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Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 09:56 AM

Delitos y víctimas

Un niño, de apenas 13 años de edad, estuvo a punto de ser linchado. Acusado de tentativa de violación, este muchacho fue perseguido por una turba que se creyó con el derecho de tomar la vida de una persona que, como sociedad, tiene la obligación de proteger.

/ 29 de abril de 2010 / 05:00

Un niño, de apenas 13 años de edad, estuvo a punto de ser linchado. Acusado de tentativa de violación, este muchacho fue perseguido por una turba que se creyó con el derecho de tomar la vida de una persona que, como sociedad, tiene la obligación de proteger.

Se puede entender la indignación de la gente a la que se le dijo —una maestra dio la voz de alarma— que el chico intentaba agredir sexualmente a una niña de escuela. Pero para eso están las autoridades y para eso existe el beneficio de la duda. Y para algo el adulto es quien tiene todas las prerrogativas en la sociedad, sobre todo en la boliviana. Es decir, se supone que un adulto tiene ciudadanía plena porque es maduro, capaz de decisiones racionales, meditadas. Si no es así, qué injusto y qué peligroso.

La víctima, por suerte salvada de la irracional furia por la Policía, ha estado a punto de sucumbir ante la gran mentira de los supuestos.

Algo muy malo tiene que estar pasando en nuestro país, particularmente en El Alto, que los grupos funcionan como manadas: por instinto.

No es que se olvide a la niña que, de ser cierta la denuncia de la educadora (debería revisar su vocación), sería la primera víctima. Pero qué horrorosa realidad la de una ciudad que quiere cargar en su conciencia la muerte de un niño.

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Bosques ribereños, guardianes de la vida

Marcelo Char

/ 28 de marzo de 2024 / 09:51

Los ecosistemas forestales son fundamentales en la lucha contra el cambio climático porque entre sus funciones absorben y almacenan grandes cantidades de carbono, ayudando a reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, mitigando así el calentamiento global. Es por eso que en el año 2012 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 21 de marzo como Día Internacional de los Bosques.

Los bosques ribereños son uno de los diferentes tipos de bosque, que son considerados como auténticos guardianes de la vida en la intersección entre el agua y la tierra, localizados a lo largo de ríos, arroyos, lagos y humedales en todo el mundo.

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Además de su belleza paisajística con árboles frondosos, son excelentes protectores de grandes inundaciones, evitan la erosión de los suelos y purifican aguas contaminadas. Sus densas redes de raíces forman taludes protectores entre ríos y arroyos, previniendo que el agua se expanda y protegiendo medios de vida de comunidades y productores agropecuarios.

Los múltiples microhábitats que ofrecen y que a la vez conectan el mundo acuático con el terrestre proveen de una excepcional biodiversidad. Desde aves migratorias hasta peces y anfibios encuentran refugio, alimento y lugares de reproducción en este tipo de bosque de riberas, contribuyendo a la conservación de miles de especies y generando cuantiosos beneficios ambientales (soporte ecológico, regulación de inundaciones, provisión de recursos, recreación, otros) que suelen ser subestimados y poco valorados.

Sin embargo, pese a su importancia vital, los bosques ribereños y los bosques en general están enfrentando crecientes amenazas debido al crecimiento de la urbanización, la agricultura intensiva, la deforestación, la minería, la apertura de caminos y el cambio climático, entre otras amenazas.

A nivel de América Latina, Bolivia es el tercer país más deforestado. Según datos de la Fundación Amigos de la Naturaleza, la deforestación acumulada de bosques en general llegó a 7,9 millones de hectáreas desde el año 1956 hasta el año 2022, de las cuales 79% se encuentra en el departamento de Santa Cruz seguidos por Beni con 6% y Cochabamba con 4%. A lo largo de los años, esto representa un aumento de deforestación anual alarmante a nivel país llegando a 396.000 hectáreas deforestadas entre 2021-2022.

Toda esta alteración y destrucción de estos ecosistemas impactan negativamente la biodiversidad y ponen en riesgo la resiliencia de estos ecosistemas ante eventos extremos que cada vez son más frecuentes.

