Las actividades culturales en Santa Cruz, al igual que en el resto del país, es impulsada muchas veces desde los espacios independientes, es decir, estos lugares que no pertenecen a alguna institución pública o de cooperación internacional, principalmente estos espacios que tienen en su directorio a un grupo de personas movidas por el deseo de aportar, desde la gestión cultural, una mirada artística sobre nosotros como ciudad, como bolivianos.

Uno de esos lugares es el Snack Tía Ñola (calle Sucre #532), un snack que tiene una sala de teatro y es sostenida por una familia ligada al arte y las empanadas, un lugar que se sostiene a través de su venta de comida y de las presentaciones de los artistas que vienen no solo de la ciudad, sino de todo el país.

El Snack Tía Ñola tiene cuatro años de vida y en ese tiempo ha pasado mucha gente, pero no solo el público y los artistas, que son parte fundamental en la existencia de este espacio cultural, sino también una serie de voluntarios, estudiantes universitarios, gente que se acerca al espacio a ayudar, a ser parte, a hacerlo suyo, sin este equipo invisible muchas veces, nada de lo realizado hasta hoy hubiera sido posible.

Algo especial se gesta a partir de la entrega de estas personas que deciden aglutinar fuerzas por un bien común, a través del arte, acompañando el deseo de ser un lugar desde donde se propone ideas a través de los artistas para la ciudad.

Así como el snack, existen varios espacios —algunos más nuevos, otros más antiguos— que comparten esta iniciativa. Hace un tiempo estos espacios vienen conversando para gestar una ruta cultural para Santa Cruz de la Sierra. La iniciativa fue encabezada por la Casa Melchor, uno de los referentes culturales más importantes en este último tiempo.

Los espacios, no solo independientes, se sumaron a la propuesta y así lo que inicialmente partió con el objetivo de aglutinar los espacios culturales de la calle sucre (Café Lorca, Casa Melchor Pinto, Teatro y Cine del CBA, Museo de Arte Contemporáneo y Snack Tía Ñola, entre otros) hoy se vuelve un movimiento que está liderado por los espacios que empiezan a reunir fuerzas para coordinar actividades y potenciarse entre sí.

El objetivo claro es el de visibilizar el trabajo que se hace como espacios, el trabajo de los artistas y ser un lugar de la ciudad donde se respira el deseo de la gente que hace posible que el arte llegue a la población y, en el mejor de los casos, el deseo de una ciudad que también quiere mostrar las cosas que tiene para decirnos.