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La buena fe

Sorprendieron mi buena fe», ha argumentado la ministra de Salud, Sonia Polo, para explicar la medida que aprobó esta autoridad en favor de dos casas de juego. Lo que hizo Polo fue firmar una resolución que revoca un dictamen dirigido a poner freno a las empresas Lotex y Bahiti, y con ello estuvo a punto de permitir que estas casas, pese a denuncias de irregularidades, funcionen 20 años más en el país.

Si la Lotería Nacional, que interpone las denuncias, está en lo justo y correcto, es algo que aparentemente se resolvió. De allí que el recurso para frenar las licencias había prosperado y lo que se esperaba es una decisión de la ministra.

La autoridad revocó el recurso, pero sin saber lo que estaba haciendo, según ha reconocido. Es decir, desconocía el alcance de la medida, así que confió en el asesor legal del despacho —hoy ex asesor Ricardo Salazar— y, por tanto, se equivocó.

Para algo existen los asesores legales, se puede argüir. Y es cierto. Pero, por algo se nombra cabezas del sector. De lo contrario, en lugar de ministros bastarían los asesores.
Se habla de investigar a Salazar y a su equipo. Correcto. Pero la ministra Polo tiene que admitir su error. Así comprenderá que un dentista no debería dirigir el Psiquiátrico de La Paz, tal cual ella ha decidido en otro caso.