Es por eso que debemos proteger y conservar estos valiosos ecosistemas, y para ello es fundamental implementar estrategias de gestión sostenible que promuevan su conservación y el uso responsable de sus recursos. La creación de áreas protegidas, la restauración de hábitats degradados y la participación activa de las comunidades locales son imprescindibles en esta dirección.

“Los bosques ribereños son los guardianes de la vida en la intersección entre el agua y la tierra. Protegerlos es garantizar un futuro de abundancia y armonía para las generaciones venideras”.

(*) Marcelo Char es subgerente desarrollador y responsable técnico MapBiomas Fundación Amigos de la Naturaleza

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De boicotear el Censo a lamentar resultados

Salvada la situación, el boicot tendrá sus consecuencias: los números no cuadran

Rubén Atahuichi

Por Rubén Atahuichi

/ 27 de marzo de 2024 / 09:38

El que acaba debe ser uno de los censos de Población y Vivienda más accidentados de la historia del país. Su periplo comenzó con su postergación, del 16 de noviembre de 2022 al 23 de marzo de 2024. Y, en medio de esos vaivenes, el paro violento de 36 días en Santa Cruz.

Si bien el Consejo Nacional de Autonomías —a convocatoria del presidente Luis Arce y la presencia de gobernadores y alcaldes, menos Luis Fernando Camacho— aprobó en julio de 2022 la postergación del empadronamiento, el Instituto Nacional de Estadística (INE) develó deficiencias, que causaron luego las protestas políticas en Santa Cruz con el saldo de muertos, un par de sindicales quemadas y millones de pérdidas económicas en la región.

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Entonces, el llamado Comité Interinstitucional por el Censo de Santa Cruz —conformado por la Gobernación, el Comité pro Santa Cruz y la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM)— propició las protestas creyendo que era posible un censo en junio de 2023, “o por la razón o por la fuerza”.

Finalmente, una mesa técnica celebrada en Cobija sugirió la nueva fecha, y la Ley 1492 estableció 23 de marzo de 2024. La fecha se adelantó un poco y Camacho terminó diciendo que aquella era una “concho” (sobra).

Y también, el gran ausente de las discusiones fue Camacho. Cuando tuvo la oportunidad de redimirse, terminó abandonando la cita.

El intento por salvar su responsabilidad fue su instrucción de levantar un “conteo poblacional” al Instituto Cruceño de Estadística (ICE), que en mayo de 2023 estableció que en Santa Cruz hay 4.000.143 habitantes, un número casi exacto.

No fue casual la cifra. Ahora es arma de contención ante los resultados oficiales del Censo del 23 de marzo. Cualquier número menor a aquel servirá para desahuciar el empadronamiento. Lo sabe Camacho, por eso repite “somos más de 4 MILLONES de habitantes en Santa Cruz”, como su último post.

Sin embargo, más sensato, el presidente del Comité pro Santa Cruz, Fernando Larach, acaba de lanzar la alerta: “Me voy a jugar con ésta: que, por tanta migración, (es posible que) no lleguemos al resultado que arrojó la Gobernación hace unos meses, de los cuatro millones”.

Es que Santa Cruz sufrió en los últimos meses varios fenómenos; el último de ellos, el retorno de los migrantes a sus tierras en los valles y el altiplano, que dejaron la ciudad y el departamento con menos población que lo habitual. Si bien nadie pudo contener el éxodo, la institucionalidad cruceña no hizo nada por contener la irregular situación.

Desde que el Censo de Población y Vivienda resultó inminente, esa institucionalidad que promovió el paro de octubre y noviembre de 2022 se mantuvo susceptible del proceso censal, actitud que generó desconfianza en la población y hasta augurios de fracaso de parte de algunos legisladores de oposición.

El empadronamiento nunca terminó de convencer a la dirigencia predominante, que no hizo nada, por ejemplo, por impulsar al registro de voluntarios censistas. De manera recurrente, el INE reclamó ausencia de inscritos en zonas residenciales de Santa Cruz, especialmente en Equipetrol y la zona Norte. El alcalde Jhonny Fernández se puso en campaña por cencistas voluntarios, pero no pudo lograr totalmente su cometido.

