It: Capítulo 2 es la segunda parte de la adaptación cinematográfica de la imponente novela It de Stephen King. Al igual que su predecesora, It: Capítulo 2 tiene al argentino Andy Muschietti en la silla de director y a Gary Dauberman como guionista. Esta dupla cuenta con importantes antecedentes en cuanto a terror se refiere: Muschietti dirigió Mamá y Dauberman escribió la mayoría de los spin-offs (derivaciones) de El Conjuro.

En el reparto están Jessica Chastain, James McAvoy, Bill Hader, Jay Ryan, James Ransone e Isaiah Mustafa, que interpretan a los miembros, ya crecidos, del Club de los Perdedores, el grupo protagonista; por supuesto, Bill Skarsgård vuelve como el payaso Pennywise.

Hay que empezar diciendo que este reparto se lleva las palmas. No solo por el impresionante parecido físico que tienen los actores con sus contrapartes jóvenes, sino también por su desempeño parejo y a ratos extraordinario. Hay que destacar las interpretaciones de Skarsgård y la del comediante Bill Hader, que hace de Ritchie, uno de los miembros del Club de los Perdedores. Hasta aquí, Hader era principalmente conocido por sus roles en programas televisivos como Saturday Night Live.

Otra virtud destacable de esta película, además de las buenas actuaciones, es su sentido del humor. It: Capítulo 2 tiene bastantes más chistes y mucha más comedia de la que uno esperaría. Esta característica se extiende hasta el punto de que podría ser una de las películas más graciosas del año. Tiene lógica: los chistes reducen significativamente la tensión, relajan a la audiencia y, entonces, facilitan la creación de terror.

El punto de vista de los personajes cambia entre esta película y su predecesora. En el capítulo 1 de It seguimos a un grupo de niños aterrorizados por un payaso capaz de transformarse en sus peores miedos; ahora, en cambio, nos vemos con adultos tratando de enfrentar sus traumas de infancia y de reconciliarse con el pasado; por ende, el miedo inherente a ver niños en peligro se disipa. Una parte de este espacio vacío es llenado con risas.

Un tema del que nadie deja de hablar, en cuanto a esta segunda entrega, es su enorme duración: casi tres horas. A pesar de varios buenos momentos de miedo y las múltiples sesiones de carcajadas que tiene esta película, el tiempo extra se deja sentir; sobre todo al medio de la película, donde la narración tiende a hacerse repetitiva. Otro factor de cansancio reside en que, hacia el final, varias escenas de la primera entrega se repiten.

La duración, entonces, no responde tanto a las necesidades narrativas como a la autoindulgencia de Muschietti, que alarga algunas escenas más de lo necesario; hay escenas enteras, incluso personajes, que podrían cortarse sin que esto tuviera impacto en la historia. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que la fuente de la película es un libro de más de mil páginas, que una parte de los asistentes ha leído e idolatra.

A este respecto, la película seguramente no contentará a todos. Muschietti y Dauberman hacen más uso de los elementos fantásticos del libro que en la primera parte, pero cambian otros sin motivo aparente. Esto resulta en que la película no sea coherente respecto a sus “mitos”. Para los espectadores familiarizados con el libro, tal ejercicio de adaptación a medias puede llegar a ser frustrante.

No obstante, estas fallas en el filme no pesan más que la evidente pasión de Muschietti por el libro, por el terror y por el cine en general. It: Capítulo 2 muestra varios cameos con gente que influyó en la saga o en la vida del director. Uno de sus mentores fílmicos, Peter Bogdanovich, aparece como director de una película dentro de la película; Muschietti se da a sí mismo un rol secundario, al estilo de Hitchcock; y el autor del libro, Stephen King, participa en una de las escenas más memorables.

Igualmente, la película se regocija en mostrar referencias al cine de terror clásico, como un poster de The Lost Boys; o a otros trabajos de Stephen King, por ejemplo la broma recurrente sobre los malos finales de sus libros; también hay homenajes a la versión de It hecha para televisión en los años 90.

Los espectadores más atentos, o aquellos que verán esta cinta varias veces, también notarán muchos detalles que indican la nacionalidad de Muschietti; por ejemplo un vaso de mate con una imagen de su equipo de fútbol argentino. Esta acumulación de pequeños detalles hace de esta una película muy personal.

Finalmente, hay que hablar sobre los temas. El filme forma parte de la tendencia del terror socialmente comprometido y por esto incorpora muchos temas actuales (que igualmente se encuentran en el libro de King), al punto de que Pennywise reaparece después de un crimen motivado por la homofobia. Como habíamos previamente mencionado, It: Capítulo 2 es una película sobre superar los traumas de la infancia y sobre romper ciclos de abuso. Y esto lo hace muy bien: hay momentos conmovedores y la química en el grupo de “perdedores” es palpable.

It: Capítulo 2 no llega a las alturas de su predecesora, pero es una excelente conclusión para la saga, que, en conjunto, difundió entre un público muy amplio una gran historia de Stephen King.