al reconocer los temas clásicos, pero al contrario que en Bohemian Rhapsody o Rocketman, aquí las canciones son tangenciales. No son la historia, sino pequeñas piezas (fragmentos mínimos a veces y en la segunda mitad casi ni aparecen) que mueven la curva de aprendizaje que pasa el personaje para descubrir que la fama no lo es todo y lo que buscaba estaba a su lado desde el inicio, desde que no era famoso y cantaba covers de Oasis (sí, inteligente detalle) en el colegio: ella, la amiga, el amor platónico de su vida; porque Yesterday es como muchas, una historia de amor con hermosa música de fondo.

Humor hay, sutil. Como la burla a los nombres de los discos que no funcionarían en el mercado actual (¿White álbum?, políticamente incorrecto. ¿Sgt. Pepper, etc.?, muchas palabras). El punto más bajo de la película: Pepsi y su descarado inserto publicitario (en este mundo no existen los Beatles ni la Coca-Cola).

Ahora, si esta es una linda película con mensaje y potencial para verla como fan de los Beatles, de la música, en pareja o en familia, ¿por qué no está en cines y por qué nadie podrá verla en Bolivia hasta mitad de septiembre?

El día que se estrenó mundialmente Yesterday, las salas de cine locales estrenaron dos películas latinas (está bien, pero sabemos que las sacarán en una semana porque nadie las ve), Annabelle 3 (pérdida de tiempo) y una película de dibujos animados checa de 2017. Y estos son algunos de los próximos “estrenos” viejos que se vienen luego: Ted Bundy, Durmiendo con el asesino (actualmente en Netflix), Alcanzando tu sueño (Teen Spirit, disponible en video, quién sabe, en dos semanas),

La noche de las nerds (Booksmart, disponible para descargar legalmente desde hace tres semanas, pero igual, el mejor estreno de ese mes), el remake de El muñeco diabólico (Child’s play, estrenada hace más de un mes atrás), Magia Negra (Santet, película estrenada un año atrás).

Una cosa es que las distribuidoras (Manfer Films, Andes, entre otras) tengan fechas inamovibles para recibir los estrenos, pero rellenar la cartelera con lo que sea tampoco parece justo, si bien podrían ponerse mejores títulos pasados. Ver en pantalla grande películas como Bound by movement, Burn yopur maps, Styx, Kidergarten Teacher (si quieren poner refritos de Netflix), Nancy, Sorry to bother you, fácilmente podrían inspirar, estimular, desafiar la imaginación de un espectador promedio. Exponerlos a un cine diferente, hermoso, inolvidable en muchos casos, que con un buen boca a boca incluso podría ser redituable para las salas, que después de todo es por lo cual ponen una película ahí en primer lugar, ¿no?