El día del Censo, muchos condominios cerraron las puertas a los censistas, extremo nocivo para la cobertura censal.

Salvada la situación, el boicot tendrá sus consecuencias: los números no cuadran y no alcanzarán para mejorar ingresos de coparticipación tributaria y, eventualmente, redistribución de escaños legislativos. Solo hace falta esperar los datos que no quisieran saber.

(*) Rubén Atahuichi es periodista

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La pesca y la acuicultura

Se calcula que Bolivia tiene un nivel de consumo de pescado de apenas 2,1 kg per cápita por año

Rodrigo Roubach

/ 27 de marzo de 2024 / 09:35

Cuando se gestionan y desarrollan de manera sostenible, los sistemas alimentarios acuáticos de la pesca y la acuicultura tienen la capacidad de producir alimentos como fuente sostenible y resiliente e impulsan el empleo, el crecimiento económico, el desarrollo social y la recuperación medioambiental. Este es uno de los principales enfoques discutidos en la mesa redonda “Promoción de la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura con arreglo al enfoque de la Transformación Azul”, en el marco de la 38va. Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe, que se celebró en Guyana.

Y esto es precisamente lo que se está impulsando en el Estado Plurinacional de Bolivia a través de un trabajo conjunto entre el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras y la FAO, mediante el Programa Nacional para el Desarrollo de la Pesca y la Acuicultura Sostenible en Bolivia, que se inscribe en el marco de las políticas de reconstrucción productiva y seguridad con soberanía.

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Estamos invirtiendo más de 1 millón 800 mil dólares para enfrentar grandes desafíos, como la falta de infraestructura adecuada, material biológico de calidad y disponibilidad de insumos para dietas balanceadas en los cultivos desarrollados. Este monto está destinado, también, a la implementación de tecnologías para cultivos acuícolas, emprendimientos acuícolas y planes de manejo de pesca capaces de aportar productos con alta calidad sanitaria.

Un primer desafío es promover la implementación de medidas de gestión pesquera que apoyen la biodiversidad, faciliten la restauración de los ecosistemas, fortalezcan la adaptación al cambio climático y generen resiliencia ante los factores estresantes.

Otro gran desafío es aumentar el consumo interno de pescado para mejorar la nutrición de la población. Bolivia forma parte de las tres cuencas hidrográficas más importantes de Sudamérica, con una amplia variedad de ictiofauna, debido a su diversidad geográfica y condiciones climáticas. Este conjunto de particularidades posiciona a Bolivia dentro de los países con mayor riqueza en ecosistemas acuáticos. Dentro de la actividad de la pesca, la cuenca con mayor aporte es la del Amazonas por su diversidad y extensión, seguida por la cuenca del Plata que se ha visto disminuida por considerables problemas de contaminación debido a la actividad minera; y finalmente la cuenca del Altiplano, que se encuentra en descenso paulatino e incluso en riesgo de desaparecer. Sin embargo, de este enorme potencial nacional, se calcula que Bolivia tiene un nivel de consumo de pescado de apenas 2,1 kg per cápita por año.

Por todo esto, es prioritario apoyar la integración de políticas relacionadas con la pesca en las agendas de desarrollo nacionales, globales y regionales; pero hay que hacerlo valorando la herencia milenaria de los pueblos indígena originarios campesinos que, con su sabiduría ancestral, han mostrado a las sociedades contemporáneas una manera eficiente de gestionar sus sistemas alimentarios ofreciendo soluciones a problemas ambientales, climáticos, de salud y bienestar.

En Bolivia creemos en el empoderamiento de los pequeños productores a través de un mejor acceso a los recursos y el desarrollo de la resiliencia. Y aquí es muy importante enfatizar el papel protagónico de las mujeres en la pesca artesanal y su contribución a la soberanía alimentaria. En ese mismo sentido, consideramos de primera importancia trabajar en el fortalecimiento de las competencias de las instituciones pesqueras y apoyar la extensión de la acuicultura. Nuestro compromiso es avanzar en esta ruta para contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de erradicación del hambre y la pobreza, para que nadie quede atrás.

