La autoevaluación
Cuán importante resulta plantear evaluaciones, pero es determinante hacerles el debido seguimiento
Una de las principales falencias identificadas en la reunión del fin de semana es la poca inversión en las reparticiones gubernamentales, instituciones y empresas del Estado. Es curioso el justificativo de que la insatisfactoria inversión se deba a la escasez de equipos técnicos especializados que faciliten al Estado la ejecución e inversión en un año como éste, en el que se dispone de 2 mil millones de dólares, a diferencia del 2005 cuando se utilizaba la cuarta parte de ese monto. Faltó, entonces, tomar previsiones en este sentido.
El presidente Morales remarcó su interés en activar la economía con la inyección de capitales en el área productiva. Ésta no es una improvisación del momento. Aunque todavía sin mayores resultados, el gobierno del MAS, sobre todo a partir de su segunda gestión, expresó su convicción de fomentar la productividad como fuente de generación de empleos.
Un tema que los medios de comunicación suelen esperar en este tipo de evaluaciones es el de los probables cambios de ministros; lo que, en términos periodísticos, se conoce como «crisis de gabinete». Pues, esta vez, el Presidente no dio la mediática oportunidad de titular tal cosa.
Eso sí, que no haya decidido remover de sus cargos a ningún ministro no significa que esté satisfecho con los resultados alcanzados hasta ahora por todo su equipo. Al menos, su respuesta en este caso ha sido ambigua: por un lado, prefirió ratificar a los ministros y, por el otro, no dejó de admitir que existen debilidades en distintas oficinas públicas.
Tampoco deja de llamar la atención el clima enrarecido que rodea a las relaciones entre el Gobierno y los movimientos sociales; otrora un solo cuerpo en el instrumento político denominado IPSP. Ambos componentes no irradian aquella vieja imagen de indivisibilidad.
Poner en marcha la promesa de la producción; potenciar las empresas estatales; lo negativo de la Ley Marcelo Quiroga Santa Cruz, en materia de lucha contra la corrupción; el incremento de las Reservas Internacionales Netas; y, lo principal, la falta de una ejecución presupuestaria óptima, más el ajuste (no del todo reconocido) que se requiere en el equipo económico del Gobierno… Cuán importante resulta plantear evaluaciones, pero es determinante también el hacerles debido seguimiento para que la próxima vez no sirvan sólo para lamentar las metas incumplidas.