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Repartija de pegas

El cuoteo no puede ser más evidente. Sin respaldo legal alguno, y más bien en el terreno de lo ilegal, dirigentes de las organizaciones sociales se dan el lujo de presionar a los funcionarios ediles en busca de documentación, incluidas las planillas. Si la persona se niega, es amenazada con un despido una vez que se instale la nueva gestión.

«Se hacen pasar como representantes de la Fejuve y de la COR; dicen que son enviados por el alcalde entrante», ha descrito la situación un funcionario de la Dirección de Desarrollo Social de la comuna alteña.

El mencionado alcalde entrante es Édgar Patana, quien ganó las elecciones en representación del Movimiento Al Socialismo.

Desde esta tienda política, a nivel regional, Pascual Arellano ha desmentido que acciones como la denunciada se estén produciendo. «Sería un error», ha evaluado en declaraciones a la prensa.

Y el concejal Pedro Huanaco también ha negado presiones del tipo descrito; pero ha admitido que indicios hay. «Por eso he preferido alejarme de la comisión de transición, porque no estoy de acuerdo con lo que hacen».

El municipio de El Alto es uno de los más importantes del país y no sólo por la cantidad de pobladores a los que se debe, sino por las innumerables necesidades que debe atender administrando un POA de 1.300 millones de bolivianos, de los que el 30 por ciento se va en gastos administrativos.

Se trata de un espacio en el que sus habitantes han visto, casi invariablemente, defraudadas sus expectativas.

La que en breve se inicia es una gestión que responde al proceso de cambio que promueve el MAS. Así que lo menos que se espera es transformación de la misma forma de hacer gestión.
Mala señal se estaría dando si las denuncias             —que ayer se han repetido e inclusive enfrentado a Fejuve y COR, que se acusan mutuamente de estar presionando— se corresponden con la verdad.

Lo ha dicho también Huanaco, que debe saberlo pues conoce la Alcaldía por dentro (fue alcalde por unos días, en medio de una crisis profunda de poder que   vivió la entidad antes de las elecciones): lo que El Alto necesita es de profesionales, de gente que conozca detalles técnicos, que sea capaz de aportar con soluciones precisas.

Si la asignación de cargos va a responder a criterios únicamente partidarios, cabe esperar otros cinco años de avance lento, cuando no de retrocesos.