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De videos virales a un virus que nos cambie

El jueves alrededor del mediodía, una primera persona abrió el link:

Un video subido por el Ministerio de Comunicación de Bolivia. La curiosidad probablemente haya sido su principal motivación.

Dicho video empieza con un piano dramático. En imagen se ven unas manos entrelazadas y una voz en tono robótico dice que “aunque no podamos verlo, él sí existe”. Habla de gente irresponsable que lo lleva a todos lados y de dejar nietos sin abuelos e hijos sin madres. Para qué detallar más, solo decir que el video empeora en su lenguaje de miedo hasta que termina diciendo: “soy el coronavirus, ya llegué a Bolivia y te voy a encontrar”.

Solo faltaba la risa diabólica y exagerada para ser el villano de un dibujo animado.

Esta primera persona hizo una de tres cosas: pudo entrar a comentarios y dejar su opinión (como muchos siguen haciéndolo hasta hoy), pudo cerrar el link y desear no haberlo visto, o compartirlo en las redes para criticar que en un mundo donde se está tratando de reforzar la solidaridad, el apoyo y los valores, Bolivia decide jugársela con una carta de tan mal gusto. Una cuarta opción, si trabajara en el medio publicitario, hubiera sido preguntarse si existe coincidencia en el piense, comparándolo con este video salido el 22 de marzo:

https://www.youtube.com/watch?v=Gb3mSwgZyLc

Entre los comentarios que responden en el servidor donde se aloja el video, la mayoría de las personas escriben opiniones bastante racionales y directas que, perdonando la calidad pobre de edición, se concentran en el mensaje a uso: “¿Cuál es la finalidad? ¿Generar terror, pánico?… deberían promover higiene y buena alimentación, solidaridad”. Un profesional dice “trabajo en publicidad y marketing y realmente mis ojos sangran al ver esto”, o en otra opción más seria les dicen “esta es la manera más irresponsable de informar, creando miedo y temor en la población”. Por supuesto, de por medio otros comentarios que la ética  no permite que reproduzca aquí.

Llama la atención que las personas responsables de comunicación no parezcan estar muy atentas a cómo la comunicación está gestándose este tiempo en las redes. El punto alto lo tiene el video de la AFA en Argentina

https://www.youtube.com/watch?v=8bZHB4parV0

, donde aún si el fútbol no es lo tuyo, el orgullo se infla en el pecho con la narración y las imágenes de este país decidido a inspirar y no acusar o asustar.

Nacionalmente, casi ninguna marca se ha lanzado a sacar videos usando el coronavirus como excusa. No es que no se haga en otros lugares. De nuevo, Argentina tiene bellos ejemplos donde el mensaje busca inspirar y educar

El video y mensajes del Ministerio de Comunicación de Bolivia, son un reflejo de cómo parece que dinosaurios siguen llevando las riendas de lo que se dice y como se dice. Este fenómeno no solo se queda en instancias de Gobierno. Por ejemplo El Deber también ha tratado de ser partícipe de mensajes que generen algo en la población, y aquí un ejemplo de su trabajo:

Una canción española. Imágenes de archivo, algunas nacionales, otras españolas, 3 minutos y medio que se hacen interminables y el cierre casi fuera de todo contexto gritando “yo me quedo en casa” y, claro, firma de la marca tan despersonalizada que cualquiera hubiera podido firmar al final.

Identidad. ¿Es tan difícil pensar en hacer algo con lo que la gente se identifique?

Sobre el ejemplo de El Deber, puede ponerse al lado este video hecho por una persona que no lo hace para promocionar una marca sino porque piensa que el mensaje es más importante y con sus recursos e imaginación lo arma para conectar con el público:  

Otra tendencia que ha florecido en las últimas semanas son los conciertos a través de transmisiones live en Facebook. Artistas que tratan además de exponer sus talentos, entretener de forma gratuita a los fans y curiosos de paso. Ellos también han creado mensajes de apoyo y concientización junto a la plataforma de La Razón: 

Pero los tiempos están cambiando. Todos hablan de que el mundo que surja después de esta pandemia será totalmente diferente. Si en este momento estos dinosaurios no empiezan a evolucionar van a desaparecer consumidos por una población que ya no va aceptar más de lo mismo. La gente tiene mucho tiempo en sus manos y están aprendiendo. Están comparando. Están descubriendo.  

Las reacciones al video del Ministerio ya no son solo quejas hastiadas y repetidas. Hay mucha opinión, sugerencias, referencias cruzadas e ideas de por medio. Si una sola de las personas enroscadas en su propio ego que trabaja en estas instituciones llenas de telarañas mira esos comentarios o trata de seguir alguna de esas sugerencias superando la queja y la incomodidad que le cause leer esto sobre su trabajo, seguro la cosa mejora. Ni siquiera va por tener sangre joven manejando estos videos, es solo querer oír, querer cambiar, mejorar, aceptar que todo se mueve, evoluciona y es bueno hacerlo. Lo que más necesita el mundo, Bolivia incluida, es creer que después de la pandemia algo bueno saldrá. Que las personas serán mejores. Las instituciones. Los centros médicos. Los artistas. Los profesores. Los jefes. Los líderes.

De miedo ya tuvimos suficiente. Queremos pensar que el mundo entero se unió en un encierro global, sobrevivió y creció en el proceso y mañana será mejor. Mañana será diferente.

Cristian Callejas – Crítico de cultura pop