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Entendiendo a René

Al momento de empezar este texto, el video de Residente, René, llevaba 40 millones de reproducciones en YouTube. Un récord, tomando en cuenta que solo está cinco días en la todopoderosa red. Los comentarios generales en Facebook son casi de adoración. “La mejor canción de su carrera”, “ídolo”, “cuando algo sale del corazón toca todos los corazones”, “si el arte no es para esto, que alguien me explique para qué es”, etc.

Pero entre tanto beso y apapacho, varias personas sintieron que algo no es tan real como quiere hacernos creer el músico puertoriqueño René Pérez Joglar. Ya lo demuestran los memes de Woody Harrelson limpiándose las lágrimas con billetes o Lisa Simpson preguntándole al señor Monorriel (con rostro de Residente) si no debería ir a buscar ayuda mientras el señor Monorriel arrastra maletas llenas de dinero diciendo que ahora no tiene tiempo.

Es muy fácil subirse a un lado o al otro y juzgar superficialmente la canción de Residente, pero resulta que, por debajo de lo obvio, hay una explicación mucho más interesante sobre esta canción y lo que realmente pudo ser.

Primero lo primero, los antecedentes. Durante 2016 y 2017 el señor R se dedicó a viajar por cuatro continentes y rastrear los porcentajes de raza que le había arrojado una prueba de ADN. A excusa de este viaje, compuso un disco, sacó una web interactiva, grabó todo en un documental y luego sacó un libro. Ninguno de estos proyectos fue un fracaso, pero tampoco los éxitos arrolladores que esperaba el artista. De hecho, la mayoría de las reseñas del disco hicieron hincapié en lo complicada que eran algunas de sus composiciones, casi inaccesibles en la cantidad de elementos fusionados. Esa fue la primera señal que el artista se dio a sí mismo de que algo no estaba bien con él.

El 17 de julio de 2018 oficialmente se le diagnosticó con TDAH (déficit de atención e hiperactividad), que es la clave para entender por qué hay gente a la que no le funciona René.

El TDAH en adultos hace un tiempo era algo raro de encontrar. Es un tipo de trastorno donde el lóbulo frontal tiene problemas para procesar información que en general puede ser obvia o increíblemente simple para los demás. Esto se asocia a un uso/abuso de sustancias, depresión, agresividad, vacíos en la memoria y muchas veces autolastimarse. Ni siquiera en los países más desarrollados existen suficientes estudios para conocer la cantidad de personas adultas afectadas con este trastorno y menos aún herramientas o libros que ayuden a estas personas a manejar su aflicción.

Según el kit de prensa que distribuyó la disquera contando la historia de René, se cuenta que hace un par de años a Residente le dio un bajón y quería matarse antes de salir a un concierto en México. Tuvo que llamar a su mamá y quedarse con un amigo para no lastimarse. Esta es la versión oficial usada para crear la simpatía de la masa consumidora. Ese evento sucedió unos meses después del lanzamiento de todos los proyectos mencionados arriba. Siguiendo correctamente las fechas, René habría sido escrito antes de recibir su diagnóstico, por lo cual lo escrito ahí, sin saberlo él, es su forma de decirnos que tiene este trastorno.

La clave ya está en el inicio, cuando la voz femenina necesita repetir “cabeza, rodilla, muslos y cadera”, una y otra vez para que el niño lo memorice. Un acto hercúleo para gente con TDAH que tiene problemas para memorizar o crear nuevos hábitos. A través de la canción hay muchas contradicciones que molestan: tratar de vender su imagen como un padre preocupado (el niño al final es su hijo y es la primera vez que aparece en medios), pero al mismo tiempo mezcla estas rimas con su hábito de beber desde la mañana o estar borracho para escribir mejor. Habla de hacerlo por tener un plato de comida para su niño cuando cualquier persona de la clase obrera sabe que eso es bullshit tomando en cuenta que sus entradas cuestan en promedio 35 dólares. Dice que quisiera volver a cantar sin cobrar cuando no hay nadie obligándolo a que cobre o continúe en ese tren de vida. Y en general se victimiza culminando con un video ya no de hipócrita a la Sinead O’Connor con lagrimita incluida que, si bien el kit de prensa dice que él lo dirigió solo, tiene más de una veintena de personas listadas en la hoja de producción.

Pero este es el tema: donde todos estos detalles de comercialización obviamente responden a la agenda de los inversionistas que quieren su dinero de vuelta, la letra se contradice correctamente, porque este señor no es como nosotros. Su TDAH hace que lo que está diciendo sea cierto: está atrapado en una obsesión y en una forma única de ver y entender la vida. El perfeccionismo al que él mismo se somete es una cárcel verdadera y esas cosas que parecen tontas y obvias (filmarse abrazando “ebrio” a su hijo) él no logra verlas como el resto de la gente. Él simplemente no lo entiende como los demás. Solo una persona con el mismo trastorno podría relacionar perfectamente porqué terminar unas vacaciones pagadas por todo el mundo lo llevarían inmediatamente a pensar en suicidarse.

René es una canción muy honesta, pero no porque hable de su amigo muerto (Meat Loaf ya lo hizo) o de su infancia (Fito Páez también lo tocó) o de su depresión (NIN ya lo incluyó en Hurt) o de cómo su familia es el motor de todo (Eminem ya trató el tema), René es la canción más honesta que hay sobre una enfermedad que la gente no entiende, que seguro él mismo no está entendiendo.  Este pudo haber sido un pie de inicio para hablar del tema, para ayudar a la gente que siente esa confusión inexplicable y a veces tachada de absurda que él siente… pero ¡no! El pendejo dejó que la disquera lo mande y saque este video pusilánime como primer single del lanzamiento del próximo disco de “bla bla bla…” lo mismo que cualquier otro artista producto. Una pena porque el verdadero mensaje pudo tener mucha importancia y no solo ser fuente de memes estilo: “quiero volver a cuando el Pilfrut valía 50 centavos”.