(*) Rodrigo Roubach es representante de la FAO en Bolivia

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Amargura boliviana ante el fallo de La Haya

Filiberto Montecinos

/ 27 de marzo de 2024 / 08:08

La controversia entre Chile y Bolivia se remonta a 1842, cuando el gobernante chileno Manuel Bulnes reconoció como propio el territorio nortino, creando el departamento de Atacama por ley de 31 de octubre de 1842, y lo declaró propiedad chilena al constatar la importancia de la región e incentivar su ocupación. Ante ello, Bolivia no hizo nada concreto, ni siquiera poblar la región. Bolivia nació con 400 Kms2 de costa y 120.000 kms2 de territorio. Por el tratado del 10 de agosto de 1866, el gobierno de Melgarejo fija la línea fronteriza en el paralelo 24’S y se dispone que entre los paralelos 23’S y 25’S, Chile y Bolivia se repartirían las utilidades guaneras y mineras en partes iguales, zona ocupada por empresas chilenas que ejercían la “uti posiditis jures”. Bolivia desde el inicio no hizo nada por conservar la soberanía territorial, de lo que se colige que Eduardo Abaroa en la guerra del Pacifico y Nicolás Suárez en la Guerra del Acre, junto a pocos compatriotas cuidaban sus intereses defendiendo el territorio boliviano.

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La demanda incoada el 24 de abril de 2013 contra Chile por Bolivia ante la Corte Internacional de la Haya, ha sido inconsulta, sin asidero en el plano legal ni real, por lo menos debería llamarse a un referéndum, pues había suficiente prueba que respaldaba a Bolivia para demostrar que Chile NO CUMPLÍA CON LA LIBRE TRANSITABILIDAD comercial estipulado en el Art.6 del tratado de 1904. Las pruebas eran los bloqueos DE CARRETERAS en Chile, las huelgas de los empleados portuarios, la privatización de los puertos que facilitasen o no la libre transitabilidad que disponía el tratado.

 El Tribunal de la Haya, en el plano legal cerro la aspiración de exigir una salida al océano pacífico, en conclusión, con Melgarejo perdimos una parte física de nuestro litoral, con el gobierno de Morales legalmente se desahucia en definitiva una remota salida al mar.

La resolución del 1 de octubre de 2018 es taxativa: Chile no contrajo la obligación de negociar un acceso soberano al Pacífico, sugiere que su fallo no impide a futuro continuar los escenarios de acercamiento bilateral.

El tratado firmado entre Chile y Bolivia el 20 de octubre de 1904, establece que Chile reconoce a favor de Bolivia y a perpetuidad el derecho más amplio y libre tránsito comercial por su territorio y a los puertos del Pacifico, que no siempre fue así, por ello se hizo la demanda. Ese tratado dice que si hay diferencias se recurriría al arbitraje de Alemania, la que se rechazó y por el protocolo de 1907 se sustituye por la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya.

Como ex Juez, sostengo que una acción judicial debe estar probada y sustentada en hechos, actos e infracciones a disposiciones legales vigentes y en el caso presente a lo estatuido en el tratado del 20 de octubre de 1904 firmado entre Chile y Bolivia.

Para aliviar la larga frustración de la población boliviana hay que fortificar su moral, soslayar el individualismo, el sectarismo, y el racismo subyacente. El Estado debe crear poblaciones fronterizas con respaldo del sector privado, procurar la inclusión, integración y unión de todos los bolivianos, evitar peleas y migraciones que debilitan a la familia y la sociedad.

(*) Filiberto Montecinos Avendaño es periodista y exmagistrado con reconocimiento de la Corte Superior de Distrito de La Paz

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Un alto de fuego no permanente

A pesar de todo lo que ha sucedido, el gobierno fascista de Netanyahu está orgulloso de lo que está haciendo

Mahmoud Elalwani

/ 27 de marzo de 2024 / 07:53

El lunes 25 de marzo de 2024, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, por décima vez consecutiva, votó la Resolución 2728 (con 14 países a favor y la abstención de los Estados Unidos); dicha resolución exige un alto al fuego inmediato y duradero durante el mes de Ramadán, solicitando la liberación inmediata e incondicional de todos los rehenes, el aumento de la ayuda humanitaria y la eliminación de todas las barreras que evitan su llegada.

