Villalpando, con el oído atento en la geografía
La Orquesta Sinfónica Nacional estrenará la primera sinfonía del compositor
Los paisajes de Bolivia son una experiencia sonora para el compositor potosino, nacido en La Paz, Alberto Villalpando. Estar ante la presencia de las creaciones de la naturaleza deja en él una suerte de reacciones emotivas, impresiones que se transforman en imágenes. Si éstas son interiores, surge una pieza para orquesta de cámara, con tintes íntimos y místicos. Pero cuando se transforman en una exaltación, en un enardecimiento que se dirige al exterior, entonces nacerá una sinfonía.
“Si bien, ya desde el siglo XX las estructuras más amplias de composición, como la sinfonía, entraron en desuso, yo quería escribir algo extenso. Sentí una profunda necesidad de darle esta forma a las impresiones que aquellos paisajes habían dejado en mí”, detalla el multifacético compositor nacional, cuyas obras cubren diferentes géneros y suman más de 70.
Más de una década tuvo que pasar desde su composición, en el año 2007, para que esta primera sinfonía llegue a los escenarios. Será interpretada —el 11 y 12 de septiembre a las 20.00— por músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), bajo la batuta del director invitado Ramiro Soriano, en el Centro Sinfónico Nacional (Ayacucho Nº 366, casi Potosí). Es parte del octavo programa, titulado Bolivia Sinfónica. Junto a ella se podrá escuchar dos piezas de Soriano —El Resplandeciente y Huayño Rea— y una de Cergio Prudencio, El día que murió el silencio.
En 2018, por razones técnicas, se estrenó en primer lugar la segunda sinfonía compuesta por el autor, dirigida por Weimar Arancibia.
“Escribí la segunda sinfonía — que se estrenó primero, el año pasado, por razones técnicas— poco después de concluir la primera. Esto porque la experiencia fue tan placentera que no pude esperar para repetirla. Si bien la predecesora es más complicada que la que ya se ha escuchado, es más ágil, así que espero que la gente se deje atrapar y la disfrute”, narra el creador.
Está estructurada en tres movimientos. El primero es más “ilustrativo”, define Villalpando, “meditativo y sin embargo ágil”. Luego, el segundo, es divertido y dinámico, “es la alegría de vivir, si se quiere”. La obra termina con un movimiento completamente diferente; con un aire andino que se repite hasta lograr una sensación de ritual. El arpa es uno de los instrumentos que se requieren para interpretar esta sinfonía. Como la OSN tiene el instrumento pero no a quien lo toque, se tuvieron que hacer arreglos.
“No se plantea la interpretación del arpa de forma convencional, así que se resolvió que se podría lograr lo que se necesita con un teclado con sonidos de arpa, probamos y sonó muy bien, así que seguimos con el trabajo”.
“Además de la sinfonía estaremos presentando una fantástica pieza de Cergio Prudencio, originalmente escrita para la película El día que murió el silencio. En ella el violinista Gabriel Bilbao tocará como solista”, explica Soriano.
Sobre sus piezas, el director de la Coral Nova, que está al frente de la OSN, comenta que Huayño Real es una reinterpretación moderna de este ritmo tradicional y que
El Resplandeciente está inspirado en la belleza del Illimani a diferentes horas del día. “La pieza se basa en una pequeña leyenda sobre el origen del nevado, en la que una pareja de amantes es castigada por su amor prohibido, y la muchacha es convertida en el cerro, mientras él, en una briza que la acompaña”, detalla.