Yvette Paz Soldán: ‘ van a escuchar el corazón de los niños’
La cineasta estrena su ópera prima, ‘La tonada del viento’.
El mar se convierte en la materialización de los sueños de dos niños —uno boliviano y otro chileno— en la ópera prima de la cineasta Yvette Paz Soldán, que presentará La tonada del viento el 24 de septiembre en Multicine; el 1 de octubre en Santa Cruz, con el estreno regular el 3 de octubre en la Cinemateca Boliviana, la proyección del 24 al 30 de octubre en Multicine de El Alto y su circulación por otros departamentos del país.
La cinta, una coproducción boliviano brasileña —entre Pucara Films y Lente Viva Filmes— cuenta con las actuaciones de los niños Franco Miranda (Bolivia) y Benjamín Carrasco (Chile). Paz Soldán ha escrito y dirigido la cinta; también se desempeña como directora de fotografía.
— ¿Cómo se inició este proyecto fílmico?
— Yo ya tenía varios años de hacer cine. Estaba haciendo una maestría en guion y en esos días caminaba por la ciudad y encontré por el correo a unos niños que hacían unos dibujos gigantes por el Día del Mar, haciendo papelógrafos y colando dibujos. Entonces me llamó la atención la declaración de un niño que decía que odiaba a los chilenos porque eran unos “roba-mar”. Desde mi trabajo como fotógrafa, donde iba siempre retrataba a los niños y charlaba con ellos sobre este y otros temas. Así me di cuenta de que a veces los grandes no percibimos muchas cosas que los niños tienen en sus corazones y les hacemos creer cosas que ellos nos cultivan y nosotros sí, de mala manera. Así que decidí escribir una historia de niños.
— ¿Cómo reflejar un mundo infantil cuando se es adulto?
— Al mundo infantil no solo se llega a través del diálogo y las expresiones, sino a través de lo que ve. Mi narrativa implica la altura de su mirada, a veces nosotros no percibimos cosas como su relación con la naturaleza, el viento, los pájaros, los lugares que conocen. No hay complicaciones ni complejidades en sus textos. Era para mí importante escucharlos y trabajar con ellos, conocer cómo veían los problemas de los grandes. Todo eso lo aplico en la película. Ésta no tiene grandes aspiraciones técnicas, es una narrativa simple, no tiene casi movimientos de cámara.
— ¿Cómo fue la elección de los niños protagonistas?
— Hice un peregrinaje por muchas escuelas, he caminado mucho por El Alto y ahí me di cuenta de que los niños tenían muchas ansias de participar en una película, he encontrado personajes maravillosos. Descubrí a Panchito (el actor Franco Miranda), que antes hizo un videoclip (La La La, de Naughty Boy Featuring Sam Smith, dirigido por Ian Pons Jewell) y me pareció increíble, maravilloso. Me gusta trabajar con actores naturales, no es que no crea en nuestros artistas, pero creo que la espontaneidad de los niños ofrece mucha naturalidad. Franco tenía las dos cosas, experiencia y ternura. Es un niño supertierno, dulce, que aportó muchísimo. Sabe escuchar, decir las cosas y es muy parecido a su personaje.
— ¿Cómo encajaron los niños actores en los personajes?
— Era importante que sean parecidos. Panchito no es un niño avezado que de buenas a primeras empieza a hablar; es calladito, observa y es analítico. Es un personaje andino, del campo. La película habla del campo y la ciudad, cuenta la historia de un mar y de un país sin mar, dos mundos distintos. En los ensayos y las filmaciones siempre había mucho que compartir. En cambio Benjamín es muy canchero, igual a su personaje. Y si bien es mayor y más dominante, Panchito mantiene su propio ritmo.
— ¿Cuál es su propuesta desde lo visual?
— Como directora de fotografía ha sido un trabajo exquisito. Como mujer tengo una mirada muy diferente. He trabajado antes con mujeres y he descubierto que cuando te sientas en el altiplano, tenemos una perspectiva visual distinta. Si bien como directora priorizas el contenido de la película, pero como esta tiene muchas pausas y contemplación, me he explayado en la imagen. La cinta tiene muchos paisajes, se detiene en la realidad, es una película que escucha y que a la vez tiene muchos silencios.
— ¿Por qué hablar del mar?
— El mar es un ícono par todos los bolivianos. A Panchito lo que más le importaba era conocer el mar. Para los bolivianos está relacionado con el orgullo, con llegar a una meta. En la película el mar es alcanzar una meta juntos, se convierte en una pacificación.
— ¿Qué cree que podrá provocar en el espectador?
— Quiero que la gente se acerque más a los niños a través de una historia entrañable, simple, simpática y reflexiva. La idea es darles la expresión a los pequeñitos. Si bien no hay muchos diálogos, van a escuchar el corazón de los niños.
Perfil
Nombre: Yvette Paz Soldán
Nació: 3 de febrero de 1974 en Virginia (EEUU).
Creadora
Creció y estudió en La Paz. Se formó en guionización en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba) y en la Universidad de Bergen (Noruega), Trabajó en más de 15 largometrajes y en empresas mediáticas como Discovery Channel, Travel Channel y la BBC, entre otras. Realizó los cortometrajes Calle aire, Ícaro – entre el cielo y el suelo – y el documental La ruta de los dioses.