Estados Unidos no aceptó el texto de un alto al fuego permanente modificándolo a un alto al fuego duradero, convirtiéndola en la primera resolución de alto al fuego adoptada por el Consejo en seis meses, después de cuatro fracasos anteriores. El texto deja la puerta abierta a Israel para reanudar la guerra después del fin del mes de Ramadán, el próximo 10 de abril.

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El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, dijo que la resolución del Consejo de Seguridad sobre el cese de la guerra en Gaza no es vinculante y que su implementación puede tener lugar mediante negociaciones, señalando que “esta resolución no tiene ninguna importancia práctica para nosotros y se hará siempre lo que sea en interés de nuestra seguridad”.

El pasado viernes 22 de marzo, el Consejo de Seguridad se reunió para votar un proyecto de resolución presentado por EEUU que fue vetado por Rusia, China y Argelia; dicho veto llegó como un “rescate político y jurídico” a la causa palestina. Los Estados Unidos querían vender una ilusión a la comunidad internacional manipulando las palabras y encubriendo los crímenes de la ocupación para protegerlo de cualquier proceso legal en el futuro. El Consejo adoptó dos resoluciones sobre la situación, la Resolución No. 2712 y la Resolución No. 2720. Washington utilizó su poder de veto contra tres proyectos de resoluciones, dos de los cuales pedían un alto el fuego inmediato y permanente. 

Washington trabajó para magnificar la “catástrofe humanitaria” en su proyecto de resolución del Consejo de Seguridad y utilizó las palabras “tragedia” y “ayuda” muchas veces, mientras ignoraba por completo mencionar los crímenes de guerra y el “genocidio”, en una maniobra política para explotar la situación del pueblo de Gaza que se debate entre la muerte por hambre y la muerte por asesinato, con el fin de acabar con su gran sueño nacional y aprovechándose de la catástrofe humanitaria resultante de la guerra de agresión llevada a cabo por el Estado fascista israelí desde el 7 de octubre.

El proyecto estadounidense se refiere a la cuestión del Estado palestino y lo sitúa en el contexto del derecho internacional y de las resoluciones de las Naciones Unidas sin especificación directa vinculada a ellos. La resolución de la Asamblea General sobre el Estado de Palestina exige colocar la Resolución 19/67 de 2012 sobre la composición del Estado de Palestina y su plena membresía en las Naciones Unidas, incluidas sus fronteras, su capital y su soberanía, pero Washington evitó aprobarla porque dicha resolución puede utilizarse posteriormente y romper la esencia del contenido de un futuro proyecto alternativo.

El proyecto estadounidense situó el ataque del 7 de octubre y a los rehenes en igualdad con la agresión que lanzó Israel, ignorando por completo los crímenes de guerra y el genocidio perpetrados por el ejército israelí contra la población gazatí, utilizando la misma narrativa israelí, una omisión que ninguna persona ingenua puede pasar por alto.

El proyecto estadounidense se refirió a lo que llamó el “terrorismo” de Hamás, pero ignoró por completo el “terrorismo” de Estado que practica Israel, como si lo que está ocurriendo no fuese matanza, destrucción y sabotaje contra la humanidad. A pesar de todo lo que ha sucedido, el gobierno fascista de Netanyahu está orgulloso de lo que está haciendo.

El proyecto estadounidense es un claro intento para romper el rumbo de la “Corte Internacional de Justicia”, cuyas sesiones fueron un “tribunal vivo” para juzgar los crímenes de guerra del Estado fascista contemporáneo y cuya decisión final podría poner a un estado, líderes y ejército en el banquillo.

Es necesario que la administración estadounidense demuestre su compromiso con la legitimidad internacional y el derecho internacional y que obligue al Estado ocupante a detener la guerra de aniquilación que está librando contra el pueblo palestino en la Franja de Gaza y en Cisjordania, incluida Jerusalén Oriental; deben poner fin a sus crímenes y asentamientos, de lo contrario, la alternativa será más violencia y una expansión de ésta por toda la zona.

(*) Mahmoud Elalwani es Embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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