‘Solos’, teatro y guitarra clásica para el desamor
Los artistas cruceños Yovinca Arredondo y Zoran Vranjican estarán en el Teatro Nuna.
La mutua admiración hizo que unieran fuerzas y talentos. Ella: Yovinca Arredondo, actriz, directora y productora cruceña que ha escrito el texto y plasma toda su experiencia en teatro y televisión en el escenario. Él: Zoran Vranjican, guitarrista clásico y compositor cruceño, ha creado la música que da carne a este encuentro de artes, un nuevo desafío en su trabajo. Ambos son parte de Solos, propuesta escénica que estará el jueves 29 de agosto, a las 20.00, en el Teatro Nuna (Calle 21 Calacoto, 8509, parada del PumaKatari).
Solos —que comenzó a gestarse en marzo en la ciudad de los anillos— es un espectáculo de teatro y música que habla del desamor, la soledad, los sueños y las búsquedas personales. “La idea empezó por la admiración que ambos sentimos por nuestros trabajos y la constancia y convicción que compartimos a la hora de hacer espectáculos culturales con muchos recursos y trabajo”, explica Vranjican. “Luego está el reto que significa unir nuestros mundos en un espectáculo que no es un formato estándar; es decir, no se suele ver a un guitarrista clásico metido en una obra de teatro, mucho menos actuando y no solo tocando, como me ha tocado esta vez”.
Y es que no es Vranjican quien interpreta las obras de música clásica, sino Solo, personaje que ha cobrado vida a partir del texto escrito por Arredondo. “Cuando escribo una obra lo hago desde lo que voy sintiendo en mi vida y me toca profundamente. Desde aquellas cosas que me resuenan, me conmueven y me traen aprendizajes. Hablar del desamor o la soledad son temas que a todos los seres humanos nos afectan en algún momento. Y de lo que trata este espectáculo es tocar un tema con el cual todos nos hemos sentidos identificados en algún momento”.
Por su parte, el guitarrista —integrante además del Dúo Ignis y discípulo del reconocido Piraí Vaca, con quien integró el cuarteto Fuego— asumió el reto musical. “Ha sido complejísimo, porque la guitarra clásica requiere un nivel de técnica y excelencia que es casi comparable con el de un atleta de alto rendimiento. Además de la preparación intelectual y emocional, requiere un estado ‘zen’ de balance y serenidad para abordar el terremoto o la profundidad de cada obra”.
En cambio, en Solos el artista no tiene tiempo ni para afinar las cuerdas. “Entonces es Solo el que se adueña del escenario y tiene que cobrar vida e ingeniárselas para entrar al rol del músico en tiempos en que nadie de la música clásica está preparado para hacer. Por eso ha sido un desafío extraordinario. Y la composición es simplemente un retrato de emociones a nivel musical”.
Para ello el compositor diseñó dos temas de amor que contrastan: uno desde la aceptación y otro desde la tristeza. “Ambos conforman el tema principal de la obra que se va transformando, pasando de un íntimo piano a la orquesta entera, el llorar profundo de los cellos… en fin, lo principal era llegar a transformar esos dos personajes en dos temas musicales que los representen”.
Para Yovinca, la colaboración mutua al momento de concebir el espectáculo, pensando desde un comienzo en teatro y música desde la guitarra clásica, ha sido fabulosa. “La música siempre ha sido algo que he amado profundamente y en cada espectáculo toma un protagonismo muy importante. Ahora bien, la guitarra clásica tiene una dulzura e intimidad tan especial que es determinante en Solos, que es una obra pensada para tocar fibras muy íntimas del ser humanos, como es el amor y este equilibrio o desequilibrio al cual te puede llevar”.
La obra además ha tenido un plus: el aprendizaje y la satisfacción de unir el teatro y la guitarra clásica. “Hacerlo de forma tan respetuosa, seria y entregada, hace que sea un espectáculo tan diferente y especial que me deja la alegría de haber cumplido un sueño. Creo que hemos logrado un trabajo digno de ver y disfrutar. Y estoy convencida de que el público saldrá conmovido”, agrega la también comunicadora y directora de la compañía artística Tucura Cunumi de Santa Cruz.
Tras su paso por Cochabamba y Santa Cruz, la obra ha cosechado aplausos, y culminará con su presentación para el público paceño, al que Zoran espera conmover.
“Lo que se quiere provocar va por capas: primero la incertidumbre: ¿qué pasó con estos personajes? Luego está la risa. De ahí viene la parte sublime, la guitarra clásica y la poesía que eleva la historia a un nivel más artístico, para luego llevarnos a drama y tensión. Es un viaje dinámico de emociones y sensaciones que son acompañadas con poesía, guitarra, imágenes del recuerdo y la trama, que transcurre en una plaza por la noche. Finalmente queremos conmover y que el público se sienta identificado con estas artes unidas en un solo espectáculo”.